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Alcaraz hace virtud de la dificultad y avanza sin problema a la tercera ronda (6-4, 7-6 y 6-3)
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Segundo partido en Wimbledon

Alcaraz hace virtud de la dificultad y avanza sin problema a la tercera ronda (6-4, 7-6 y 6-3)

El murciano tuvo momentos en los que necesitó sacar su garra para hacer frente a su rival, Griekspoor. Unas complicaciones que seguro que le servirán para lo que resta del torneo

Foto: Carlos Alcaraz festeja un punto durante el encuentro. (EFE/Kieran Galvin)
Carlos Alcaraz festeja un punto durante el encuentro. (EFE/Kieran Galvin)

Carlos Alcaraz avanzó sin complicaciones a la tercera ronda de Wimbledon tras doblegar a Tallon Griekspoor (6-4, 7-6 y 6-3). El murciano está en plena forma, aunque en los dos partidos que lleva seguro que se ha percatado de la dificultad de ganar en una pista como la de Londres. Ha dejado detalles de su técnica, pero también ha tenido momentos de sufrimiento. Es el manual de resistencia en un Grand Slam.

Tanto el primer set como el segundo estuvieron apretados. En el tercero, sin embargo, Alcaraz fue una apisonadora ante la que no tuvo ninguna opción su rival. El murciano es joven, pero da síntomas de madurez. No sé si acuerdan ustedes de cómo eran a sus 19 años, pero seguro que madurarían de golpe si estuvieran sometidos a semejante exposición mediática. En algunas ocasiones, el hábito sí hace al monje.

Los gestos de su adversario, conforme avanzó el encuentro, evidenciaron que el partido era duro. No hizo falta más en cuanto el piloto automático de Carlitos fue imparable para Griekspoor. Pidió que lo llamaran así y el nombre hace recordar a 'Cuéntame cómo pasó'. Quizá sea un motivo para perderle el respeto; para recordar que es sólo un crío. Pero toda diferencia de edad queda fuera en la pista. Recuerden a quiénes eliminó en el Mutua Madrid Open.

placeholder Carlos Alcaraz ejecuta un revés en pleno partido. (EFE/Andy Rain)
Carlos Alcaraz ejecuta un revés en pleno partido. (EFE/Andy Rain)

Las semejanzas con Nadal

Si usted tiene más de 20 años, recordará a la perfección cómo fueron los inicios de Nadal. No es cuestión de hacer comparaciones, aunque resulta evidente que existen paralelismos en el dominio en la tierra. Hasta el momento, es la superficie en la que más cómodo se ha sentido Alcaraz. Más allá de los peinados y las raquetas, los niños siempre se fijan en los ídolos. Tal vez algo ha aprendido Carlitos de Rafa. A este ritmo, ya no será un crío, sino un hombretón.

El 'break' que concedió en el tercer set propició que la victoria en la última manga no fuera tan sencilla como se vaticinaba. No importa. A veces, las malas experiencias sirven para correr carrerilla y no olvidarse de dónde estás. Ese césped no es el de El Palmar. Y Wimbledon no es una pachanga con los amigos. En un Grand Slam no hay momentos para los despistes.

El dinero aún se lo controlan sus padres y aún tiene el deseo de comprarse un "coche bueno". Tal vez sea necesario ganar Wimbledon para ello. El premio para el ganador son 2’4 millones de euros, que bien podrían servirle para un Ferrari o un Lamborghini. O quizá sus progenitores le digan que se conforme con un Seat Ibiza. No hay mayor signo de humildad que no ostentar la riqueza.

placeholder Alcaraz festeja un punto en la segunda ronda. (EFE/Andy Rain)
Alcaraz festeja un punto en la segunda ronda. (EFE/Andy Rain)

La euforia tras un punto

El grito de garra de Carlitos llegó cuando ganó su tercer juego en el segundo set. El punto previo fue una dejada en la que demostró que es como los buenos jugadores de póker: sólo enseña sus cartas cuando le conviene. Semejante audacia, en los momentos de dificultad, seguro que le comportan buenos resultados en el futuro. Así encarrilló el encuentro y certificó su pase a la tercera ronda.

Alcaraz cumplió la normativa y se vistió de blanco. Cuando empezó el código de vestimenta, era para justificar la pulcritud de los tenistas. Es complicado pensar en mejor vestuario para ejecutar golpes tan limpios. Inmaculados, más bien. Esas dejadas fueron oro puro para los espectadores que presenciaron el encuentro. Será la segunda ronda, pero esa forma de jugar justifica una entrada. El espectáculo está servido este Wimbledon con el murciano.

Carlos Alcaraz avanzó sin complicaciones a la tercera ronda de Wimbledon tras doblegar a Tallon Griekspoor (6-4, 7-6 y 6-3). El murciano está en plena forma, aunque en los dos partidos que lleva seguro que se ha percatado de la dificultad de ganar en una pista como la de Londres. Ha dejado detalles de su técnica, pero también ha tenido momentos de sufrimiento. Es el manual de resistencia en un Grand Slam.

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