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De París 1900 a Tokio 2020: así ha quedado el medallero español en los Juegos Olímpicos
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De París 1900 a Tokio 2020: así ha quedado el medallero español en los Juegos Olímpicos

La capital de Francia alberga los próximos Juegos Olímpicos, pero ya lo hizo en el año 1900, cuando España participó por primera vez. Así han quedado los medalleros a lo largo de la historia

Foto: El actual rey Felipe VI, abanderado de los JJOO de Barcelona 92 (EFE)
El actual rey Felipe VI, abanderado de los JJOO de Barcelona 92 (EFE)

Más de dos semanas de deporte en Tokio en un año en el que aún el covid-19 no ha dejado de formar parte de nuestras vidas. Los últimos Juegos Olímpicos finalizan este domingo, con una ceremonia de clausura que pone fin a días y días de competiciones, en las que España ha conseguido colgarse alguna que otra medalla. No ha sido Barcelona, eso está claro, aunque aún quedan opciones de medalla antes de que concluya. Este año se cumplen 121 años desde la primera vez que nuestro país envió delegación a una Olimpiada, a una de las modernas, cuyo formato ya está bastante alejado de aquellos Juegos de la Antigua Grecia, aquellos en los que solo los hombres libres que sabían hablar griego podían competir, en los que Alejandro Magno participó y cosechó varias victorias —según el historiador griego Calístenes de Olinto, sobrino de Aristóteles, aunque no según el reconstruido listado de ganadores— y que fueron prohibidos por paganos tras la adopción del cristianismo como religión oficial en el Imperio romano. De aquellos en los que únicamente participaban las colonias griegas a los actuales, en los que, según han ido pasando los años, participan cada vez más naciones. España lo ha hecho en casi todas las ediciones celebradas de los Juegos Olímpicos modernos en algo más de un siglo, aunque no en todas y, desde luego, no en todas activó su medallero.

Los Juegos modernos se recuperaron en Atenas, donde tenía que ser, en 1896: aquel año participaron 275 deportistas de 14 países en solo una decena de disciplinas deportivas. Nada que ver con los miles de atletas que hoy se congregan en Tokio para competir en más de 40 deportes diferentes. Solo de la expedición española se concentran este año en la capital de Japón un total de 321 deportistas olímpicos, entre los que se encuentran la joven Adriana Cerezo, la taekwondista de 17 años que estrenó con una plata el medallero español, o David Valero, que lo hizo al día siguiente con un bronce obtenido tras una espectacular remontada, desde la 35ª posición, en bicicleta de montaña.

En aquel año no hubo ningún español, hubo que esperar hasta la siguiente edición, la de París, para ver cómo ocho atletas españoles (todos hombres) viajaban a la capital francesa para después regresar con la primera medalla de oro española de la era moderna. Fue obra de los pelotaris Francisco Villota y José de Aménzola y Aspizúa, tras una victoria en la modalidad de cesta punta de pelota vasca. Lo cierto es que la que ahora se reconoce como la primera presea española tiene una historia bastante cómica: la participación en pelota vasca era más bien escasa. De los tres torneos, uno se quedó sin participantes y en el segundo, el de cesta punta 'amateur', solo se apuntaron la pareja conformada por Villota y De Aménzola y otros dos que competían por Francia, Durquetty y Echegaray, que se retiraron antes del partido al no aceptar el reglamento establecido.

placeholder Juegos Olímpicos de San Luis (Estados Unidos), en 1904.
Juegos Olímpicos de San Luis (Estados Unidos), en 1904.

Después de la primera medalla tardaron en llegar las siguientes, ya que España se 'saltó' tres Juegos Olímpicos: los de San Luis (Estados Unidos), en 1904, los de Londres (Reino Unido), en 1908, y los de Estocolmo (Suecia), cuatro años más tarde. Londres aquel año sí vio a dos atletas españoles, nacidos en Argelia, bajo la bandera de Francia, pero inscritos ambos en sus partidas de nacimiento como 'espagnol'. Los dos repitieron junto a Marcos Torre Candela, también nacido en suelo argelino, compitiendo por Francia, pero registrado como 'espagnol' de nacimiento, tal y como recoge el Centro de Investigaciones de Historia y Estadística del Fútbol Español (Cihefe) en su página web.

