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La oscuridad de Jorge Lorenzo y el regreso al circuito donde empezó todo (el calvario)
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"No he tenido tiempo de recuperarme"

La oscuridad de Jorge Lorenzo y el regreso al circuito donde empezó todo (el calvario)

En Alcañiz el balear cumple un año de desventuras encima de la moto. Primero con Ducati, luego con Honda. 13 caídas y tres pasos por el quirófano, su balance. Se encuentra sin motivación y desganado

Foto: Jorge Lorenzo, en su box del Repsol-Honda. (EFE)
Jorge Lorenzo, en su box del Repsol-Honda. (EFE)

Jorge Lorenzo no solo no pasa por uno de los peores momentos de su carrera deportiva, pasa por una de las crisis más grandes que se le recuerdan. Posiblemente, la más difícil desde que es piloto del campeonato de MotoGP. Su clasificación en el Mundial no deja lugar a dudas- es cuarto por la cola solo por delante de Tito Rabat, Syahrin y Kareal Abraham- pero también lo evidencian sus declaraciones tanto en público como en privado. Lorenzo no está a gusto ni con la montura, ni con el campeonato ni, por supuesto, con su físico. Sigue aquejado de molestias. Este viernes se quedó a tres segundos del mejor tiempo registrado por su compañero en el Repsol-Honda, Marc Márquez, en los dos primeros libres del fin de semana. Lorenzo sigue con el equipo porque tiene contrato, pero si mañana decidiera bajarse de la Honda a nadie le extrañaría, ni siquiera a su director deportivo, Alberto Puig, que el curso pasado confió en él y le fichó de Ducati en detrimento de Dani Pedrosa.

Ahora mismo, el balear camina por los circuitos como una especie de forajido. Para la organización no cuenta en las ruedas de prensa. Ni antes, ni mucho menos ahora. El '99' lleva toda la temporada sin aparecer en ellas. Sus malos resultados le han condenado. Para escucharle hay que acercarse a su 'motorhome' o esperar a las declaraciones recogidas por su propio equipo. Su situación contrasta con la de Marc. En casa del de Cervera priman las risas y el buen 'rollo'. Sobre Lorenzo, tres veces campeón del mundo y el primer español tras Álex Crivillé, recae una especie de halo de desafección. Encima, el mallorquín ha vuelto al lugar de los orígenes esta semana: Alcañiz, donde comenzó hace exactamente un curso el tránsito por la oscuridad. En este tiempo ha encadenado 13 caídas y tres pasos por el quirófano.

El pasado 23 de septiembre, Jorge Lorenzo sufrió en Aragón una luxación en el pie derecho y una fractura en el dedo. Fue el principio del calvario. "Hace ya un año de lo que pasó. Empezó aquí, y en Tailandia, y en la pretemporada con el escafoides, y en Assen. Ha habido cuatro lesiones muy importantes y aunque la última sea la peor, las otras también han sido duras y han marcado el devenir de los resultados”, explicó el español. Un curso entero sin subir al podio, ni siquiera un top10. En un año Lorenzo solo ha sido capaz de sumar 23 puntos en 20 carreras, siendo su mejor puesto un décimo primero en Le Mans. "La cosa está oscura, es algo que no se puede negar. Antes de la lesión ya no estaba al 100%, pero después está siendo todo mucho más complicado. Es la lesión más lenta que he tenido en mi carrera. Mejoro muy poco a poco y no ayuda tener que competir cada semana", explicó el '99'. Los dolores musculares en sus vértebras dañadas tras la caída en Holanda no le dan respiro.

placeholder Jorge Lorenzo, durante la segunda sesión libre de este viernes. (EFE)
Jorge Lorenzo, durante la segunda sesión libre de este viernes. (EFE)

En plena supervivencia

"Todavía no he tenido tiempo de recuperarme, no estoy como antes. No tengo la espalda como la tenía antes, ni ósea ni muscularmente. Todavía me duele en según qué posición y con dolor no se puede luchar. Después de este Gran Premio me pondré con las pesas, hasta ahora no he podido ni tocarlas, e intentaré ganar masa muscular. Quiero tener energía para poder aguantar toda la carrera", apuntó. Los problemas de Jorge han variado en los últimos tiempos: ya no es la moto lo que más le preocupa, sino el estado de su cuerpo. Lorenzo no desea volver a caerse, le aterra esa posibilidad. Ha sufrido demasiados perjuicios a lo largo de su trayectoria deportiva y, ante la evidente falta de confianza con el tren delantero que sufre con la RC213V, prefiere no arriesgar. Aunque lo niegue, está sobreviviendo a este final de temporada.

Antes de lesionarse, Lorenzo estuvo probando diferentes apéndices en la moto para sentirse más a gusto y ser más agresivo en el paso por curva. El balear asegura que este apartado ya está superado. "Ergonómicamente poco más se puede hacer. Con lo que tengo, hemos conseguido una ergonomía mas o menos buena. Honda tenía un problema en el motor, lo mejoró y eso trajo complicaciones en la mayoría de las curvas, que es donde sufrimos", contó. Se espera lluvia para la 'qualy' del sábado, lo que no motiva nada al balear, que seguirá quemando grandes premios con la esperanza de que la tortura acabe cuanto antes.

Jorge Lorenzo no solo no pasa por uno de los peores momentos de su carrera deportiva, pasa por una de las crisis más grandes que se le recuerdan. Posiblemente, la más difícil desde que es piloto del campeonato de MotoGP. Su clasificación en el Mundial no deja lugar a dudas- es cuarto por la cola solo por delante de Tito Rabat, Syahrin y Kareal Abraham- pero también lo evidencian sus declaraciones tanto en público como en privado. Lorenzo no está a gusto ni con la montura, ni con el campeonato ni, por supuesto, con su físico. Sigue aquejado de molestias. Este viernes se quedó a tres segundos del mejor tiempo registrado por su compañero en el Repsol-Honda, Marc Márquez, en los dos primeros libres del fin de semana. Lorenzo sigue con el equipo porque tiene contrato, pero si mañana decidiera bajarse de la Honda a nadie le extrañaría, ni siquiera a su director deportivo, Alberto Puig, que el curso pasado confió en él y le fichó de Ducati en detrimento de Dani Pedrosa.

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