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Bancos extranjeros más solventes que los españoles pagan mucho más por las preferentes
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RABOBANK ACABA DE LANZAR UNA EMISIÓN AL 11%

Bancos extranjeros más solventes que los españoles pagan mucho más por las preferentes

El escándalo por la colocación masiva de participaciones preferentes por parte de la banca española entre sus clientes minoristas se acrecienta aún más si lo comparamos

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Bancos extranjeros más solventes que los españoles pagan mucho más por las preferentes

El escándalo por la colocación masiva de participaciones preferentes por parte de la banca española entre sus clientes minoristas se acrecienta aún más si lo comparamos con lo que ocurre en otros países. Porque nadie fuera de España es capaz de pagar por productos similares los bajos tipos de interés que ofrecen aquí bancos y cajas en las sucursales. De hecho, en el mercado secundario (donde cotizan las preferentes), estos instrumentos ofrecen rentabilidades notablemente superiores al 10%, tanto en títulos de la gran banca internacional como de las propias entidades españolas.

Un ejemplo especialmente sangrante es una emisión de 1.500 millones que acaba de lanzar Rabobank para inversores institucionales con un cupón del 11%. Esta entidad holandesa no cotizada es uno de los ganadores de la crisis -no le ha afectado ningún activo tóxico y es una de las entidades más conservadoras del mundo-, es de los poquísimos bancos que conserva un rating de 'AAA' en el mundo y tiene un ratio de capital Tier 1 (donde se incluyen las preferentes) del 12,7%, a años luz por encima de cualquier entidad española.

Es decir, un banco de la zona euro mucho más solvente que toda la banca española ofrece una rentabilidad del 11% para sus preferentes, frente al 6% ó 7% como mucho que pagan nuestras entidades a sus clientes minoristas. Esto se debe a que la colocación de Rabobank se dirige a inversores profesionales, que son conscientes de lo que valen las cosas en mercado. Tan conscientes son, que se trata de la primera emisión de títulos de Tier 1 que se hace en el mundo desde hace 12 meses; hasta ahora, nadie quería estos instrumentos en ningún país. Y el primero que sale tiene que ser una entidad triple A y pagando el 11%.

Es más, los instrumentos emitidos por Rabobank son mejores que las preferentes españolas en que tienen una cosa llamada 'step-up': eso significa que, en caso de que no se rescaten las preferentes en la fecha en que el banco puede hacerlo voluntariamente, el tipo de interés sube de forma drástica. Es una cláusula que penaliza al banco y ofrece mayor protección al inversor, que no dan las entidades españolas: aquí, si no rescatan las preferentes a los cinco o diez años -según cada emisión-, el cliente sigue cobrando lo mismo. Lo cual significa que hay razones para que Rabobank pague incluso menos que nuestra banca, y sin embargo tiene que pagar mucho más.

Las preferentes valen realmente mucho menos

Si nos vamos al mercado secundario, la situación es igual de desoladora. Estamos hablando de preferentes emitidas en los últimos años que se pueden comprar y vender. Prácticamente ninguna entidad tiene sus preferentes con una rentabilidad actual inferior al 10%. Por poner algunos ejemplos, las de JP Morgan cotizan al 12,6%, las de Citigroup (banco nacionalizado, no lo olvidemos) al 14%, las de Natixis al 15%, las de Lloyd's al 13% y las de Royal Bank of Scotland, al 13,8%.

Estas rentabilidades implican unos precios de entre el 50% y el 70% del valor inicial de emisión (100), lo que significa que los tenedores de estos bonos han perdido entre el 30% y el 50% de su dinero. Eso es exactamente lo que les pasará a los clientes de bancos y cajas en España si se dejan seducir por estas ofertas; y cuidado, no estamos hablando de que pueden perder dinero en función de cómo coticen las preferentes en el futuro, sino de que perderían esa cantidad ya porque su valor de mercado actual es muy inferior.

Por poner algún ejemplo español, unas preferentes del BBVA en dólares con fecha de posible rescate en 2017 cotizan con una rentabilidad del 15%; otras de Banesto con vencimientos este año rinden el 9,5% frente al 4,3% al que se emitieron, lo que implica una pérdida del 40% respecto al valor inicial; y otras de Bancaja de próximo vencimiento cotizan al 30% de su precio original, con un interés del 11,2%.

Sin parangón en el mundo

La caída de la cotización de la preferentes y la deuda subordinada (muy parecida) en todo el mundo se explica, aparte de por la crisis de los mercados, por la tendencia iniciada por Deutsche Bank el año pasado de no rescatarlas en la fecha prevista, algo que han imitado numerosas entidades desde entonces. La razón es que las emisiones de los últimos años pagaban unos intereses bajísimos gracias a la demanda masiva de todo este papel, y mantenerlas vivas -incluso aunque tengan penalización- sale mucho más barato que renovarlas. Eso ha provocado que dejen de cotizar como bonos con vencimiento en el momento del rescate a hacerlo como deuda a mucho más largo plazo. Es más, esta caída ha hecho que algunas entidades estén recomprando esta deuda en mercado con un descuento muy importante respecto al precio inicial, que se apuntan como ganancia.

"Lo que estamos haciendo en España no se ha hecho en ningún otro país. En Grecia o en Bélgica, los bancos han vendido preferentes al Gobierno, y en Reino Unido el Estado las ha canjeado por acciones. Incluso sería más ética la propuesta de la CECA de que el Gobierno avale la emisión de preferentes para institucionales", asegura un profesional de este mercado. "Pero aquí no nos hace falta nada de eso porque podemos engañar a las viejecitas para que compren preferentes a precios que no paga nadie", añade ácidamente.

Como explicó con detalle este fin de semana El Confidencial, aparte de la cuestión de su altísimo precio (o bajísima rentabilidad), las preferentes que están colocando bancos y cajas en España tienen otra serie de inconvenientes que las convierten en productos de "alto riesgo" según la CNMV: son perpetuas -el banco no tiene obligación de rescatarlas-, no pagan intereses si la entidad no tiene beneficios un año y sus tenedores son los últimos que cobran en caso de quiebra de la entidad.

El escándalo por la colocación masiva de participaciones preferentes por parte de la banca española entre sus clientes minoristas se acrecienta aún más si lo comparamos con lo que ocurre en otros países. Porque nadie fuera de España es capaz de pagar por productos similares los bajos tipos de interés que ofrecen aquí bancos y cajas en las sucursales. De hecho, en el mercado secundario (donde cotizan las preferentes), estos instrumentos ofrecen rentabilidades notablemente superiores al 10%, tanto en títulos de la gran banca internacional como de las propias entidades españolas.

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