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La revolución de Pablo Feijoo, el druida del rugby 7 que ha puesto a España en el mapa
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el entrenador que está haciendo historia

La revolución de Pablo Feijoo, el druida del rugby 7 que ha puesto a España en el mapa

Pablo Feijoo es el hombre más relevante del rugby español en los últimos años. Con él al mando, la selección masculina de 'seven' ha igualado el mejor resultado de su historia

Foto: Pablo Feijoo, seleccionador español de rugby 7 (Ferugby)
Pablo Feijoo, seleccionador español de rugby 7 (Ferugby)

Si te cruzas con Pablo Feijoo (San Sebastián, 1982) por la calle, nada te haría sospechar que estás ante un referente deportivo, quizás solo esas chanclas y esa gorra que luce incluso en invierno y que delatan su afición por el surf. Sin embargo, Pablo Feijoo Ugalde es el hombre más relevante del rugby español en los últimos años. Más incluso que su padre Alfonso, actual presidente de la federación. Esa consideración tienen fuera de nuestras fronteras.

No fue fácil que Pablo asumiese el cargo de seleccionador de 7. No por miedo al que dirán, sino por sus exigencias para hacerse con el cargo. Y no es que se descolgase pidiendo un sueldo elevado, es porque exigía a su padre unos recursos mínimos de los que no disponía por entonces la selección de 7. El medio melé donostiarra fue un jugador respetado en el mundo del rugby, especialmente en el mundo del 'seven'. Sus lágrimas en Mónaco celebrando el pase de España a los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, tras ganar a Samoa con un ensayo de Ignacio Martín, 'Iggy', son uno de los grandes momentos de la historia reciente de disciplina. Pablo 'Feillu' (así lo pronuncian los anglosajones) era un jugador con un carácter que no esconde.

Foto: Alfonso Feijoo, en los pasados Juegos frente a Sudáfrica.

Después de la clasificación para los Juegos Olímpicos, su relación con Iggy estaba muy deteriorada. Sin embargo, cuando fue nombrado seleccionador dejó de lado sus preferencias personales y priorizó el interés de la selección. Iggy fue convocado y hoy es uno de los jugadores más destacados y probablemente el mayor especialista de 7 de España.

El trato al 7 de España

Pablo llegó del rugby XV, en el que ganó todo lo posible: una Liga con el CRC Madrid, tres Copas del Rey con Bera Bera, CRC y El Salvador, y la Superibérica con los Gatos. Además acumuló 40 'caps' con la selección y le dio tiempo a probar suerte en Inglaterra. Pudo seguir cómodamente instalado ahí, pero su carrera cambió al probar el 7 y más aún al conocerse que sería disciplina olímpica en Río de Janeiro. Pableras, junto a un grupo de jugadores (y amigos) que se autodenominaron La Familia, lo empeñó todo por pelear por un billete en los Juegos Olímpicos guiados por la sabia dirección de José Ignacio Tiki Inchausti. Bajo la presidencia de Alfonso Mandado, el 7 estaba abandonado; con Javier González Cancho, incluso perseguido; y con la llegada de su padre no mejoró mucho la decoración. El 7 siempre ha sido una disciplina maldita en el rugby español. En ninguna de esas tres etapas ha contado con los recursos de los rivales contra los que compiten. Pese a ello, La Familia se convirtió en 'core team' de las Series Mundiales de 7 (WSS), lo que significa ganarte el derecho de participar en todo el calendario de las WSS como equipo integrante de la competición. Años después, ya con Pablo como seleccionador, España ha recobrado la condición de 'core team'.

El paso de jugador a entrenador no ha sido fácil. Lo explica el capitán Paco Hernández: "Para mí, que he vivido con él sus últimos años de rugby como jugador, Pablo ha demostrado que con trabajo uno consigue lo que se proponga. Él ha pasado muchas etapas como jugador y siempre ha sabido sobreponerse a cualquier obstáculo. Dada su escasa experiencia como entrenador, se ha apoyado mucho en los jugadores para escucharnos y para mejorar. Además de estar haciendo un trabajo muy bueno con el grupo, está intentando ampliar el número de jugadores y hacer del 7 un proyecto grande y estable para muchos años. Está muy implicado con el proyecto porque es un amante de esta modalidad".

placeholder Pablo Feijoo (d) se retiró tras los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016. (Reuters)
Pablo Feijoo (d) se retiró tras los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016. (Reuters)

