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Federer apea a Rafa Nadal de la final de Wimbledon en otro partido memorable
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El suizo, mucho más preciso y sólido

Federer apea a Rafa Nadal de la final de Wimbledon en otro partido memorable

El suizo se impuso en un gran duelo a cuatro sets. Federer buscará su 21º Grand Slam, el noveno en la hierba del All England Club, frente a Djokovic. Rafa, todo garra, se quedó a las puertas

Foto: Roger Federer celebra su victoria ante Nadal en las semifinales de Wimbledon. (Reuters)
Roger Federer celebra su victoria ante Nadal en las semifinales de Wimbledon. (Reuters)

Lo peleó, lo buscó con ahínco, pero Rafa Nadal sucumbió ante el Federer más serio que se recuerda en mucho tiempo (6-7, 6-1, 3-6, 4-6). Al suizo tanto le dio que el juego en Wimbledon se hubiera ralentizado este año ante la ausencia de lluvias -según él- algo que favorecía a Nadal. El de Basilea salió a 'La Catedral' e impartió una clase magistral de tenis para plantarse en una nueva final de Grand Slam, la décimosegunda en el All Englan Club. Le espera Djokovic, que superó al otro español en liza, Roberto Bautista. De esta manera, Rafa se queda en semifinales por segunda temporada consecutiva, aunque poco o nada se le puede reprochar porque el duelo, exquisito e igualado, se resolvió por pequeños detalles. Estuvo más fino Federer, que buscará ampliar su legado. Tan cerca lo tuvo Rafa, tan lejos a la vez.

En una superfie tan rápida como la que nos ocupa, quien golpea primero golpea dos veces. Bien lo saben ambos tenistas, que se apoyaron en su saque durante todo el primer set para llevar la iniciativa en los peloteos, cortos. El suizo abría más ángulo en su servicio, mientras que Rafa buscaba el cuerpo. Al balear le corrió muy bien el revés, pero buscó tanta profundidad que forzó algunos golpes, que se le fueron largos. El español lo pasó realmente mal en el séptimo juego, pero consiguió sobreponerse a los cortados al fondo de pista de Federer, que no quería que las bolas de su rival cogieran altura, y también en el décimoprimero, cuando el número tres del mundo consiguió levantarle un 40-0. Rafa salió del embrollo resoplando y algo dubitativo con su juego.

Al haber pocas concesiones, el primero que errara en su servicio la acabaría pagando. El partido se fue al tie-break y Nadal lo tuvo muy a su favor, pero con 3-2 desperdició su saque en dos ocasiones. Federer puso la directa como a él le gusta, mediante saque-volea, para llevarse la manga a su favor. En ese tramo final, se sintió fuerte y decididido (pese al riesgo) con la estrategia. Llevó a Rafa a las esquinas y, poderoso en la red, asestó la primera cornada.

placeholder Nadal se lamenta de un punto perdido durante el primer set. (EFE)
Nadal se lamenta de un punto perdido durante el primer set. (EFE)

Rafa reacciona en el segundo set

El segundo set amenazó con seguir el mismo patrón que el final del primero. Rafa sufrió unos instantes, pero acabó dominando a velocidad de vértigo. Tras un intercambio de golpes, Federer bajó la intensidad física, tampoco demasiado porque siguió con su táctica de restar dentro de la pista y agresivo, pero lo suficiente como para abrirle el cielo a Nadal, que sacó tajada. Federer rozó el break en los primeros compases, pero fue el manacorí el que consiguió romperle el servicio en el tercer juego para, posteriormente, mantener el suyo a base de rodillo. El de Basilea cometió errores imperdonables en la red y desconectó por completo. No le salió nada y Rafa buscó el resto a los pies, muy serio. Partigo igualado.

Parecía que Federer había entrado en una dinámica mala y que no sería capaz de aguantar el ritmo que empezaba a imponer Nadal, pero por algo estos partidos son tan impredecibles. Federer empezó el tercer set como si nada hubiera pasado, enchufado, y enseguida abrió distancia con el balear. Encadenó una serie de 'drives' maravillosos, desmontando por completo todas las teorías confeccionadas en la segunda manga. Ahora, Nadal era el 'puchinball'. El partido se abrió a un intercambio mayor, pues Rafa peleaba todas las pelotas, con recursos variados que hicieron las delicias de los presentes: abiertos, reveses cruzados, voleas imposibles y restos que no se enseñan ni en las academias por su complejidad. El pack, al completo. El nivel, tremendo. Rafa, a contrapié, necesitaba sacar un extra de la chistera si no quería despedirse del sueño de su tercer Wimbledon.

placeholder Nadal, celebrando los últimos puntos que le permitían seguir peleando a pesar de las dificultades. (EFE)
Nadal, celebrando los últimos puntos que le permitían seguir peleando a pesar de las dificultades. (EFE)

La batalla mental

Lo intentó con todo el balear, pero no lo consiguió. Su saque, ese que le había acompañado durante todo el torneo, se desinfló como un globo. Federer, mucho más preciso y sólido. El balear intentaba mantenerse a flote por orgullo, pero su expresión corporal denotaba que las cosas no le estaban funcionado. Sus pies no respondían, le costaba volver a la posición cuando golpeaba la bola intentando atacar al suizo. El duelo entró en una gran batalla mental: Federer no quería dejar de pisar el acelerador mientras Rafa se mantenía bien pegado, incordiando por el retrovisor esperando su oportunidad. En cualquier despiste, el balear le podía hincar el diente porque el marcador se mantenía estrecho. Celebraba Rafa cada punto ganado con agonía como si no hubiera un mañana. El público, en pie.

Sin embargo, el número tres del mundo no permitió que su rival se le subiera a las barbas por más tiempo y sentenció la eliminatoria al servicio tras un tanteo que le llevó a padecer más de lo que estaba dispuesto a soportar. Es su torneo, su jardín particular, al igual que para Rafa lo es Roland Garros. Federer buscará su noveno cetro con 37 años. No descansa, como tampoco Rafa y 'Nole'. La edad es solo un número para el 'big three' por excelencia del deporte mundial.

Lo peleó, lo buscó con ahínco, pero Rafa Nadal sucumbió ante el Federer más serio que se recuerda en mucho tiempo (6-7, 6-1, 3-6, 4-6). Al suizo tanto le dio que el juego en Wimbledon se hubiera ralentizado este año ante la ausencia de lluvias -según él- algo que favorecía a Nadal. El de Basilea salió a 'La Catedral' e impartió una clase magistral de tenis para plantarse en una nueva final de Grand Slam, la décimosegunda en el All Englan Club. Le espera Djokovic, que superó al otro español en liza, Roberto Bautista. De esta manera, Rafa se queda en semifinales por segunda temporada consecutiva, aunque poco o nada se le puede reprochar porque el duelo, exquisito e igualado, se resolvió por pequeños detalles. Estuvo más fino Federer, que buscará ampliar su legado. Tan cerca lo tuvo Rafa, tan lejos a la vez.

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