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Un permisivo Velasco Carballo desquició tanto a James Rodríguez... como a Hulk
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acertó en las jugadas más polémicas

Un permisivo Velasco Carballo desquició tanto a James Rodríguez... como a Hulk

El único representante español que queda en Brasil desesperó a Colombia por no haber frenado el juego brusco 'verdeamarelho', pero no influyó en el partido

Foto: Velasco Carballo se llevó las protestas tanto de colombianos como de brasileños (EFE).
Velasco Carballo se llevó las protestas tanto de colombianos como de brasileños (EFE).

"Estoy llorando porque pienso que dejamos todo dentro. Infelizmente el árbitro tampoco ayudó mucho", decía bañado en lágrimas James Rodríguez tras el que fue su último partido en el Mundial. Se refería a la actuación de Carlos Velasco Carballo, el árbitro español que arbitró el partido entre Brasil y Colombia. El ambiente estaba caldeado en cuanto al arbitraje que iba a recibir la selección dirigida por José Pékerman, no porque fuera español el colegiado, sino por ser Brasil el rival. Incluso los brasileños tampoco acabaron contentos a pesar de la victoria, como sucedió con Hulk. Pero lo cierto es que en nada determinante influyó Velasco Carballo en el transcurso del partido. Incluso la FIFA lo felicitó por su actuación.

Sólo quedaba un español en Brasil y desde nuestro país esperábamos con cierta ilusión su participación en las rondas eliminatorias a las que no pudo o no supo llegar la Selección. Además, la eliminación de España convertía inmediatamente en uno de los favoritos para arbitrar la final a Velasco Carvallo, por lo que, de confirmarse, habría una presencia nacional en el partido por el título cuatro años después de que la copa se la llevara la Roja. Tras su actuación en el partido que metió a la anfitriona en semifinales de ‘su’ Mundial, sus opciones de arbitrar el mejor partido que puede dirigir un árbitro siguen intactas.

No hubo durante el Brasil-Colombia una acción especialmente polémica que cambiara el devenir del choque, nada destacado que los ‘cafeteros’ destaquen como la razón principal de su eliminación, a pesar de que Radamel Falcao dijera que “para el próximo partido acuérdense de llamar al árbitro que hoy no vino”. Hubo un gol anulado, pero en este caso, el asistente del colegiado español acertó y no dio validez al ilegal gol de Yepes. Tampoco en el sentido contrario, Brasil no puede reclamar nada a nadie que pudiese haber aumentado la ventaja en el marcador y hacer el final de partido aún más tranquilo de lo que fue finalmente. Y la amarilla a Thiago Silva, que le hace perderse la semifinal, estaba más que justificada por impedir el saque de puerta de Ospina.

Pero sí es cierto que durante jugadas aisladas y no muy trascendentes en el desarrollo común del juego, sus decisiones puede que no fueran demasiado acertadas. Durante todo el partido, los colombianos reclamaron casi una infinidad de tarjetas amarillas para losverdeamarelhos, especialmente para Fernandinho durante la primera parte, en la que cometió cuatro infracciones y de la que se marchó sin amonestación. De hecho, en todo el partido, Brasil tan sólo se llevó dos amonestaciones:su capitán, Thiago Silva y Júlio César.

Es decir, ninguna sanción por entradas fuertes a los brasileños. En cambio, sí se llevó una tarjeta James Rodríguez por una entrada cuando un jugador de Brasil se marchaba a la contra disparado. Quizás, lo único que podía recriminar Colombia a Velasco que fuera relevante de forma clara es la acción del penalti que anotó James Rodríguez. Carlos Bacca superó a Júlio César y el portero lo derribó con las piernas de forma muy evidente. Pena máxima sin discusión, por lo tanto.

Pero lo que muchos jugadores colombianos le pidieron al español fue que expulsara al arquero brasileño. En un primer vistazo se podía estar de acuerdo con los de Pékerman, sin embargo la proximidad de David Luiz al acto evita que la acción punible fuera una ocasión clara de gol. Al final del partido, estuvo correcto también al descontar cinco minutos después de que se produjeran cinco cambios en la segunda parte y Neymar tuviera que ser atendido durante un par de minutos por el golpe que recibió en la espalda de Juan Camilo Zúñiga.

Después de noventa minutos de un fútbol intensísimo, más propio durante muchísimo tiempo de finales de partidos, Velasco salió del estadio Castelão sin un marrón grande en su currículo, pero con la sensación de que podía haberlo hecho bastante mejor. Como se suele decir, no fue protagonista, y esto es lo mejor que le puede pasar a un colegiado. Eso sí, a pesar de esas pequeñas apreciaciones que, si bien por separado no cambian el desarrollo del choque pero que juntas podían hacer una montaña, el árbitro madrileño no desentonó al menos demasiado en la cita más importante de lo que lleva de carrera.

"Estoy llorando porque pienso que dejamos todo dentro. Infelizmente el árbitro tampoco ayudó mucho", decía bañado en lágrimas James Rodríguez tras el que fue su último partido en el Mundial. Se refería a la actuación de Carlos Velasco Carballo, el árbitro español que arbitró el partido entre Brasil y Colombia. El ambiente estaba caldeado en cuanto al arbitraje que iba a recibir la selección dirigida por José Pékerman, no porque fuera español el colegiado, sino por ser Brasil el rival. Incluso los brasileños tampoco acabaron contentos a pesar de la victoria, como sucedió con Hulk. Pero lo cierto es que en nada determinante influyó Velasco Carballo en el transcurso del partido. Incluso la FIFA lo felicitó por su actuación.

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