El deportista a seguir | El niño que soñaba con ser Ljungberg y que ya es la gran revelación del año

El deporte es, sin ningún género de dudas, una de las facetas vitales más apasionantes con las que nos podemos encontrar. No solo hablamos de tener una vida saludable en la que la actividad física tenga un espacio de manera habitual, sino que, incluso como simples espectadores o aficionados, no ofrece muchas alegrías. E, incluso, somos capaces de tomarnos como propios los éxitos de los atletas que llegan a lo más alto por méritos propios. Es el caso del protagonista de esta semana.

Cada año, aparecen nuevos deportistas que pronto confirman que lo tienen todo para llegar a convertirse en atletas de primer nivel y, muchos de ellos, terminan lográndolo a base de constancia a pesar de contar con orígenes muy humildes. Es, precisamente, lo que ha ocurrido en la Premier League donde, durante ya varias temporadas, un joven jugador ha confirmado que lo tiene todo para triunfar en el fútbol. Pero ha sido este año en el que ha dado el salto cualitativo que le ha hecho explotar.

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Rubén Rodríguez

Bukayo Saka, con solo 21 años, puede presumir de ser el gran líder deportivo del Arsenal. A pesar de haber debutado con el equipo 'gunner' hace ya varios cursos, está confirmando esta temporada que ha dado un paso al frente para convertirse en un jugador fundamental para Mikel Arteta. De hecho, el conjunto londinense es el actual líder de la Premier y buena parte de la 'culpa' es de la aportación del internacional inglés, que se ha convertido en uno de los motores del equipo.

El técnico español ha encontrado varios puntales jóvenes que se han convertido en básicos: Martin Odegaard, Albert Sambi Lokonga, Gabriel Martinelli, Aaron Ramsdale o el propio Saka son indiscutibles en el equipo 'gunner y han dado un plus deportivo a un club que, en los últimos años, ha estado muy alejado de lo que se esperaba. Ahora, los viejos laureles parece que se han revitalizado y una de esas piezas claves que lo ha hecho posible es un Saka que está a un nivel impresionante.

Y es que Saka no podría ser lo que es si ni fuera por sus padres. Sus progenitores, ambos nigerianos, decidieron emigrar a Inglaterra cuando supieron que iban a tener un niño, con el objetivo de poderle dar una mejor vida. Pero esa decisión implicaba un gran esfuerzo, especialmente en lo económico. Pronto, el pequeño Bukayo demostró que el fútbol no se le daba mal y tras hacer varias pruebas con clubes, el Arsenal se interesó mucho por él. ¿El problema? El colegio.

La academia 'gunner' da mucha importancia al nivel escolar de los niños, por lo que los padres de Saka, para conseguir que le ficharan, se vieron 'obligados' a hacer un esfuerzo económico para que pudiera estudiar en los mejores colegios de Londres y, por tanto, facilitar su entrada en el Arsenal. No se equivocaban lo más mínimo y, a los 8 años, entró en las categorías inferiores. Desde entonces, su crecimiento ha sido exponencial, con un objetivo claro: poder imitar a su ídolo, Freddie Ljungberg.

Cuando solo era un crío, el sueco era su gran referente, precisamente en la posición en la que empezó a desempeñarse por sus características: era rápido, habilidoso con el balón y muy técnico, lo que pronto le hizo jugar en banda. Pero su inteligencia, visión de juego y facilidad combinativa también le permitía jugar como mediocentro puro, al igual que el sueco. Y, por si fuera poco, también tenía gol. Sus cualidades pronto le llevaron al primer equipo: con 17 años, debutaba con el Arsenal.

Desde entonces, se ha convertido en un indiscutible y, en su primera temporada al más alto nivel, llegó incluso a ser convocado para jugar la Eurocopa de 2020. Es más, vivió su primer momento difícil en el mundo del fútbol, al ser quien falló el penalti definitivo en la final ante Italia. Pero su capacidad para superar momentos duros le llevó a sobreponerse, dar un paso adelante y confirmar que era un gran jugador. Solo dos años después, está demostrando de lo que es capaz.

Saka puede jugar como extremo (su posición preferida), interior, mediocentro o, incluso, como lateral. Es rápido, elegante en la conducción y brillante en el pase, con gran olfato de gol y mucha intensidad en su fútbol. Solo tiene 21 años recién cumplidos, pero se ha convertido en indispensable para Arteta y, sin ninguna duda, en la gran revelación de la Premier. Sako soñaba con ser Ljungberg y no solo está al nivel, sino que puede superarlo en poco tiempo: tiene fútbol para marcar una época.