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El abrazo del alma o cuando Modric y Casemiro dieron una lección al mundo
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El abrazo del alma o cuando Modric y Casemiro dieron una lección al mundo

Croacia y Brasil jugaron un partido a brazo partido en busca de un hueco en las 'semis', pero al término del choque, dos de sus jugadores más representativos dieron un gran ejemplo

Foto: El abrazo al final del partido. (Reuters/Annegret Hilse)
El abrazo al final del partido. (Reuters/Annegret Hilse)
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Hubo una vez un trío de futbolistas que dominó el fútbol mundial. Cuenta la leyenda que tres jugadores, de características muy diferentes, de países distintos y con formas de ver la vida opuestas, dejaron sus países de nacimiento en dirección a España, donde empastaron como nunca antes se había visto en el Real Madrid. Toni Kroos, Luka Modric y Carlos Casemiro marcaron una época en el conjunto blanco, forjando una amistad a prueba de bomba... incluso en los peores momentos.

Y es que si un Mundial tiene algo especial es que hace que aquellos compañeros con lazos de sangre imposibles de romper tengan que medirse cara a cara en busca de la gloria por su país. Un alemán, un croata y un brasileño hicieron —y algunos lo siguen haciendo— historia en el Santiago Bernabéu, pero la diosa fortuna quiso que este viernes, tanto Modric como Casemiro se vieran las caras en un partido a vida o muerte en el Mundial de Qatar. Y no dejaron indiferente a nadie.

Foto: Modric conduce la pelota mientras Richarlison lo persigue. (EFE/Neil Hall)

Durante los 120 minutos que duró el choque, los dos jugadores se midieron en numerosas ocasiones sobre el césped, pues, no en vano, sus respectivas demarcaciones daban lugar a que se cruzaran continuamente en todas las fases de juego. Tanto Luka como Case volvieron a dejar claro que son jugadores de un nivel superlativo y que son piezas claves allá donde juegan: Croacia se mueve al ritmo del 10; Brasil no se rompe gracias a los esfuerzos del 14.

Pero el destino les aguardaba aún un momento, fugaz, que no pasó desapercibido para los aficionados al balón. Neymar había adelantado a Brasil en la última jugada de la primera parte de la prórroga y Petkovic, casi al borde de la bocina, había conseguido llevar el choque a los penaltis. Después de que anotara Vlasic, el fallo de Rodrygo permitía a Majer poner con una importante ventaja a los croatas. Fue entonces cuando llegó el emotivo momento.

Era el turno de Casemiro quien, con mucha serenidad, no fallaba y recortaba distancias. Tras abrazar a Allison para desearle suerte, no dudó en recoger el esférico y dirigirse con él en dirección al tirador croata... que no era otro que Luka Modric. Con todo un país detrás, unas semifinales de un Mundial en juego y el corazón en vilo de millones de aficionados, el brasileño, con una media sonrisa, le entregaba el balón a su amigo quien, más serio, evitaba el cruce de miradas.

Tras anotar con tremenda calidad, Pedro y Orsic, respectivamente, hicieron lo mismo... momento en el que Marquinhos la mandaba al palo para confirmar la eliminación de una de las grandes favoritas. Croacia enloquecía y lo celebraba a lo grande; Brasil, a pesar de estar hundida, no perdía sus valores y daba la enhorabuena a sus verdugos... cuando llegó el abrazo del alma, ese en el que no hace falta decir mucho más allá de las propias sensaciones.

Casemiro y Modric se fundieron en un nudo en el medio del campo, donde el respeto, el cariño y la amistad saltaron a flor de piel. Tras compartir palabras y sensaciones, no dudaron en intercambiarse las camisetas para encaminarse charlando al túnel de vestuarios. Solo unos días antes, el brasileño había reconocido que los únicos jugadores con los que se sentía cómodo en el medio del campo era con Kroos y Modric. Unas horas después, ambos daban un ejemplo al mundo entero.

El fútbol levanta pasiones que, mal entendidas, se convierten en problemáticas. El croata y el brasileño dieron una lección al mundo entero: durante 120 minutos, lucharon por sus países, vaciándose en el césped y peleando hasta la extenuación. Al término del encuentro, la imagen de camaradería y amistad es el mejor ejemplo de lo que debe de ser el balompié. Una fotografía que dará la vuelta al mundo y que sirve para confirmar que el respeto debe de estar por encima de todo.

PD: ¿Saben qué hizo Modric al término del choque? Fundirse en otro abrazo con Rodrygo que, tras fallar su penalti, no estaba pasando un buen momento. Otro gesto más que demuestra cómo es el jugador croata: un futbolista descomunal y una persona de diez.

Hubo una vez un trío de futbolistas que dominó el fútbol mundial. Cuenta la leyenda que tres jugadores, de características muy diferentes, de países distintos y con formas de ver la vida opuestas, dejaron sus países de nacimiento en dirección a España, donde empastaron como nunca antes se había visto en el Real Madrid. Toni Kroos, Luka Modric y Carlos Casemiro marcaron una época en el conjunto blanco, forjando una amistad a prueba de bomba... incluso en los peores momentos.

Mundial de Qatar 2022 Luka Modric
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