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Soldados de la OTAN apaleados y Djokovic: así se puede ir de las manos el conflicto kosovar
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"Kosovo es el corazón de Serbia"

Soldados de la OTAN apaleados y Djokovic: así se puede ir de las manos el conflicto kosovar

Los soldados de la OTAN heridos en el norte de Kosovo han escalado el conflicto con Serbia, que ha encendido las alarmas de Occidente y sobre el que ha posicionado el serbio Djokovic

Foto: Choques entre las fuerzas de la OTAN y los manifestantes serbokosovares en Zvecan, Kosovo. Laura Hasani / REUTERS
Choques entre las fuerzas de la OTAN y los manifestantes serbokosovares en Zvecan, Kosovo. Laura Hasani / REUTERS

Novak Djokovic inició su paso en el Roland Garros con un mensaje político: “Kosovo es el corazón de Serbia: basta de violencia”. El tenista debutó en el Abierto de Francia con su respuesta a la nueva escalada de violencia en la región, una postura que ha sido foco de polémica en uno de los momentos más tensos del conflicto con Serbia. "Siento la responsabilidad como figura pública, no importa en qué campo, de brindar apoyo", dijo en una rueda de prensa tras el partido contra el estadounidense Kovacevic.

En un país conocido por ser un polvorín desde hace décadas, hace falta muy poco para encender la mecha del conflicto. El norte de Kosovo ha sido durante las últimas décadas uno de los flancos más vulnerables de Europa y los episodios de violencia, más o menos esporádicos, no han dejado de repetirse desde el final de la guerra en 1999. Sin embargo, el último episodio de tensión entre Serbia y Kosovo se ha caracterizado por ser diferente a los más recientes. En este caso, los soldados de la OTAN, en el marco de su misión en el país llamada KFOR, han intervenido de manera activa. Hasta tal punto que 25 efectivos han resultados heridos tras los choques con manifestantes serbokosovares.

Foto: Un control de policía en Kupce, Kosovo. Fatos Bytyci  / REUTERS

"La violencia debe cesar inmediatamente", subrayó la portavoz de la OTAN, Oana Lungescu, después de las manifestaciones provocadas tras unas elecciones municipales no reconocidas por la comunidad serbokosovar. La alianza informó en un comunicado que los soldados heridos, de nacionalidad húngara e italiana, fueron víctimas de artefactos incendiarios que les provocaron quemaduras, fracturas y contusiones.

La nueva escalada no ha sido, sin embargo, una sorpresa para muchos expertos que llevan analizando la situación en la región desde hace años. Además de los argumentos históricos que apelan las dos partes, las relaciones entre Serbia y Kosovo llevan tiempo marcadas por la provocación política. Con la diferencia, en este caso, de que la tensión ha conseguido involucrar a un tercer actor, el KFOR, impuesto por la comunidad internacional.

La mecha que ha prendido el fuego desde este fin de semana han sido las elecciones municipales en el norte de Kosovo, donde la mayoría serbia en la región boicotearon los comicios después de que el gobierno central de Pristina no cumpliera sus demandas de establecer una asociación de gobiernos municipales que pertenecieran a su comunidad. La votación se celebró con una participación de menos del 4 por ciento pero, en un país sin umbral de participación, se consideraron válidas. Los alcaldes escogidos pertenecen a la etnia albanesa y, mientras intentaban asumir el cargo, los serbios, que consideran los resultados electorales como ilegítimos, intentaron impedirles entrar en los municipios.

El líder kosovar tensa la cuerda

Este fue el punto de partida de los enfrentamientos que Occidente cree que podrían haberse evitado. "Es una provocación que los alcaldes fueron a tomar posesión, pero es un debate interesante porque, desde un punto de vista legal, lo pueden hacer. La cuestión es si es legítimo después del boicot a las elecciones por parte de la comunidad serbokosovar, que no estaban de acuerdo en la forma en la que se convocaron", explica Ruth Ferrero-Turrión, profesora de Ciencia Política y directora del Diploma Escenarios Balcánicos en la Universidad Complutense de Madrid, a El Confidencial. “La política también va de esto, del diálogo entre comunidades y lo que está demostrando (el primer ministro kosovar) Albin Kurti es que no está dispuesto a dialogar con la comunidad serbia. Esta reacciona o sobrereacciona y eso genera este tipo de tensiones”, continúa.

La postura de Kurti ha provocado malestar entre Bruselas, que ha instado al premier a controlar la situación y de no provocar un incremento de las tensiones. Sin embargo, las elecciones han sido solo una señal más del cambio de postura del primer ministro, que ha recibido varios toques de atención por parte de líderes europeos como Josep Borrell, desde la "crisis de las matrículas" en diciembre del año pasado. "Kurti es el primer líder en Kosovo que ha decidido tensar la recuerda y llegar más lejos, aunque en esta ocasión se ha pasado de frenada", opina Ferrero-Turrión.

Foto: Gente caminando en Mitrovica Norte, Kosovo. (Reuters / Valdrin Xhemaj)

El malestar en Europa ha nacido, según la experta, porque Kosovo siempre ha sido considerado por la UE como la parte razonable del conflicto y "ahora quiere jugar las mismas cartas que Serbia”. Con las mismas cartas, Ruth Ferrero-Turrión se refiere a la lista de provocaciones que ha protagonizado Serbia en los últimos años. Una de las más recientes, cuando el presidente Aleksandar Vučić se negó a firmar los acuerdos respaldados por la UE para poner fin al conflicto. "Tengo un dolor insoportable en la mano derecha, solo puedo firmar con la mano derecha y se espera que ese dolor continúe durante los próximos cuatro años”, dijo.

