Zverev se retira de Roland Garros por una lesión en el tobillo y Nadal alcanza la final

Rafa Nadal estará en la final de Roland Garros antes de lo esperado (7-6 y 6-6) después de la retirada de Alexander Zverev por una lesión en su tobillo derecho. El partido estaba muy reñido con constantes break por parte de ambos tenistas en el segundo set, superando las tres horas de disputa. El balear lo igualó a seis juegos y forzó el tie-break cuando el alemán se fue al suelo tras doblarse el tobillo. Los gritos evidenciaron que no era un dolor menor y su regreso a la pista con muletas lo confirmó. El balear confirmó sus molestias en rueda de prensa y dejó una frase para el recuerdo: "Prefiero perder la final y tener un pie nuevo que me permite ser más feliz en la vida".

El encuentro empezó mal para Rafa, siempre dominador en París. Zverev, que se tomó la revancha del Mutua Madrid Open ante Carlos Alcaraz (6-4, 6-4, 4-6 y 7-6), le hizo un break en el primer juego. No estuvo cómodo Nadal y se le notó. Todo lo contrario le ocurrió al alemán, que cada vez ganó más confianza.

Zverev, con 3-4 en el marcador, tuvo su saque a favor para poner tierra de por medio en el primer set. En uno de los puntos, tiró la raqueta al suelo al fallar. La fuerza mental de Rafa entró de nuevo en escena. Su rival, en esos momentos, estaba muy por debajo de esa capacidad insuperable del balear para hacer frente a las adversidades.

El balear volteó el marcador y dispuso de sus primeras bolas de set con 5-4 a favor. Tuvo tres, pero Zverev se disfrazó de Rafa para forzar el undécimo juego del encuentro. Tras verse en una mala situación, el alemán tiró de orgullo y así se llegó al tie-break.

Lo tenía todo para ganarlo, cuatro bolas de set mediante, pero no fue capaz. Rafa resistió ante la adversidad y dejó en schock a su rival. Todo estaba encaminado para que Zverev ganara el primer set, pero con Nadal se convierten en posibles los imposibles. Así tomó ventaja en el encuentro, en un tie-break en el que pasó de estar 6-2 por debajo a ganarlo 9-7.

El segundo set estuvo igual de competido. Hubo que esperar cuatro juegos para que uno de los protagonistas ganara en su servicio (Zverev cuando se puso 3-2). Un intercambio de golpes constante entre ambos y con poca confianza en sus saques, como evidencian los datos.

Rafa perdió tres veces consecutivas su servicio y Zverev se colocó 2-4 en el marcador. De nuevo, todo estaba encarrilado para que el alemán fuera el ganador del set. No obstante, Nadal tiró de resistencia para igualarlo otra vez. No estuvo especialmente fino el manacorí, pero forzó el tie-break de nuevo.

Zverev es bastante fiable en el saque, pero no estuvo especialmente acertado en el partido. Siete fueron las dobles faltas que cometió el alemán. Unos errores impropios de un tenista que es número tres del mundo. Y que aspira a ganar un Grand Slam.

El alemán dejó una discusión con el juez de silla a raíz de un taco que dijo en ruso. Hubo intercambio de opiniones, pero la cosa no fue a más. En ese momento, estaba 3-5 por encima en el segundo set. Y Rafa aún no había ganado en su saque. El partido estaba para igualarlo a un set, pero el que logró el empate fue Nadal.

Rafa pasó del 3-5 al 6-6 con un coraje y audacias propias de un tipo que ha hecho de lo anormal algo habitual. El partido estaba precioso hasta que llegó la lesión del alemán. Nadal lo ayudó cuando entró con las muletas, fiel a su estilo. Así animó al alemán cuando le dieron el micrófono: "Estoy muy triste por él porque sé lo que es que te pase algo así. Es muy bueno y estoy seguro de que ganará más de un Grand Slam". Ahora, en la final, espera el tenista noruego Casper Ruud, actual número ocho del ranking ATP, que se ha impuesto a Marin Cilic en la segunda semifinal por 3-6, 6-4, 6-2, 6-2 .