La idea de la ATP para descubrir al nuevo Carlos Alcaraz o cómo dar alas a la Next Gen del tenis

En muchas ocasiones, una de las grandes críticas que reciben todos los deportes es la falta de oportunidades para los jugadores más jóvenes. La necesidad de conseguir resultados de manera inmediata y la escasa paciencia que se tiene con el crecimiento deportivo de las promesas provoca que muchos atletas terminen por no llegar a lo más alto. Por esa razón, y en vista del éxito generacional de los últimos años, el tenis ha decidido tomar cartas en el asunto.

El tenis puede presumir de estar viviendo una de sus épocas más doradas de toda la historia. La coincidencia en el tiempo de Rafa Nadal, Roger Federer y Novak Djokovic, posiblemente la mejor generación de todos los tiempos, ha provocado que el deporte de la raqueta se convirtiera en una referencia mundial, pero el miedo era evidente: ¿qué pasará cuando se retiren? Pues bien, esa situación está muy cerca y lo cierto es que ha sido bien salvada por la ATP.

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La aparición de jugadores de talla mundial como Carlos Alcaraz, Jannick Sinner, Daniil Medvedev, Holger Rune o Casper Ruud, entre muchos otros, asegura el éxito generacional del tenis. La nueva hornada, con un nivel de juego realmente elevado, confirma que la salud de este deporte es buena y que el trabajo que se ha hecho desde las categorías inferiores es excelente. Pero la ATP no se quiere quedar ahí y busca dar una vuelta de tuerca más.

De hecho, la aparición de la Next Gen hace unas temporadas fue un verdadero acierto, como se puede ver especialmente con Alcaraz y Sinner. Por esa razón, a partir del próximo año, la ATP va a potenciar a los más jóvenes. ¿Cómo? Reservándoles plazas en algunos prestigiosos torneos del circuito por su ránking y, sobre todo, metiéndolos en las fases finales de algunas competiciones como una manera de facilitar su paso al profesionalismo.

La primera decisión ha sido bajar la edad de la Next Gen de 21 a 20 años. Teniendo esto en cuenta, cualquier jugador sub20 que se encuentre entre los 350 mejores del mundo tendrá reservado el derecho a jugar en ocho Challengers 100 o 125. Esto permite que muchos jugadores que por clasificación no tendrían derecho a pasar el corte, tengan opción de disputar torneos de una categoría superior y, por tanto, se midan a rivales de mayor nivel.

Además, cualquier jugador que tenga menos de 20 años y se encuentre entre los 250 mejores tenistas del circuito, podrán jugar la fase final de un torneo ATP 250, además de contar con dos plazas en las fases previas de otros dos torneos de la misma categoría. El único condicionante que existe en ambos casos es que sean campeonatos que se disputen en semanas donde, al menos, haya tres torneos en disputa al mismo tiempo.

Con esta novedosa iniciativa, lo que la ATP busca no es más que potenciar a los más jóvenes, dándoles la oportunidad de competir en torneos de gran entidad y de sumar un buen puñado de puntos que les permita crecer en la clasificación. La actual generación del tenis mundial apunta grandes maneras para tener asegurado el éxito de este deporte, al menos, durante la próxima década. Pero la ATP quiere más y no está dispuesta a perder la oportunidad de descubrir al nuevo Carlos Alcaraz.