En los choques de los últimos días, la provocación también estuvo presente en las pintadas que hicieron algunos de los manifestantes en los coches de KFOR y de medios con la letra Z, utilizada como símbolo por el Kremlin para apoyar su invasión a Ucrania. "Pero esto no tiene nada que ver con Rusia, es solo una forma de retar al orden establecido en la región, no significa que haya una ola de influencia rusa en una cuestión que es local", aclara la profesora de Ciencia Política.

La guerra en Ucrania no tiene ningún vínculo con el conflicto en Kosovo, aunque los dos actores implicados están utilizándola como una ventana de oportunidad. En el caso de Kosovo, para solicitar su adhesión a la UE, y en el de Serbia, según Ferrero-Turrión, ofrece la posibilidad de jugar un papel de pivote entre Moscú y Bruselas.

¿Estamos a la puerta de una guerra?

Occidente, mientras tanto, está mirando muy de cerca cómo se desarrolla la última escalada de violencia en el norte de Kosovo. La misión civil de la Unión Europea en el país (EULEX) calificó los últimos acontecimientos como "inaceptables". "La situación de seguridad allí sigue siendo tensa, y esto es motivo de gran preocupación. Nos gustaría instar a todos a actuar con prudencia, evitar la violencia y tomar medidas", dijo en un comunicado enviado a El Confidencial. “Dentro de los límites de su mandato, EULEX seguirá trabajando con determinación para apoyar la estabilidad de Kosovo, así como la seguridad de todas sus comunidades mediante el aumento de las patrullas de reconocimiento, en estrecha coordinación con la Policía de Kosovo y la KFOR”.

La OTAN, por su parte, anunció este martes que enviará fuerzas adicionales al norte de Kosovo, donde los manifestantes serbios siguen concentrados. Esta decisión se une a la de Josep Borrell de organizar una reunión urgente de alto nivel en Bruselas para intentar recuperar el diálogo en el país. Las respuestas occidentales han puesto en evidencia la gravedad de la situación y han planteado una pregunta: ¿podemos estar a las puertas de una violencia mayor en la zona, incluso una guerra?

Foto: Un camión bloquea la carretera hacia Mitrovica, en Kosovo. (Reuters/Florion Goga)

Ruth Ferrero-Turrión opina que este escenario es, por ahora, poco probable, porque hasta en una escalada mayor de las tensiones, ni Serbia ni Kosovo tienen capacidad para enfrentarse a las fuerzas de la OTAN. Además, Serbia lleva años colaborando con la alianza y son los primeros en apelar a su autoridad para mantener el orden. "Mientras la OTAN no se vaya de allí, no veo probable una escalada hacia lo que fueron en algún momento las guerras yugoslavas de los años 90", apunta a este periódico.

Después de meses y meses de negociaciones y de acuerdos que se han quedado en agua de borrajas, es difícil imaginar cómo conseguir un pacto que consiga poner punto y final a este conflicto. La experta en temas balcánicos argumenta que los esfuerzos de la Unión Europea y de Estados Unidos no han dado sus frutos en un contexto en el que el incumplimiento de los acuerdos no ha tenido una consecuencia para ninguno de los implicados. “Pristina sigue recibiendo fondos procedentes de Estados Unidos y de la Unión Europea, y Belgrado también. Esto tiene mucho que ver con la forma en la que la UE ha creado una relación con estos territorios, basada sobre todo en mantener la estabilidad por encima de los procesos de democratización de estos países”.

Foto: Agentas de la policía en Kosovo. REUTERS/Ognen Teofilovski

Europa ha sacrificado, continúa Ferrero-Turrión, convertirse en un pivote de la democratización para evitar un aumento de los conflictos, y eso ha provocado que algunos líderes locales lo utilicen para chantajear de algún modo a la UE. "Es un juego en el que dicen, 'o conseguimos esto o vais a tener disturbios e inestabilidad en la región'. Es a lo que se han llamado durante años las estabilocracias, que en el caso de Serbia es muy significativa porque se tolera desde la Unión Europea la captura del Estado por parte de este caso de Vučić, que ha convertido a su país cada vez más en la 'no democracia' del húngaro Viktor Orbán", argumenta.

Para Bruselas, evitar un mayor conflicto entre Serbia y Kosovo se ha convertido en una de sus prioridades en la región y, tal y como apuntaba la experta, está dispuesta a pagar un precio por ello. Sin embargo, la estabilidad que busca la UE queda enzarzada en este flanco con problemas sin resolver y que enfrenta las posiciones de dos líderes dispuestos a seguir tirando de la cuerda.

Novak Djokovic inició su paso en el Roland Garros con un mensaje político: “Kosovo es el corazón de Serbia: basta de violencia”. El tenista debutó en el Abierto de Francia con su respuesta a la nueva escalada de violencia en la región, una postura que ha sido foco de polémica en uno de los momentos más tensos del conflicto con Serbia. "Siento la responsabilidad como figura pública, no importa en qué campo, de brindar apoyo", dijo en una rueda de prensa tras el partido contra el estadounidense Kovacevic.

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