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Consecuencias de la revolucionaria nueva Copa Davis a la que ha metido mano Piqué
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a partir de 2019 se jugará en una sola semana

Consecuencias de la revolucionaria nueva Copa Davis a la que ha metido mano Piqué

La ITF anuncia a bombo y platillo un nuevo formato más al gusto de los jugadores y con Piqué como inversor, pero solo será efectivo si se acepta en agosto y deja una serie de dudas importante

Foto: Francia es la última campeona de la Copa Davis. (Reuters)
Francia es la última campeona de la Copa Davis. (Reuters)

La Federación Internacional de Tenis (ITF, por sus siglas en inglés) cuenta satisfecha que ha orquestado una revolución. La Copa Davis desaparecerá tal y como la conocemos, uno de los trofeos con más solera del mundo del deporte cambiará su piel y será algo radicalmente diferente (y el futbolista Gerard Piqué ha tenido algo que ver). Solo quedará en pie la ensaladera, el nombre de la competición y el hecho de que el campeón será considerado el país campeón del mundo ese año. Poco más.

¿Cómo será la nueva Davis? El nuevo formato condensa en una semana todo lo que antes se jugaba en cuatro. Habrá 18 equipos enfrentándose en un solo lugar: primero en grupos y después en cruces desde cuartos de final. Los encuentros, en contra de lo que se estilaba, serán solo al mejor de tres sets (no de cinco) y los enfrentamientos tendrán solo tres partidos, dos de individuales y uno de dobles, a diferencia de los cinco que se jugaban hasta el momento en cada eliminatoria. Los tenistas llevaban años intentando algo así, quejándose del formato de la Davis, desapareciendo en muchas rondas. Y por fin lo han logrado.

Foto: La ensaladera, el trofeo que se da al campeón de la Copa Davis (EFE)

La ITF puede venderlo como una idea propia, pero se hace bastante complicado creerlo, aunque solo sea porque llevaba años poniendo el grito en el cielo cuando se hablaba de la necesidad de retocar una competición que claramente era anacrónica. La internacional no deja de ser una asociación de otras muchas federaciones nacionales y estas son, de largo, las que más problemas han tenido para aceptar el nuevo formato.

placeholder Piqué, en el torneo de Madrid. (EFE)
Piqué, en el torneo de Madrid. (EFE)

El empuje de Piqué y 3.000 millones

Es un ataque a sus finanzas, quizá el ataque más doloroso que pueda existir. El tenis cambió en los años setenta y ochenta, las federaciones perdieron poder y se quedaron sin torneos, salvo las cuatro que organizan los campeonatos de grand slam, que no tienen ningún problema de ingresos reseñable. El resto viven de un patrocinador al que cuesta venderle la moto -y más aún que costará- y del dinero que puedan sacar en entradas cuando una eliminatoria de alto nivel se jugaba en su suelo. Con eso, más las subvenciones públicas que pueda estimar cada país, iban tirando.

Ahora, sin embargo, ha desaparecido esa opción pero, por lo que se ve, ha entrado otro actor de por medio para cambiar realmente las cosas. Se llama Grupo Kosmos y pondrá 3.000 millones de dólares por los próximos 25 años de tenis por naciones. No suena demasiado porque, en realidad, la empresa tampoco tiene pasado. Sin embargo anda sobrada de nombres, detrás de ella está Gerard Piqué, central del Barcelona y amante de los negocios. El fondo de inversión cuenta también con el respaldo de Hiroshi Mikitani, director general de la multinacional japonesa Rakuten que parece siempre dispuesto a embarcarse en las guerras de su amigo Piqué.

Foto: Conchita Martínez acompañço a Muguruza en Wimbledon. (EFE)

Muchísimo dinero, que es el analgésico para muchos de los problemas del tenis. Un porcentaje importante del mismo tendrá que ir a las federaciones nacionales, perdedoras del tema. También otro poco se dirigirá a los jugadores, que hasta el momento ganaban poco o nada por comparecer con sus selecciones y que llevan años de quejas al respecto de esta competición. El argumento habitual era lo pesado del calendario y las muchas lesiones que actualmente dañan el circuito, pero una remuneración acorde con su aportación no está de más.

El proyecto, en realidad, está aún por culminar. En agosto habrá una asamblea de federaciones que necesita dos tercios de síes para que salga adelante la propuesta. No siempre es sencillo que estas cosas salgan adelante, y entre otras cosas por eso la ITF se ha apresurado a comunicar un cambio que aún no está cerrado. Es una manera como otra cualquiera de presionar al voto favorable, pues el nuevo formato, en principio, es más atractivo para el aficionado. Y, en buena lógica, las próximas semanas un regimiento de estrellas del tenis saldrán a la palestra para decir que están encantados. Menos desplazamientos, menos trabajo, menos partidos y más dinero ¿cómo iban a negarse? Y para las federaciones siempre es complicado negar a los artistas.

placeholder El último equipo español de Davis. (EFE)
El último equipo español de Davis. (EFE)

Las dudas que plantea

El comunicado, en todo caso, deja ver solo una ventana de la realidad. Porque el dineral que pone la empresa de Piqué no está justificado por ningún lado. No se habla de derechos de televisión del evento y tampoco de esponsorizaciones. No es posible saber a cambio de qué ofrecen esa financiación tan contundente. Actualmente, BNP Paribas es el principal financiador del torneo -y de la ITF- con un acuerdo que se extiende hasta 2021. Nada se habla del tema en el anuncio de este lunes, pero el principal motivo para patrocinar hasta el momento a la institución era, precisamente, aparecer en todos los partidos de fondo, mandando en la pista. Ahora ni habrá tantos partidos ni es posible saber qué pasará con la publicidad. Tampoco de la posibilidad de hacer algo similar con el tenis femenino, que en la Fed Cup también tiene problemas muy similares a los que se da con la Davis.

Foto: Nadal y Federer celebran la victoria en la Laver Cup. (EFE)

De lo que sí habla la ITF es de un buen puñado de ciudades que querrían acoger el evento. Es lógico. No dan ningún nombre, pero en principio si todo sale bien es un producto atractivo para ser organizador. Estando Rakuten detrás sorprendería que no fuese en Asia. Y habrá que ver el proceso de adjudicación, porque igual las muy interesadas ciudades dejan de estarlo o lo están menos cuando se acerquen a la ventanilla de la internacional y les cuenten el dinero que cuesta el canon para llevar a cabo un evento de esta magnitud.

En la nota no se dice, pero no es difícil pensar que en todo este proceso -y con toda esta premura- ha tenido algo que ver la Laver Cup, exitoso torneo que el año pasado montaron Nadal y Federer. El desafío Europa contra el resto del mundo salió muy bien, mejor que lo esperado, tuvo bastante más recorrido que la propia Davis. En manos privadas, era una clara amenaza a la hegemonía de la ITF. Renovarse o morir, y en eso están, aunque queda por ver en qué queda todo. Hay demasiados actores de por medio para que no haya ningún sobresalto por el camino.

La Federación Internacional de Tenis (ITF, por sus siglas en inglés) cuenta satisfecha que ha orquestado una revolución. La Copa Davis desaparecerá tal y como la conocemos, uno de los trofeos con más solera del mundo del deporte cambiará su piel y será algo radicalmente diferente (y el futbolista Gerard Piqué ha tenido algo que ver). Solo quedará en pie la ensaladera, el nombre de la competición y el hecho de que el campeón será considerado el país campeón del mundo ese año. Poco más.

Gerard Piqué