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El bonito gesto entre Loeb y Sainz con el Dakar en juego: "Estoy bien, pero baja el ritmo aquí"
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EN UN MOMENTO DECISIVO

El bonito gesto entre Loeb y Sainz con el Dakar en juego: "Estoy bien, pero baja el ritmo aquí"

El piloto francés tuvo un muy bonito gesto con Sainz cuando el español llegó a su altura tras sufrir una rotura en la suspensión. Rivales por el título pero, sobre todo, amigos, mostraron un gran respeto a la competición con un gran gesto

Foto: Loeb y Sainz, rivales y amigos en el Dakar. (Reuters/Jerome Prevost)
Loeb y Sainz, rivales y amigos en el Dakar. (Reuters/Jerome Prevost)

Carlos Sainz dio un golpe de autoridad en el Rally Dakar, donde acaricia virtualmente la victoria final. A falta de la última etapa, que se disputa este viernes, el veterano piloto está muy cerca de lograr el cuarto Touareg de su carrera, un logro solo al alcance de los mejores deportistas de la historia. El español voló para desarmar a Sébastien Loeb, su principal competidor, quien sufrió un problema mecánico que echó al traste todas sus opciones... y dejó un gesto para la historia.

Corría el kilómetro 153 de la etapa, en una de las zonas más técnicas por la que los pilotos debían de pasar, y Sainz estaba volando. Loeb había salido por delante del español, pero en cada waypoint le confirmaban que perdía tiempo con el líder de la carrera. Si quería ganar el Dakar por primera vez, el galo sabía que tenía que apretar para intentar acercarse en la general, momento en el que llegó el drama que le dejó fuera de competición de manera definitiva.

Foto: Carlos Sainz en la undécima etapa del Dakar. (Antonin Vincent/DPPI/AFP7)

El Hunter de Loeb sufrió un fuerte impactó que provocó la rotura de la horquilla delantera derecha de su suspensión. Consciente de que no podía repararlo, solicitó asistencia, sabiendo que acababa de tirar a la basura la posibilidad de ganar el Dakar. El piloto francés, un histórico de este tipo de competiciones, sabía que necesitaba ponerse en marcha lo antes posible, pero ya no dependía de él. La desesperación y el enfado crecían por momentos.

Fue entonces cuando Sainz, que llegaba por detrás, vio que el francés tenía problemas. Ambos pilotos, veteranos en mil guerras, amigos y compañeros, siempre han tenido buena relación, desde el Mundial de Rallies al propio Dakar, donde han compartido muchas aventuras. Por ello, el español no dudó en pasar cerca de Loeb para preguntarle si necesitaba ayuda. Da igual que el español fuera el líder y el francés su perseguidor: en la prueba más dura del mundo hay códigos distintos.

Cuando Loeb vio que Sainz tenía intención de bajar el ritmo por si necesitaba que le echaran una mano, el francés reaccionó rápido. Con un gesto, no dudó en indicarle al madrileño que, físicamente, se encontraba bien, para mandarle un mensaje muy claro con sus manos. Algo así como 'estoy bien, pero baja el ritmo, que es peligroso'. Loeb sabía que, si a Sainz le daba por detener el coche, sería muy difícil salir de la zona en la que estaban sin ayuda externa.

Loeb había roto la suspensión en una torrentera y, en caso de que el español detuviera su vehículo por echarle una mano, lo iba a pasar mal a la hora de tratar ponerse de nuevo en marcha. Por ello, a pesar de estar jugándose el campeonato, el piloto francés, en una acción que le honra, no dudó en pedirle al español que siguiera en carrera. Un precioso gesto entre dos rivales que dieron una verdadera lección de deportividad al mundo entero.

placeholder Sébastien Loeb pudo acabar la etapa. (Julien Delfosse/DPPI/AFP7)
Sébastien Loeb pudo acabar la etapa. (Julien Delfosse/DPPI/AFP7)

Estamos muy acostumbrados a ver muchos gestos antideportivos en especialidades donde el riesgo físico es casi inexistente. Por ello, lo sucedido en el Dakar tiene un peso aún mucho mayor: no solo por estar el título en juego, ni tan siquiera porque eran los dos principales candidatos al título sino, especialmente, porque en ese momento nada de eso importaba y sí saber si Loeb estaba bien físicamente y, una vez confirmado, que Sainz no perdiera tiempo en carrera.

Loeb, que estuvo cerca de la retirada, consiguió solventar la avería gracias al chino YunXiang. La capacidad del francés para no rendirse tuvo sus frutos, pues Lucas Moraes, que se ponía segundo del Dakar con todo el tiempo perdido de su rival, también rompió en los kilómetros finales, lo que permitió al galo poder auparse de nuevo a la segunda plaza de la general. Pero lo que quedará para la historia del Dakar es el gesto de deportividad entre Loeb y Sainz en pleno desierto.

Carlos Sainz dio un golpe de autoridad en el Rally Dakar, donde acaricia virtualmente la victoria final. A falta de la última etapa, que se disputa este viernes, el veterano piloto está muy cerca de lograr el cuarto Touareg de su carrera, un logro solo al alcance de los mejores deportistas de la historia. El español voló para desarmar a Sébastien Loeb, su principal competidor, quien sufrió un problema mecánico que echó al traste todas sus opciones... y dejó un gesto para la historia.

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