El otro 'star system' del golf: por qué el PGA Tour seduce tanto a Jordan como a Curry y LeBron

El golf se ha encomendado a Netflix y a una máxima que bien podría haber salido de Marvel: los crossovers entre superhéroes, o superestrellas de otros deportes. El deporte vive actualmente un momento de fuerte disrupción por la batalla entre el PGA Tour y LIV Golf, que ya ha provocado el millonario fichaje de Jon Rahm por el circuito saudí.

Entre tanto, busca solventar problemas que van más allá del control del negocio, y que se basan, principalmente, en su dificultad para llegar a las nuevas generaciones, tanto de jugadores como de espectadores. Netflix empezó a dar con la clave con su torneo en directo entre golfistas y pilotos de F1 como Carlos Sainz, y el PGA ha sumado como accionistas a LeBron James o Drake.

El fenómeno de traer estrellas de otros deportes al golf, por ahora, solo ha sido posible en Estados Unidos. Es donde el star system está más imbricado directamente con la cultura deportiva, y donde el altavoz del atleta tiene más fuerza. Las escapadas de Michael Jordan para jugar al golf (y al póker) están en los anales de la historia. Sin embargo, en aquel momento el PGA y los cursos de golf no atravesaban la situación actual ni necesitaban de su notoriedad para impulsar su producto.

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Curry, un ejemplo a seguir

La estrella que más se ha involucrado en un deporte ajeno al suyo es Stephen Curry. En los últimos años, ha sido el mayor fenómeno del golf en términos de repercusión. La estrella de los Warriors de la NBA ha participado en numerosos torneos de exhibición, como el American Century Championship, que ganó el año pasado por delante del extenista Mardy Fish, o el jugador de la NHL Joe Pavelski.

También lleva años participando en el torneo benéfico The Match Champions for Change junto a leyendas como Charles Barkley, Tom Brady o Peyton Manning. Su presencia en un torneo lo convierte de forma casi automática en un éxito de masas. Atrae patrocinadores, espectadores e incluso socios televisivos. La marca especializada Callaway, la mayor del sector por volumen de ingresos, incluso firmó un acuerdo de patrocinio con Curry para equiparle en todos los torneos que participa desde 2019 y renovó el contrato el año pasado.

"Curry es el socio perfecto. Necesitamos más Stephens para hacer el golf inclusivo y divertido para que más personas se acerquen y lo prueben. Gracias a él podemos ver de primera mano que las iniciativas que creamos tienen un impacto para crear experiencias significativas y nuevas oportunidades para llegar a un público nuevo, más joven y diverso", destacó entonces Cip Brewer, consejero delegado de la marca.

El PGA Tour tampoco quiso dejar pasar el tren y anunció un acuerdo para co-invertir con Curry en un circuito propio para nuevos talentos afroamericanos, que son apenas el 2% de los golfistas. El programa paga viaje, alojamiento y comidas a sus becados y ya tiene cinco torneos asociados.

Netflix aterriza con todo

El año pasado también Netflix entró en escena. La plataforma de streaming ya emitía la serie Full Swing, similar a Drive to Survive. De hecho, puso al golf en el epicentro de su estrategia al escogerlo como el deporte para realizar su primera emisión en directo en la historia. Creó la Netflix Cup, un torneo que combinaba a los pilotos Carlos Sainz, Pierre Gasly, Alex Albon y Lando Norris con los golfistas Rickie Fowler, Max Homa, Collin Morikawa y Justin Thomas.

"Nos encanta ver cómo dos de nuestras series deportivas demuestran que pueden hacer crecer la base de aficionados del deporte en todo el mundo", señaló en la presentación Gabe Spitzer, vicepresidente de contenidos deportivos de no-ficción de Netflix. Norb Gambuzza, vicepresidente senior del PGA Tour, apuntó que "es un hito para nosotros y para Netflix, y nos permitirá mostrar a nuestros mejores deportistas ante una nueva audiencia mucho más diversa, que ya conoce mucho más de nuestro deporte y estrellas gracias a Full Swing".

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En las últimas semanas, se han dado nuevos pasos para seguir sumando un roster de súper-estrellas ajenas al golf. El PGA Tour ha sumado a su accionariado a LeBron James, su socio Maverick Carter y su agente Rich Paul, y a otras celebridades como el rapero Drake, el actor Chris Pratt, la esquiadora Lindsey Vonn y Arnold Schwarzenegger. "Participarán como consejeros del brazo comercial del PGA Tour" con el objetivo de aprovechar "su poder de marketing para ayudarnos a ampliar nuestra audiencia" y atraer nuevas oportunidades comerciales a la competición.

También se ha sumado el LPGA Tour. El circuito femenino alcanzó un acuerdo con la empresa de la tenista Naomi Osaka para crear un programa para sus jugadoras. Han puesto en marcha un programa piloto con ocho golfistas, con recursos económicos y asesoramiento para desarrollar campañas que impulsen su marca personal, highlights, enseñarles a gestionar sus redes sociales y comunicaciones.

La empresa de Osaka también creará contenido sobre ellas y el LPGA Tour, para que los aficionados conozcan el torneo desde dentro a través de sus historias. "Este acuerdo representa el compromiso de mostrar el gran talento de las jugadoras y refuerza la marca del LPGA en un escenario tan competitivo y dinámico", explicó Mollie Marcoux, comisionada del circuito estadounidense. "Es fundamental para los fans conocer mejor a las atletas y sus historias, así como sus logros deportivos. Los aficionados siguen a la gente y crean afinidad con ellas porque conectan con las jugadoras"" añadió.