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De perder la visión con 23 años a soñar con su quinto oro
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david casinos, lanzador de peso en río 2016

De perder la visión con 23 años a soñar con su quinto oro

A causa de una diabetes, su vida pegó un giro de 180 grados. Tuvo que empezar de cero y a través del deporte, ha conseguido volver a ser feliz y a tener una ilusión cada mañana

Foto: David Casinos junto a su esposa, que también es su guía deportivo. (Kai Forsterling/EFE)
David Casinos junto a su esposa, que también es su guía deportivo. (Kai Forsterling/EFE)

Nacer ciego es algo muy duro para una persona, pero que una diabetes te arranque el poder de la vista tiene que serlo más aún. Eso le sucedió a David Casinos, que con 23 años perdió su capacidad para ver y eso hizo que tuviera que empezar su vida de cero. Pero a este atleta no le ha ido mal: cuatro medallas de oro desde Sidney 2000 hasta Londres 2012 que le han convertido en una leyenda de su deporte, el lanzamiento de peso.

Su relación con el deporte comenzó antes. Prácticamente, nació con él. En la infancia y adolescencia, David practicaba ciclismo de montaña y atletismo hasta que tuvo que elegir uno de los dos. Se decantó por el atletismo. Y la misma gente con la que entrenó durante esa época fue aquella que le convenció para volver a practicar deporte una vez se quedó ciego. "Fue muy difícil", confiesa Casinos, aunque ahora, con los años, lo agradece, ya que el atletismo le ha permitido "volver a pasarlo bien, tener más seguridad y olvidar los malos momentos", asegura a este periódico.

Cuando la pérdida de visión llegó a su vida, apareció el deporte para rescatarlo. Le permitió "digerir poco a poco" el hecho de no volver a ver y a "reconciliarse con uno mismo". También a volver "a tener ilusión" en la vida y a levantarse cada mañana con un objetivo en la cabeza. Algo que le ayudó a superar las depresiones que sufrió después de quedarse ciego y a que su familia, que estuvo siempre a su lado, pudiera "volver a ser feliz".

placeholder Casinos a su llegada al aeropuerto de Valencia después de ganar el oro en Londres 2012. (Manuel Bruque/EFE)
Casinos a su llegada al aeropuerto de Valencia después de ganar el oro en Londres 2012. (Manuel Bruque/EFE)

Con el paso de los años, comenzó a ser mejor en el deporte, hasta el punto de poder vivir de ello. Algo que antes, para él hubiese sido impensable dada la poca difusión del deporte paralímpico. "Se ve que poco a poco hay más cambios en el deporte paralímpico y hay empresas que apuestan por nosotros", dice David, para después añadir que "ahora somos más visibles y eso le sienta bien a uno mismo, ya que ahora, gracias a los ingresos, se pueden sentir "deportistas al 100%".

Además, cuenta con el patrocinio de Under Armour, una gran empresa. Es algo raro, ya que el gran desconocimiento del deporte paralímpico hace que las compañías multinacionales no aparezcan en este tipo de eventos. Pero con David, llevan trabajando cuatro años. "Estoy contentísimo con ellos", asegura este deportista.

Ahora, David, aunque su mayor deseo es volver a ver, es un hombre feliz. El hecho de "poder hacer lo mismo que cualquier otra persona" le ayuda a serlo, aunque la forma de hacerlo sea "diferente", como él mismo dice.

A por su quinto oro

La gran motivación de David es conseguir una medalla. Con su carácter humilde, algo "fundamental para cualquier deportista", como él mismo dice, afirma que para él, estar en el podio "es un gran resultado" aunque, como no podría ser de otra manera, quiere ganar otra presea dorada más. "Va a ser muy difícil, cada vez los deportistas se preparan mejor", asegura.

Foto: Álex Sánchez Palomero celebrando su subcampeonato en triatlón. (@AlexPalomero)

Después de tantos éxitos paralímpicos, unidos a campeonatos europeos y del mundo, muchos deportistas acabarían sin hambre. Sin ganas de seguir subiendo a la misma montaña una y otra vez. Pero no es el caso de David, que no se cansa de ganar. "Los Juegos es algo especial, muy bonito", asegura. "Para mí, escuchar como se enciende la llama, el himno olímpico o de los países es algo muy especial", confiesa.

Además, se siente muy cómodo en Río de Janeiro. "Los edificios son muy bonitos, los pisos son bastante grandes y la comida, aunque algo rutinaria, también está bien", asegura. Aunque por otro lado, cree que en la ciudad se palpa cierta inseguridad "debido a la gran vigilancia que hay" y el transporte es algo malo. Invierte hora y media entre ir y volver de entrenar.

Foto: Centro acuático de Río de Janeiro (Barbara Walton/EFE)

Un amante de la informática

David confiesa ser un gran amante de la informática. Gracias a ella, tal y como asegura, ha podido volver a ver, aunque sea "de una forma diferente". Le ha permitido integrarse más y mejor en el mundo y eso es algo que le gusta mucho.

Su otra gran pasión es la bicicleta. Es un deporte que practica de manera habitual. Tiene la dificultad de que debe montar en tándem con alguien que sí pueda ver, pero aún así, es una práctica que le atrae mucho. De hecho, cuando decidió volver al deporte, se planteó el ciclismo como una posibilidad real, pero finalmente se decantó por el atletismo. Una decisión que, probablemente, haya sido la adecuada viendo el espectacular palmarés de este deportista desde que comenzara a sumar preseas en Sidney 2000.

Nacer ciego es algo muy duro para una persona, pero que una diabetes te arranque el poder de la vista tiene que serlo más aún. Eso le sucedió a David Casinos, que con 23 años perdió su capacidad para ver y eso hizo que tuviera que empezar su vida de cero. Pero a este atleta no le ha ido mal: cuatro medallas de oro desde Sidney 2000 hasta Londres 2012 que le han convertido en una leyenda de su deporte, el lanzamiento de peso.

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