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¿Qué le pasa a Diego Schwartzman? El tenista que cambió de top 10 a "no encontrar respuestas"
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¿Qué le pasa a Diego Schwartzman? El tenista que cambió de top 10 a "no encontrar respuestas"

El argentino, que llegó a ser una de las sensaciones del circuito hace no mucho tiempo, no termina de encontrar el camino de la victoria y continúa su caída libre en el 'ranking' ATP

Foto: El tenista argentino Diego Schwartzman. (Reuters/Matthew Childs)
El tenista argentino Diego Schwartzman. (Reuters/Matthew Childs)

Hace no demasiados meses, cuando se hablaba del mejor tenista argentino del mundo, un nombre propio aparecía por todos lados: Diego Schwartzman. El bonaerense era un jugador diferente, distinto, casi irreverente, que se convertía en un verdadero vendaval al otro lado de la pista. Menudo, sin el físico exuberante de otros jugadores y la sensación de no ser tan consistente, era entrar en ebullición en pista para acallar cualquier duda y demostrar sus capacidades.

Conocido como el Peque por sus 170 centímetros de altura, al otro lado de la pista se convertía en un gigante: capaz de pelear por cada bola, por cada centímetro de la cancha y con un ritmo de juego muy elevado, pronto empezó a demostrar que tenía tenis suficiente como para marcar una época. No tardó demasiado en ir derribando barreras, hasta meterse entre los diez mejores jugadores del mundo... y, de repente, algo cambio. ¿Para siempre?

Foto: Carlos Alcaraz, en el Open de Australia (EFE/James Ross).

Profesional desde 2009, año tras año iba mejorando sus prestaciones y golpes. Su crecimiento era exponencial y los primeros títulos no tardaron en llegar. Cada temporada, su rendimiento era mejor, hasta que en 2017 iba a dar un puñetazo sobre la mesa: su gran desempeño, alcanzando incluso los cuartos de final del US Open, le convirtieron en la 26ª mejor raqueta del planeta. ¿Cuál sería su techo en la ATP? Solo tres años después, lo iba a conocer.

La temporada 2020 fue la verdadera explosión de Schwartzman. Tras derrotar a Rafa Nadal -uno de sus grandes amigos del circuito- en Roma -uno de los terrenos predilectos del español-, perdería la final ante Novak Djokovic. Y, solo unas semanas después, lograba alcanzar las semifinales de Roland Garros, donde precisamente el balear sería su verdugo. Pese a las dos derrotas, se colocaba como el octavo mejor tenista del planeta, un logro solo al alcance de los mejores.

En el siguiente curso, 2021, mantendría su nivel, estando durante muchos meses entre los diez mejores del mundo e, incluso, ganando el título en su Buenos Aires natal. Pero los últimos meses del año fueron complicados, sufriendo alguna derrota inesperada que le hizo caer a la 13ª plaza de la ATP. Llegaba el año clave, pues debía de recuperar el terreno perdido para tratar de demostrar que solo había sido un traspiés... pero era el comienzo de su declive.

El Peque Schwartzman tuvo un buen hacer en la temporada de tierra batida pero, tras Roland Garros, donde cayó en octavos, llegó su caída libre: siete derrotas consecutivas en el tramo final de año le hacían caer a la 25ª posición. Pero llegó un 2023 para olvidar, donde una tercera ronda de Roland Garros fue el mejor resultado del año: por primera vez en mucho tiempo, su tenis no fluía y empezaba a mostrar más dudas que certezas en la pista.

Un momento complicado

"Estoy entrenando muy bien, pero la diferencia es que no tengo la seguridad que tenía en momentos clave de los partidos. Antes, cuando estaba 4-4 o en un tie break, robaba puntos y ganaba en situaciones incómodas. Ahora, he perdido esa seguridad", afirmaba en Clarín. El problema es que esa situación se mantiene en el tiempo y ya son muchos meses lejos de su mejor tenis, de las posiciones altas del ránking y, sobre todo, de la posibilidad de luchar por títulos.

El problema para Schwartzman es que, pasan los torneos, y los resultados siguen sin llegar, lo que provoca que sus dudas sean cada vez mayores. A sus 31 años, empieza a ver que el declive en su juego es evidente y que, cada vez más, le cuesta encontrar la motivación para seguir jugando. Las victorias son cada vez más residuales y poder demostrar que sigue siendo uno de los grandes jugadores del momento se antoja cada más complicado.

"Cuesta describir el momento deportivo que estoy pasando. Las semanas pasan y las respuestas dentro de la cancha no aparecen… Quiero agradecer de corazón a toda la gente, no saben lo bonito y lo que representa sentirme en este momento apoyado y alentado como lo hacen", explicaba el Peque tras su última derrota. Schwartzman, el tenista que pasó de cuestionar el poder de los grandes del tenis, a sufrir en la pista. Una historia que aún tiene tiempo de dar la vuelta.

Hace no demasiados meses, cuando se hablaba del mejor tenista argentino del mundo, un nombre propio aparecía por todos lados: Diego Schwartzman. El bonaerense era un jugador diferente, distinto, casi irreverente, que se convertía en un verdadero vendaval al otro lado de la pista. Menudo, sin el físico exuberante de otros jugadores y la sensación de no ser tan consistente, era entrar en ebullición en pista para acallar cualquier duda y demostrar sus capacidades.

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