"Llamadme Carlitos": los retoques de Alcaraz para ser el heredero de Nadal

Hace un par de semanas el tenis español recibía un jarro de agua fría. Rafa Nadal anunciaba que estaba hundido por un nuevo percance físico. Una fisura por estrés en una de las costillas mandaba a la enfermería al balear y el pronóstico es incierto. Tratándose de Rafa no hay dudas de que resurgirá de otro duro golpe y volverá a las pistas a vender cara su retirada. Rafa dijo que estaba hundido y triste y su estado de ánimo contagia al resto de españoles. Todos somos de Rafa por su espíritu y valores. No nos podemos hacer a la idea de cómo será el día después del anuncio de su retirada. De lo que no hay duda es que será complicado de asimilar por la emoción y el orgullo que transmite el balear, en la victoria y en la derrota.

Con el dolor y la preocupación que produce saber que Rafa Nadal está en los talleres médicos emerge el fenómeno de Carlos Alcaraz. Es, sin duda, la mejor terapia para recuperar la esperanza y la ilusión. El triunfo en el Master 1000 de Miami es un subidón de moral para el tenis español y produce un efecto similar al de Rafa. En Alcaraz está el relevo y su talento precoz ya nos permite ver partidos entre el genio y el heredero. Hemos pasado muy rápido de la depresión, de imaginar que Nadal se apaga a encenderse la llama de Carlos Alcaraz.

El problema son las comparaciones. Alcaraz acaba de empezar, con fuerza y de manera arrolladora, pero está en el primer kilómetro de su carrera profesional y ya se habla de que va a ser el nuevo Rafa Nadal. El tiempo dirá si es así o no llega hasta unos límites insuperables que tiene Rafa. Lo que sí tenemos claro es que Alcaraz es presente y futuro. Lo que nos deja más tranquilos es que el chaval tiene buena cabeza y está perfectamente aconsejado y rodeado por un equipo que lidera su entrenador, Juan Carlos Ferrero. Hay algo que define a Alcaraz. Su ídolo es Rafa Nadal y como referente podía caer en una imitación del balear. Verle ganar en Miami y que besara el trofeo y no lo mordiera ya es un primer paso para desmarcarse de Rafa Nadal. Se trata de una cosa menor, pero es un detalle a tener en cuenta.

La siesta y el móvil

El más importante es cómo deja claro que quiere que le llamen. "Soy Carlitos", dice el murciano. Y vuelve a repetir: "Llamadme Carlitos". Así empieza bien el primer español en conseguir ganar un Master 1.000 en Miami y demostrar que no solo tiene condiciones para ser una estrella del tenis, sino que, además, tiene cabeza. Es, sin duda, un talento precoz y el mejor heredero de Rafa Nadal. Pero Carlitos reclama su propia identidad y tiene su sello. Antes de conseguir llegar al número once del ranking venía avisando de un carácter competitivo que define a los nuevos campeones. "Mi ambición es ser el número uno. Quiero ganar Grand Slams, medallas olímpicas... Soy un chico que sueña a lo grande", dijo Carlitos tras la conquista del ATP 500 en Río de Janeiro.

Acaba de confirmar en Miami que lo suyo es una de las explosiones más impresionantes que se han visto en los últimos años. Carlitos llega al puesto once antes de lo pensado. Esto es lo que define a los talentos precoces. Se saltan los plazos con demasiada facilidad y cuando te quieres dar cuenta ya están instalados en la élite. Para lograrlo ha hecho falta ordenar todo ese potencial de talento y recursos tenísticos que nos tienen asombrados. El artífice es Juan Carlos Ferrero.

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Carlitos era un tenista de mecha corta en lo físico y lo mental. Ha tenido que pasar un proceso de entrenamiento para mejorar en los dos aspectos. A Juan Carlos Ferrero le hemos escuchado decir que si un rival llevaba al límite a Carlitos, lo fundía en el tercer set. También que la cantidad de recursos, entre los que destaca las magistrales dejadas, podían ser todavía más determinantes. Carlitos tenía que ordenar, además, su rutina fuera de la cancha. La meta es conseguir ser más profesional en todo. Y de esta manera está funcionando el fenómeno Alcaraz.

Carlitos es más ordenado en todo. En sus golpes, que son espectaculares, en su gestión del físico y en sus hábitos. Carlitos se echa una siesta, por ejemplo, de 20 minutos dos horas antes de un partido. Carlitos ha tenido que aprender a pasar menos tiempo usando el teléfono móvil. Carlitos aprende a comer mejor y elegir el día que puede darse caprichos. En definitiva, los retoques con Carlitos funcionan.

Esto lo han visto los y las mejores tenistas españoles. Entre ellos, el convaleciente Rafa Nadal, que tras el triunfo del murciano en Miami escribió este mensaje: "Muchas felicidades Carlitos Alcaraz por tu triunfo HISTÓRICO en Miami. El primero de tantos que van a venir, seguro!". Si Rafa Nadal, que tiene bueno ojo, dice que van a venir más es porque ha detectado la progresión que tiene el talento murciano. Paula Badosa va a más y hay que tener en cuenta su opinión: "Carlitos Alcaraz. Impresionante. Enhorabuena por lo que consigues, pero sobre todo por lo que transmites. España no puede tener un mejor heredero que tú. Gracias por esos valores y por ese tenis que disfrutamos constantemente. Has nacido para brillar". Badosa habla de Carlitos como el heredero.