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Lo de Márquez y Bagnaia en Portugal fue exceso de testosterona, pero no un incidente de carrera
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UNA POLÉMICA QUE NO CESA

Lo de Márquez y Bagnaia en Portugal fue exceso de testosterona, pero no un incidente de carrera

El Gran Premio de Portugal dejó varias imágenes que confirman que, esta temporada, el piloto que mejor utilice la cabeza en pista será el que se lleve la victoria en el Mundial

Foto: Bagnaia y Márquez protagonizaron un sonado incidente. (EFE/EPA/Jose Sena)
Bagnaia y Márquez protagonizaron un sonado incidente. (EFE/EPA/Jose Sena)

Los seguidores de Pecco Bagnaia culpan a Marc Márquez del accidente en el Gran Premio de Portugal con la misma vehemencia que los del piloto español lo hacen con el italiano. Dirección de carrera zanjó la cuestión sin sanciones para los implicados en el accidente, pero no dejó contento a nadie. Quizá lo que hayan querido los comisarios es evitar problemas mayores si se hubieran decantado por una de las dos partes. Pero, siendo justos, tampoco hay una evidencia abrumadora a favor de uno de otro. Es el primer acto de un encontronazo que se sabía que tarde o temprano iba a ocurrir. Esto no ha hecho más que empezar.

Los partidarios de Marc Márquez reprochan la agresividad de Pecco Bagnaia, que no varió un ápice su trayectoria. Tienen claro que actuó así por tratarse de MM93 y, lo más probable, es que tengan razón. Pero a todos estos seguidores habría que preguntarles: ¿Qué esperaban? Pretender que el campeón del mundo, llevando la Ducati oficial, no saque toda su artillería cuando se enfrenta al gran referente a bordo de una Ducati antigua es, como poco, ingenuo. Te juegas puntos en el envite, una posible victoria incluso, pero había algo mucho más importante en juego, como es demostrar quién manda.

¿Recuerdan aquel famoso "Yo no soy Tito, yo te arranco la cabeza, que le decía el Mono Burgos a Jose Mourinho? Pues algo parecido quiso demostrar Pecco a su rival: "Marc, no me impresionas, tus juegos conmigo no valen". Es verdad que, a principio de temporada, siempre se puede correr más libre de presión. Márquez y Bagnaia iban desbocados y desprovistos de calculadora, quizá sabedores que, con mucho Mundial por delante, sumar un cero en una carrera no es el fin del mundo. Pero, atención, porque 2024 puede presentar un escenario diferente para ambos, por la presencia de dos pilotos apellidados Martín y Acosta.

Es ley de vida. Lo mismo que Freddie Spencer cambió una época al mandar a la hierba a la leyenda Kenny Roberts en el Gran Premio de Suecia de 1983, la tentación de demostrar quién manda es consustancial al deporte. Y no solo en las motos. Ahí está el famoso adelantamiento en Fórmula 1 de Fernando Alonso a Michael Schumacher en 2005 en Suzuka. Aquello era mucho más que una simple pasada, era el mensaje de un joven audaz asturiano de que estaba dispuesto a jugarse la vida en el envite. 'Pocas bromas con este', debió de pensar el alemán.

Entender por dónde viene el peligro

Pero Marc Márquez se equivocará si se obceca en batir campeón al mundo con una Ducati inferior. Bagnaia tampoco debería obsesionarse solo con el de Cervera, porque podría tener al enemigo real en casa. Jorge Martín tiene la lección aprendida del año pasado y, si Pecco pierde el foco, igual es demasiado tarde cuando quiera darse cuenta. Por otra parte, Pedro Acosta recuerda como un calco a aquel Márquez de hace una década. Insolencia y talento a raudales, que en Portugal dieron el primer podio de muchos más que vendrán. En resumen: cuidado con no entender por dónde viene el peligro.

Es prematuro sacar conclusiones, pero hay datos que invitan a pensar que la lucha por el Mundial va a ir mucho más allá de un pugilato entre Márquez y Bagnaia. Está, por supuesto, el factor de las lesiones; está también la evolución técnica de las Aprilia de Maverick y Espargaró; está, incluso, la candidatura de Binder y Miller a bordo de unas KTM que se las ve cada vez más parejas en competitividad con las dominantes Ducati. Pero, sin infravalorar lo anteriormente mencionado, ojo con Jorge Martín y Pedro Acosta, porque son candidatos al título tan fuertes como Marc y Pecco.

Acosta impresionó a todos en su debut en Qatar y cometió un error de novato al achicharrar sus neumáticos. En Portimao, en la carrera al esprint y en la prueba convencional, rodó con comodidad con las KTM oficiales pese a llevar una especificación inferior. El murciano demuestra una asombrosa capacidad de adaptación y de poder rodar al límite con solvencia. Estamos apenas con el Mundial empezado y quien crea que el piloto de Tech3 GasGas no va a pelear por el título, se arriesga a equivocarse. Y mucho.

placeholder El hachazo de Acosta a Márquez en Qatar. (Cordon Press)
El hachazo de Acosta a Márquez en Qatar. (Cordon Press)

Los fallos se van a pagar caros

Por otra parte, Jorge Martín no es el mismo piloto que en 2023. La forma en la que perdió el año pasado el título fue muy dura, pero también de esas que enseñan lecciones muy valiosas. El mismo piloto madrileño reconocía al término de la carrera que la madurez es un activo que antes no tenía y que ahora le está ayudando de forma decisiva. Su Ducati es prácticamente igual a la de Bagnaia y, a igualdad mecánica, el bicampeón mundial no puede permitirse más fallos como el cometido en la pasada carrera en Portugal.

Marc Márquez no debe de caer en la tentación de forzar la máquina más de lo necesario. En Qatar, se le vio corriendo con mucha cabeza, no cebándose en ninguna batalla y logrando un valioso cuarto puesto. Lo de Portimao no debe interpretarse como que haya vuelto a las andadas de sus fatales ansias de victoria, pero es un aviso. No se puede permitir ni una más. Por supuesto, para no poner en peligro esa recuperación física que tanto le ha costado lograr, pero también porque podría perder el tren del Mundial. Y, quién sabe, sino recuperarlo más.

Finalmente, Pecco Bagnaia se enfrenta a un escenario crucial en su carrera como es el de demostrar que asciende de bueno a nivel leyenda. Sus dos títulos mundiales no se los ha regalado nadie, pero es inevitable que mucha gente crea que se deben a la superioridad de su Ducati y los problemas de sus rivales naturales. Si gana esta temporada, cerrará la boca a todos los dubitativos, pero, si es batido, no podrá quitarse un estigma: ganar un título más por los problemas ajenos que por superioridad propia.

Está claro que nos vamos a divertir en 2024, porque este Mundial cuenta con todos los ingredientes para hacerse épico. El que piense más en bravuconadas para amedrentar al rival que en los puntos, lo va a pagar caro. La guerra psicológica se va a ganar ahí, porque talento tienen todos, pero el que mejor use su cerebro es el que se llevará el gato al agua.

Los seguidores de Pecco Bagnaia culpan a Marc Márquez del accidente en el Gran Premio de Portugal con la misma vehemencia que los del piloto español lo hacen con el italiano. Dirección de carrera zanjó la cuestión sin sanciones para los implicados en el accidente, pero no dejó contento a nadie. Quizá lo que hayan querido los comisarios es evitar problemas mayores si se hubieran decantado por una de las dos partes. Pero, siendo justos, tampoco hay una evidencia abrumadora a favor de uno de otro. Es el primer acto de un encontronazo que se sabía que tarde o temprano iba a ocurrir. Esto no ha hecho más que empezar.

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