Suker, la leyenda que une a las dos mejores generaciones del fútbol croata

La historia de la selección croata es corta, pero con mejores resultados mundialistas que la mayoría de equipos. En cinco participaciones (de seis posibles: en Sudáfrica 2010 no estuvo) acumula dos semifinales. Una en Francia 1998, su debut en el campeonato, y otra ahora en Rusia, después de eliminar a la selección anfitriona tras una tanda de penaltis (2-2). Otra más, pues ya necesitó la épica para eliminar a Dinamarca en los octavos de final. Como sucedió entonces, Subasic se vistió de héroe para detener un penalti a Smolov y Rakitic selló la clasificación con el último penalti.

La segunda gran generación del fútbol croata ya ha igualado el mejor resultado del grupo que impulsó a la selección tras la independencia y la guerra de principios de los 90. Algunos de los protagonistas del equipo actual fue un refugiado de aquel conflicto. Es el caso de Luka Modric. "Claro que recordamos aquel Mundial. En 1998 éramos niños y siempre quisimos repetir lo que hizo Croacia. Esperábamos lograrlo algún día y ahora no podemos esperar a que empiece el partido contra Rusia", dijo Ivan Perisic antes de los cuartos de final.

La generación del 98 entró en la historia de Croacia por la puerta grande. Contaba con un grupo de jugadores capitaneados por Zvonimir Boban, entonces en el Milán. A su lado, Robert Prosinecki, que ya había regresado a Croacia tras seis años en España muy irregulares; Robert Jarni, que ese mismo verano pasó del Real Betis al Real Madrid; Goran Vlaovic, delantero del Valencia; o Davor Suker, el goleador de aquel equipo, campeón de Europa con el Madrid justo antes del Mundial. Croacia marcó en seis de los siete partidos que disputó en el Mundial 1998 y en todos anotó un gol el delantero, que acabó como máximo goleador del torneo con 6 tantos.

Desde 2012, Suker es el presidente de la federación croata. Él es el nexo de unión entre las dos generaciones más exitosas del fútbol de su país. Este sábado estaba en el palco del Estadio Fisht de Sochi presenciando el encuentro. A su lado, la presidenta croata Kolinda Grabar-Kitarovic, que vestía la camiseta de la selección; Gianni Infantino, presidente de la FIFA; y Dimitri Medvedev, primer ministro ruso. El presidente, Vladimir Putin, se ausentó como hizo en los octavos ante España.

Poco tiene que ver el camino en el torneo de Croacia en 1998 y en 2018. Hace 20 años se clasificó segunda de grupo con dos victorias y una derrota ante Argentina. En octavos de final venció a Rumanía por 1-0 y en cuartos eliminó a Alemania por 3-0, el resultado con el que dio un golpe sobre la mesa. En semifinales se adelantó ante Francia, pero un doblete de Thuram le dejó sin final. En el partido por el tercer y cuarto puesto venció a Holanda por 2-1. Suker fue una de las estrellas del Mundial de Francia.

La actual generación croata, liderada por Modric, tiene la oportunidad de superar el resultado de sus ídolos, de la selección que le hizo soñar hace 20 años. El próximo miércoles, en Moscú, se enfrentará a Inglaterra con un puesto en la final en juego. Si ganan, Croacia pisará por primera vez una final de un Mundial. Y Suker estará allí para celebrarlo. "Ojalá esta generación supere a la nuestra", dijo este sábado.