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Reyal Urbis necesita tres años sin pagar deuda para salvarse del concurso de acreedores
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TAMBIÉN PIDE UNA NUEVA LÍNEA DE FINANCIACIÓN

Reyal Urbis necesita tres años sin pagar deuda para salvarse del concurso de acreedores

La situación de Reyal Urbis empieza a tomar tintes dramáticos. La inmobiliaria que preside Rafael Santamaría necesita estar tres años (hasta 2013) sin pagar un euro

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Reyal Urbis necesita tres años sin pagar deuda para salvarse del concurso de acreedores

La situación de Reyal Urbis empieza a tomar tintes dramáticos. La inmobiliaria que preside Rafael Santamaría necesita estar tres años (hasta 2013) sin pagar un euro a los bancos acreedores -ni principal ni intereses- para salvarse del concurso de acreedores, según el plan elaborado por Lazard que remitió anoche a la CNMV. Y no sólo eso, sino que también solicita una nueva línea de crédito, es decir, que las entidades pongan todavía más dinero en la compañía pese a la enorme incertidumbre sobre la recuperación de sus préstamos.

El grupo inmobiliario considera que el plan remitido a la banca "permitiría estabilizar la actividad de la sociedad en el medio y largo plazo". Sin embargo, es muy difícil que las entidades acepten estas condiciones, y cada vez se oyen más voces que prefieren ir directamente al concurso (antigua suspensión de pagos) antes que seguir poniendo "dinero bueno sobre dinero malo". Tal como adelantó ayer El Confidencial, Lazard no ha planteado una quita a la banca, algo que se temían muchos acreedores, ni tampoco una capitalización de la deuda.

De hecho, la inmobiliaria admite que aún no ha alcanzado acuerdo alguno con sus entidades financiadoras, un conjunto de 49 bancos y cajas. Estas entidades aceptaron estudiar el plan durante el próximo mes y medio en la reunión que ayer martes mantuvieron con Reyal y Lazard en la que la inmobiliaria y su firma asesora les expusieron dichos planes de refinanciación y negocio.

La nueva línea de crédito solicitada, cuyo importe no se ha hecho público, servirá para adelantar los ingresos que espera obtener con la venta de las joyas de la corona de la inmobiliaria (sus edificios emblemáticos), que había encargado a varias consultoras a petición de los bancos para poder pagar a los acreedores no financieros y mantener la empresa con vida. Es decir, Lazard plantea que sean los bancos los que asuman el riesgo de que los edificios no se vendan o de que no se pueda obtener un precio insuficiente para atender los citados compromisos.

La teoría que subyace en este nuevo plan es que, a partir de 2012, los ingresos recurrentes de la compañía (patrimonio y hoteles) serán suficientes para cubrir los costes fijos y de estructura de la compañía. Para asegurarse de que así sea y de que Santamaría no tenga ninguna veleidad, las entidades han impuesto un "perro de presa" para supervisar en todo momento la gestión de la inmobiliaria.

Por otro lado, el plan plantea la posibilidad de amortizar parte del crédito sindicado incluido en la deuda mediante ventas de activos a las entidades miembros de dicho sindicato, con el fin de "aliviar carga financiera", según detalló la inmobiliaria. Se completa con un programa de contención y reducción de costes, que comprende, entre otras medidas, la paralización temporal de la actividad de promoción (a excepción de determinadas promociones que se encuentran en fase muy avanzada).

Reyal Urbis tiene una deuda cercana a 5.000 millones de euros con un conjunto de 49 bancos y cajas de ahorros. Los principales creedores son Santander, Barclays, BBVA y Caja Madrid.

La situación de Reyal Urbis empieza a tomar tintes dramáticos. La inmobiliaria que preside Rafael Santamaría necesita estar tres años (hasta 2013) sin pagar un euro a los bancos acreedores -ni principal ni intereses- para salvarse del concurso de acreedores, según el plan elaborado por Lazard que remitió anoche a la CNMV. Y no sólo eso, sino que también solicita una nueva línea de crédito, es decir, que las entidades pongan todavía más dinero en la compañía pese a la enorme incertidumbre sobre la recuperación de sus préstamos.

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