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El mayor disparate del VAR ha tenido lugar en España (y por eso sigue generando dudas)
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EN EL IBIZA-PONFERRADINA

El mayor disparate del VAR ha tenido lugar en España (y por eso sigue generando dudas)

Un gol legal de la Ponferradina fue anulado porque el VAR avisó de que antes podía haber un penalti en su contra..., pero se saldó con el tanto sin validez por un fuera de juego del Ibiza

Foto: Los jugadores de la Ponferradina protestando al colegiado. (LaLiga)
Los jugadores de la Ponferradina protestando al colegiado. (LaLiga)

Una de las jugadas más extrañas de los últimos tiempos tuvo lugar este domingo en el Palladium Can Misses de Ibiza, una acción que demuestra que es necesario revisar algunos protocolos del VAR que están matando al fútbol. El videoarbitraje llegó al balompié con la idea de ayudar al colegiado a interpretar acciones que, por la rapidez del juego, pudieran pasar desapercibidas. Sin embargo, en muchas ocasiones se ha convertido en una máquina de rebobinar fuera de toda lógica.

Corría el minuto 51 de partido, momento en el que el Ibiza mandaba en el marcador gracias a un tanto de Ekain en el minuto 11 de encuentro. Tras una buena combinación de los leoneses, Naim García puso un gran balón al área, donde apareció Edu Espiau para, con un buen testarazo, conseguir la igualada en el electrónico. Pero cuál iba a ser la sorpresa de la Ponferradina cuando fueron avisados de que el gol estaba siendo revisado... por algo sucedido en la otra área segundos antes.

Foto: Cambios en el VAR en el Mundial de Clubes. (EFE/Mariscal)

El gol de Espiau era completamente legal, pero, instantes antes del inicio de la jugada, algo había ocurrido en el área visitante. García Verdura, colegiado del partido, era avisado por línea interna de que podía haber un penalti a favor del Ibiza por una posible mano de un defensor. Las imágenes confirmaban que el balón había tocado en el antebrazo del zaguero —otra cuestión es si es suficiente para pitar un penalti...—, pero otra situación inesperada se iba a cruzar en la decisión.

Y es que, cuando el trencilla se disponía a pitar la pena máxima, considerando que ni el hecho de que el balón venía de un rechace, ni el hecho de que hubiera un jugador delante, ni el intento de equilibrar la posición del cuerpo podían evitar que se considerara posición antinatural de la mano, alguien le avisó de que podía haber fuera de juego previo del delantero. Tras tirar las líneas durante varios minutos, la decisión era clara: no había penalti porque había posición antirreglamentaria.

Pero lo más increíble de todo es que el colegiado señalaba fuera de juego a favor de la Ponferradina, dejando sin validez el gol que suponía el empate de los leoneses. O, dicho de otra manera, una acción intrascendente dentro del área, que pasó desapercibida y que no tuvo ninguna influencia, terminó por convertirse en un gol... que acabó siendo anulado porque, tras rebobinar la acción, lo que parecía una mano y penalti se convirtió en un fuera de juego que perjudicaba al equipo. De locos.

Los defensores de que esta acción está bien arbitrada explican que, si no hubiera existido el fuera de juego, habría que haber pitado penalti y, por tanto, hay que señalar el fuera de juego, clave para evitar pena máxima. Pero, a efectos del fútbol tradicional, ese que todos conocemos y que cada vez se echa más de menos, lo cierto es que es una jugada sin efecto en el resultado —si no hay penalti por fuera de juego, por qué no dejar seguir la acción— sí terminó teniéndolo porque anuló un gol.

Minutos más tarde, el propio Espiau lograba otro tanto para conseguir el empate definitivo, entre dos equipos que se están jugando la permanencia en Segunda y para los que los puntos son aún más importantes si cabe. El VAR sigue generando dudas entre los aficionados por este tipo de acciones, en las que no hay nada que pitar, pero termina interviniendo para decidir la validez de un gol. Una acción disparatada que terminó por perjudicar al equipo que lo había sufrido. Ver para creer.

Una de las jugadas más extrañas de los últimos tiempos tuvo lugar este domingo en el Palladium Can Misses de Ibiza, una acción que demuestra que es necesario revisar algunos protocolos del VAR que están matando al fútbol. El videoarbitraje llegó al balompié con la idea de ayudar al colegiado a interpretar acciones que, por la rapidez del juego, pudieran pasar desapercibidas. Sin embargo, en muchas ocasiones se ha convertido en una máquina de rebobinar fuera de toda lógica.

El Confidencial
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