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El paralímpico Casinos repetiría aventura en EEUU, donde "rezan antes de entrenar"
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El paralímpico Casinos repetiría aventura en EEUU, donde "rezan antes de entrenar"

David Casinos, primer atleta paralímpico español en marcharse a EEUU a entrenar en una Universidad americana, cuenta su experiencia en El Confidencial

Foto: David Casinos recibiendo el Premio Nacional de los Deportes (Efe).
David Casinos recibiendo el Premio Nacional de los Deportes (Efe).

David Casinos se convirtió en el primer atleta paralímpico español en marcharse a Estados Unidos a entrenar en una Universidad americana. Lo hizo el pasado octubre y El Confidencial se hacía eco de la aventura en la que se embarcaba el valenciano. Ya de vuelta, Casinos cuenta cómo ha sido la experiencia, lo que ha aprendido y lo que se lleva de una etapa que espera volver a repetir. Mientras educa a su nuevo perro guía, sigue centrado en preparar los Juegos de Río 2016, los que serán los quintos y últimos de su carrera. “Tengo 42 años. Cinco Juegos son muchos y tengo que pensar en esa puerta que se va a cerrar pronto”, asegura a este periódico, en el que explicó cosas que le habían llamado la atención, como "rezarantes de entrenary eso está mezclado con lo emocional".

Con mucha ilusión y con su bastón, así se marchó David Casinos a Estados Unidos para estudiar inglés y entrenarse en una Universidad americana de Nueva Orleans. Lo que iba a ser para tres meses, se quedó finalmente en uno y medio. “Cuando recibí la noticia de que me otorgaban el Premio Nacional del Deporte, tenía que ir a recibirlo en diciembre y tuve que adelantar mi vuelta. Además, en diciembre tenía que dar el curso del nuevo perro guía con el que ya estoy trabajando. En ese mes y medio aprendí muchísimo y mejoré el idioma, aunque tengo que seguir porque quiero dar conferencias en inglés”.

Casinos se convirtió en un estadounidense más. Vivió en primera persona la vida americana y explica a El Confidencial lo que más le llamó la atención de todo lo vivido: “Yo estoy acostumbrado a entrenar temprano, pero allí entrenábamos a las 5 o 6 de la mañana. He perdido peso allí a pesar de toda la ‘fast food’ que comía. Ambas cosas me llamaron la atención y también que ellos no están acostumbrados a ver a deportistas paralímpicos. Les chocaba que fuera con un bastón e incluso que fuera por la Universidad. Hubo momentos en los que me sentí muy solo por la calle, porque, al menos en la zona donde estuve yo, son muy individualistas. En España, mucha gente te ayuda, te lanza la mano o te dice algo, pero allí no. Allí he ido perdido con un bastón y es una cosa que desconocía”.

Para David Casinos, acostumbrarse a andar en bastón fue de lo más complicado. “Con mi perra hubiera sido todo más fácil. Con ella, das la orden y vas a donde quieras, con el bastón estaba perdidísimo. Al final llegaba, aunque me he sentido muy desprotegido y poco autónomo comparado con lo que soy yo”. Además de tener que adaptarse de nuevo al bastón, para Casinos “no tener cerca a su familia ni a su perro guía fue lo más duro” de estar lejos de casa. Pese a los momentos duros, Casinos guarda buenos recuerdos y también alguna que otra anécdota. “Un día se me acercaron dos chicas negras y me propusieron ir a ver una película 4D. Me apunté y cuando llegué, era ir a una iglesia con sus feligreses para ver una 4D. Querían captar y mantener a los feligreses dentro de allí y que no se alejasen hacia drogas, las armas… Cantaban, había altavoces, gente cantando en vivo… todo como si fuera en la mejor discoteca de España. Eso era la iglesia. Me chocó pero para mí fue muy grato e ilusionante porque era algo que quería conocer. Lo pasé muy bien”, cuenta.

En lo deportivo, Casinos también se encontró con novedades con respecto a lo que vive en España. Además de las horas para acudir a los entrenamientos, el valenciano reconoce que ha aprendido mucho: “El nivel deportivo es muy bueno, siempre lo digo. He sacado grandes características de ellos. Tienen una gran cantera de deportistas y una gran genética. Además, hay muchos atletas y tienen una calidad tremenda. Creo que tienen un potencial bestial, con buenos entrenadores que los guían bien en lo deportivo y en lo emocional. Eso les hace llegar a muchísimos sitios. Me llamó mucho la atención que lo primero que hacen todas las mañanas es la parte espiritual porque rezan antes de entrenar y eso está mezclado con lo emocional. Eso es como una garantía para que ellos entrenen al máximo. La entrega emocional es brutal. Es una fábrica de deportistas y me he llevado una buena impresión de lo que hacen allí”.

A David Casinos le gustaría repetir la experiencia de volver a Estados Unidos para seguir aprendiendo: “Repetiría porque quiero hacer cosas nuevas y conocer gente nueva. Quizás no volvería a esa zona, aunque he dejado amigos allí. Me quedo con el grupo y la gente que me ha arropado como si fuera un deportista más. Al final, yo pude dar una mini conferencia con ellos, además se taparon los ojos un día para entrenar y saber cómo me siento. Para mí, eso ha sido muy importante y me he sentido uno más del grupo

El atleta valenciano está ahora centrado en la adaptación a su nuevo perro guía, pero no deja de lado su gran objetivo a medio plazo: los Juegos Paralímpicos de Río 2016. Serán los quintos de su carrera deportiva y también los últimos: “Tengo la vista puesta en Río y después, esto se acaba. Son muchos años y necesito hacer otras cosas ya, mi mente me lo pide. Tengo 42 años, voy a hacer 43 y serán mis quintos Juegos. Aunque entreno como uno de 20, me recupero como uno de 43 y eso se nota. Ya no soy el chaval que era antes. Lo que me queda de carrera deportiva, quiero hacerlo muy bien, lo mejor posible, pero tengo que pensar en que esa puerta se va a cerrar pronto. Es durísimo el momento que te levantas y sabes que la vida deportiva se va a acabar pero hay que prepararse”, concluye.

David Casinos se convirtió en el primer atleta paralímpico español en marcharse a Estados Unidos a entrenar en una Universidad americana. Lo hizo el pasado octubre y El Confidencial se hacía eco de la aventura en la que se embarcaba el valenciano. Ya de vuelta, Casinos cuenta cómo ha sido la experiencia, lo que ha aprendido y lo que se lleva de una etapa que espera volver a repetir. Mientras educa a su nuevo perro guía, sigue centrado en preparar los Juegos de Río 2016, los que serán los quintos y últimos de su carrera. “Tengo 42 años. Cinco Juegos son muchos y tengo que pensar en esa puerta que se va a cerrar pronto”, asegura a este periódico, en el que explicó cosas que le habían llamado la atención, como "rezarantes de entrenary eso está mezclado con lo emocional".

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