La norma que confirma por qué el gol de Iñaki Williams era legal y no debió ser anulado

Este domingo volvió a vivirse un nuevo sinsentido en el fútbol español por culpa del VAR. El Barcelona logró una trabajada victoria en San Mamés (0-1), un partido en el que el Athletic se vio claramente perjudicado por las decisiones del videoarbitraje. Y es que, si en el descuento de la primera parte veían cómo concedían el gol de Raphinha —bien corregido—, a falta de cuatro minutos para el final del partido les anulaban el tanto del empate tras aplicar mal el reglamento.

Tras el tanto del brasileño al borde del descanso, el Athletic se volcó hacia la portería de Ter Stegen en busca de un empate más que merecido por juego y por ocasiones. Y este llegó en el minuto 86, cuando, tras un robo en el medio del campo, Guruzeta le metía un balón al espacio a Iñaki Williams y el delantero fusilaba al meta alemán para lograr la igualada. Lo que nadie se esperaba es que el VAR llamara a Gil Manzano ante la posibilidad de que pudiera ser invalidado.

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Tras acudir el colegiado a ver las imágenes, comprobó cómo, en la acción del robo, el balón impactaba en el brazo izquierdo de Iker Muniain. El esférico salía rebotado, Dani García iniciaba la contra y Guruzeta lanzaba en largo para que el internacional por Ghana igualara la contienda. Las imágenes dejaban dudas de si el esférico pega en el antebrazo o en el hombro del jugador, amén de si existía juego peligroso de Frenkie de Jong en la disputa.

Sin embargo, tras revisar el VAR, Gil Manzano lo tenía claro: mano y gol anulado. El Athletic enloquecía por la decisión, al no entender cuál era el motivo del castigo, y el Barça terminaba por llevarse tres puntos fundamentales en su lucha por la Liga. Pero ¿cuál era la razón de que el gol no subiera al marcador? A Gil Manzano se le podían leer claramente los labios sobre el césped a la hora de explicar la jugada: "Es mano", decía mientras abría los brazos.

Mucho se ha hablado de si la mano de Muniain está en posición antinatural o en una zona donde no debería de haber estado, si corta el balón o si, incluso, se levanta para evitar la patada de De Jong, pero lo cierto es que la vigente norma confirma que este tipo de acciones nunca deben de ser tipificadas como falta. Cuando llegó el VAR a España, una de las grandes críticas que recibió fue por cómo penalizaba unas manos sí y otras no, por lo que decidió cambiarse la regla.

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Fue a comienzo de la pasada temporada cuando César Velasco Carballo, el por entonces presidente del propio CTA, hacía un comunicado en el que explicaba el cambio normativo con las manos... en el que se confirma que el gol de Williams no debió de ser anulado. Las dudas sobre qué mano era intencionada, cuál no, en qué casos se detenía la jugada y en cuáles no interfería en acción provocó una aclaración del CTA que continúa vigente a día de hoy.

Así, el cambio normativo afectaba a tres supuestos: si un jugador tocaba el balón con la mano e inmediatamente marcaba, el gol debía de ser anulado; pero, si el balón tocaba en la mano de un compañero y otro jugador marcaba, ya no debía de ser anulado; y mucho menos el gol debía de no subir al electrónico si se producía una mano involuntaria en el comienzo de la acción y esta terminaba dentro de la red. Exactamente, lo que pasó este domingo en San Mamés.

A pesar de las correcciones, las puntualizaciones y actualizaciones del CTA para tratar de esclarecer qué jugadas son mano y cuáles no, las dudas siguen siendo más evidentes que nunca. La norma confirma que ese tanto de Iñaki Williams nunca debió de ser anulado, toda vez que la mano es involuntaria a todas luces. Una decisión que privó al Athletic de sumar un merecido punto y que permite al Barça seguir con nueve puntos de ventaja antes de la disputa del Clásico.