Cambio de propuesta de juego

Pablo, del que algunos dudaban sobre su capacidad para dirigir el equipo por acceder al cargo tras colgar las botas en Río, ha cambiado el estilo de juego de la selección. Ser jugador y conocer el juego desde dentro le ha hecho desarrollar otra propuesta. Ante la inferioridad física frente a jugadores más corpulentos, España ahora implica más gente en defensa cerca de la pelota, lo que obliga a los rivales a no poder jugar tan abierto por su inferioridad numérica en las zonas de conquista, ya que les obliga a acumular más gente en el eje. Eso posibilita las ayudas de los españoles cerca del punto de encuentro y además adelantan la línea de presión fuera para forzar más el juego rival. "Ha introducido una dinámica con mucho más entrenamiento del combate y cambios en la estructura defensiva que, para mí, son una de las claves del éxito que estamos teniendo en estas Series Mundiales", apunta Hernández.

A eso ha sumado la importancia del cuarto partido. La fórmula de las Series Mundiales te hace jugar tres partidos de grupo el primer día y luego jugarte los puntos en el segundo. Si no te clasificas en el grupo, lo cual es difícil porque te obliga a ganar dos partidos de los tres en esa primera jornada, el partido clave es el primero del segundo día. Ese cuarto encuentro del fin de semana define si vas por arriba del cuadro buscando puntos o caes abajo y no sumas nada para luchar por la permanencia. Pablo ha puesto el énfasis en la preparación de ese cuarto partido, el primero del segundo día, que se disputa normalmente muy temprano. Las comidas y los hábitos de descanso han sido alterados para activar a los jugadores de cara a ese partido matinal y el resultado ha sido magnífico. En los dos primeros torneos, España ganó el cuarto partido y eso le permitió sumar muchos puntos para alejarse de la última posición, ocupada por Rusia, y acercarse a la permanencia.

Los Xavi, Iniesta y compañía

El pasado 7 de abril España hizo historia al clasificarse en Hong Kong por segunda vez en su historia para la Copa de Oro. Comenzaron midiéndose a la todopoderosa Australia, que tenía a alguno de sus mejores jugadores en los Juegos de la Commonwealth, y los de Feijoo prepararon minuciosamente un partido que terminaron ganando (17-12). Después cayeron ante los descomunales kenianos y se lo jugaron todo ante Canadá, otra selección que invierte mucho dinero en el 7. España es un equipo que está cómodo con la pelota en las manos y que mueve mucho a los rivales. Pablo Superfontes, Pol Pla, Paco Hernández e Igor Genua generan una suerte de tiqui-taca que recuerda a los Xavi, Iniesta y compañía. Una seña de identidad, la de la propuesta con la pelota en las manos, con la que tumbaron finalmente a Canadá (17-12) y se metieron entre los ocho mejores del mundo.

Actualmente se encuentran en Borneo preparando el torneo de Singapur. Han suplido con picaresca la falta de medios en la selección y para ello Pablo y su equipo han propuesto soluciones como celebrar entrenamientos de élite con selecciones adineradas del Golfo Pérsico y a cambio lograr residencia gratis y no tener que regresar a España entre serie y serie. El fin de semana del 28 y 29 de abril, mientras en España el rugby vuelve a llenar un campo de fútbol en una final de Copa (el Ciutat de València del Levante), los Leones tratarán de hacer buenos los pronósticos y clasificarse de nuevo para la Copa de Oro en el grupo A, en el que están emparejados con Fiyi, Rusia y Japón.

España atraviesa por su época dorada en el 7 gracias al legado de La Familia y la tenacidad de Pablo Feijoo, que ahora anda metido en construir una estructura de captación de jóvenes valores y ha preparado un rastreo de deportistas para jugar al 7 a los que convocará a unos 'trials'. El jueves, mientras se perdían por Borneo, Pableras encontró wifi para lanzar un tuit buscando un entrenador de rugby en Ávila y Soria. Como jugador tenía mucho talento, como entrenador es un tipo tenaz. Y el rugby 7 lo agradece.

Si te cruzas con Pablo Feijoo (San Sebastián, 1982) por la calle, nada te haría sospechar que estás ante un referente deportivo, quizás solo esas chanclas y esa gorra que luce incluso en invierno y que delatan su afición por el surf. Sin embargo, Pablo Feijoo Ugalde es el hombre más relevante del rugby español en los últimos años. Más incluso que su padre Alfonso, actual presidente de la federación. Esa consideración tienen fuera de nuestras fronteras.

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