El insignificante retorno de España a los JJOO

Tras no haber Olimpiada a causa de la Primera Guerra Mundial —Berlín dejó de ver ese año lo que iban a ser los Juegos del Imperio alemán, y los vio más tarde, ya durante el nazismo—, Amberes acogió la celebración del macroevento deportivo en 1920, cuando el Comité Olímpico Español (COE) envió a más de medio centenar de deportistas españoles, para competir en un total de seis disciplinas. Desde entonces y prácticamente hasta los Juegos de Barcelona de 1992, la delegación española pasaba sin pena ni gloria por las Olimpiadas, con un pequeño puñado de medallas de oro (cinco, concretamente, desde al año 1900) y unas cuantas más, aunque tampoco demasiadas, de plata y bronce. En 1920, España solo se llevó dos preseas de plata, en fútbol y polo.

Si bien no cabe destacar prácticamente nada en cuanto a resultados hasta la década de los noventa, sí merece mención que en 1924 a la capital francesa, que repite como sede de los Juegos un siglo después, viajaron las dos primeras mujeres españolas que compitieron en unos Juegos, las tenistas Lilí Álvarez y Rosa Torras. Y aunque la participación femenina ha ido creciendo, hasta Barcelona 92 ninguna se había subido al podio: lo hizo la judoca vallisoletana Miriam Blasco, con un oro.

Después del éxito de Barcelona, nada volvió a ser igual. No se regresó a la sequía del casi primer siglo de Juegos Olímpicos, pero tampoco se ha conseguido superar lo que se logró en la Ciudad Condal, donde los españoles dejaron en casa 22 medallas, 13 de ellas de oro, siete platas y dos bronces. En Atlanta se consiguieron 17 en total, cinco oros, seis platas y seis bronces, y en Atenas una veintena, más de la mitad de ellas platas y solo tres oros. Las últimas tres ediciones rozaron las 20 medallas, pero sin llegar a ellas: en Pekín 19 (cinco oros, 11 platas y tres bronces), en Londres 18 (cuatro oros, 10 platas y cuatro bronces) y en Río 17 (siete oros, cuatro platas y seis bronces).

Tokio 2020 ha sido una Olimpiada irregular para España, que ha visto cómo muchos favoritos caían en sus disciplinas, mientras otros, entre ellos muchos jóvenes, daban la sorpresa: Adriana Cerezo abrió el medallero español con solo 17 años, y casi al final de la Olimpiada el joven Alberto Ginés, de 18 años, se convertía en el primer campeón olímpico de escalada, en el debut de esta disciplina en unos Juegos Olímpicos. Aún quedan dos días, veremos cómo termina España.

Más de dos semanas de deporte en Tokio en un año en el que aún el covid-19 no ha dejado de formar parte de nuestras vidas. Los últimos Juegos Olímpicos finalizan este domingo, con una ceremonia de clausura que pone fin a días y días de competiciones, en las que España ha conseguido colgarse alguna que otra medalla. No ha sido Barcelona, eso está claro, aunque aún quedan opciones de medalla antes de que concluya. Este año se cumplen 121 años desde la primera vez que nuestro país envió delegación a una Olimpiada, a una de las modernas, cuyo formato ya está bastante alejado de aquellos Juegos de la Antigua Grecia, aquellos en los que solo los hombres libres que sabían hablar griego podían competir, en los que Alejandro Magno participó y cosechó varias victorias —según el historiador griego Calístenes de Olinto, sobrino de Aristóteles, aunque no según el reconstruido listado de ganadores— y que fueron prohibidos por paganos tras la adopción del cristianismo como religión oficial en el Imperio romano. De aquellos en los que únicamente participaban las colonias griegas a los actuales, en los que, según han ido pasando los años, participan cada vez más naciones. España lo ha hecho en casi todas las ediciones celebradas de los Juegos Olímpicos modernos en algo más de un siglo, aunque no en todas y, desde luego, no en todas activó su medallero.

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