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"¿Un Grand Slam sin drama?": cuando Novak Djokovic disfruta (otra vez) en la casa de los líos
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UNA NUEVA POLÉMICA

"¿Un Grand Slam sin drama?": cuando Novak Djokovic disfruta (otra vez) en la casa de los líos

Cada vez más, el tenista serbio empieza a sacar los pies del tiesto, especialmente cuando llegan los torneos grandes, momento en el que su visibilidad es aún más importante

Foto: Djokovic celebra la victoria ante Fucsovics. (Reuters/Kai Pfaffenbach)
Djokovic celebra la victoria ante Fucsovics. (Reuters/Kai Pfaffenbach)
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Novak Djokovic vuelve a ser el centro de atención y, una vez más, no es por el tenis. El jugador serbio se ha especializado en sacar los pies del tiesto en los grandes torneos, en lo que parece casi una estrategia premeditada más allá de situaciones puntuales. Y es que, en buena parte de los últimos Grand Slam que ha jugado, se ha visto envuelto en una serie de polémica más cercanas a lo extradeportivo que a lo que sucede en las pistas. La última, con Kosovo de por medio.

Tras derrotar a Aleksandar Kovacevic en primera ronda de Roland Garros por 6-3, 6-2 y 7-6 (1), Nole no dudó en recoger el tradicional bolígrafo para escribir en la cámara. En ella, dejó un inesperado mensaje político: "Kosovo es el corazón de Serbia. Stop a la violencia". Pronto, sus palabras generaron un importante revuelo, que provocó que el propio jugador tuviera que intervenir en rueda de prensa para explicar su frase, pero no solo no calmó las aguas, sino que avivó el fuego.

Foto: Nadal y Djokovic, durante la Laver Cup 2022. (Reuters/Dylan Martinez).

Djokovic se refería a la situación que se vive desde hace días en Kosovo, donde se han intensificado los enfrentamientos entre kosovares y serbios. Por ello, fue preguntado al término del partido, siendo muy claro: "Soy consciente de que a mucha gente no le gustará y no estará de acuerdo, pero es lo que hay. Es algo que apoyo. ¿Un Grand Slam sin drama? No creo que me pueda ocurrir, pero eso también es lo que me anima", explicaba ante los micrófonos de la prensa.

El serbio se metía de lleno en un tema político tras el partido, lo que provocó un nuevo cisma, sumado a aquel que ya tuvo lugar en 2008 cuando aseguró que "Kosovo es Serbia". Pero da la sensación de que, en los últimos años, Djokovic se ha especializado en ser incorrecto en muchas ocasiones, en lo que parece que ya es la norma, especialmente en los torneos más duros del circuito. ¿Situaciones que se dan o una especie de plan bien establecido?

El actual número 3 del mundo no tiene que demostrarle a nadie que es uno de los mejores jugadores de todos los tiempos pero, sin embargo, está muy lejos de convertirse en una leyenda. ¿El motivo? Sus maneras distan mucho de lo que se espera de un tenista que podía haber marcado una época, un reflejo en el que muchos jóvenes se fijan. Y es que, de un tiempo a esta parte, siempre que llega un Grand Slam, la polémica rodea al tenista serbio.

En el último Gran Slam que jugó, en Australia, Djokovic consiguió levantar el título en convertirse en campeón, jugando todo el torneo con un aparatoso vendaje en su pierna izquierda. De hecho, desde algunos foros se apuntó a una posible exageración del serbio, algo que se encargó el propio jugador de silenciar... a costa de atacar a un Rafa Nadal que se acababa de lesionar: "Cuando otros se lesionan, son víctimas. Ahora, si soy yo, estoy fingiendo", espetaba.

Problemas cada vez más habituales

Solo unos meses antes, también en la Rod Laver, protagonizaba uno de los grandes escándalos de siempre, tratando de jugar el torneo a pesar de no estar vacunado del covid-19. El serbio provocó un verdadero sainete, intentando entrar a un país donde no se permitía el acceso a aquellos sin doble pauta e, incluso, llegó a utilizar ciertas tretas y mentiras para convencer a los organizadores. Finalmente, Djokovic no jugó aquel torneo y quedó muy señalado.

Otra de sus grandes polémicas sucedió en el US Open de 2020, cuando fue descalificado en octavos de final ante Pablo Carreño tras golpear con una bola a una jueza de línea. Aunque de manera involuntaria, pagó así su frustración tras perder un juego importante ante el español, dando un raquetazo sin mirar que terminó en el cuello de una de las juezas. Una serie de problemas que están apareciendo de manera más que habitual en los últimos grandes torneos.

Cada vez que llega un Grand Slam, da la sensación de que se habla demasiado de las polémicas de Djokovic fuera de las pistas pero, en muchos casos, es el propio jugador el que las origina. Esta situación provoca que se empiece a pensar que sea una estrategia del propio jugador, para tratar de hablar de todo menos de tenis o, incluso, como el mismo reconoce, para buscar una manera de motivarse. Un 'todos contra mí' para sacar su mejor tenis en momentos claves.

Históricamente, Djokovic siempre ha sido señalado por esas pequeñas malas artes de estirar sus visitas a vestuarios, fingir problemas físicos o quejarse de más cuando se encuentra en mala dinámica, entre otras, pero, de un tiempo a esta parte, su capacidad para generar insólitas situaciones es cada vez mayor. La última, mezclar deporte con política y colocarse de motu proprio en el disparadero. Como el propio Djokovic dice, un Grand Slam con dramas "es también es lo que me anima".

Novak Djokovic vuelve a ser el centro de atención y, una vez más, no es por el tenis. El jugador serbio se ha especializado en sacar los pies del tiesto en los grandes torneos, en lo que parece casi una estrategia premeditada más allá de situaciones puntuales. Y es que, en buena parte de los últimos Grand Slam que ha jugado, se ha visto envuelto en una serie de polémica más cercanas a lo extradeportivo que a lo que sucede en las pistas. La última, con Kosovo de por medio.

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