Lo mejor y lo peor | El error culé de hacerse trampas al solitario (con Dembélé como ídolo)

Este Barcelona ha cambiado (4-0). El conjunto culé que hace solo algunas semanas era un equipo irreconocible, apagado e, incluso, triste, hoy es otro muy diferente. La llegada de Xavi Hernández al banquillo y, especialmente, de los refuerzos invernales, han dotado al conjunto azulgrana de varios elementos que habían perdido con la marcha de Messi: vuelve a ser un equipo ambicioso, vuelve a tener colmillo y, sobre todo, parece haber recuperado esa facilidad para anotar.

Y, por si fuera poco, este domingo Ousmane Dembélé se sumó a la causa, con una lección de fútbol en quince minutos que le hizo salir ovacionado del Camp Nou. Eso sí, a quince puntos del Real Madrid y con la Europa League como único refugio para ganar un título, es importante que la euforia no se transforme en hacerse trampas al solitario. El equipo está en racha ascendente, pero muy lejos de los objetivos que se espera de todo un Barcelona.

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Rubén Rodríguez

Lo mejor | Dembélé tira la puerta abajo

De sobra es conocido lo que el internacional francés es capaz de ofrecer sobre césped, pero tenía una cruz desde hace tiempo. Más fuera que dentro del club, tanto directiva como afición habían dejado de confiar en él, especialmente después de que Mateu Alemany le pusiera a los pies de los caballos gritando a los cuantos vientos que tenía que marcharse por negarse a renovar en las condiciones que le ofrecía el club. Sus continuas lesiones, su irregularidad y su incapacidad para asumir el liderazgo del equipo fueron el cúmulo perfecto de circunstancias para que la afición se le echará encima. Todo ello, generó que, cada vez que saltaba el campo, la pitada que la afición le dedicaba fuera monumental. Y este domingo no fue una excepción.

Pero lo que nadie podía esperar es que, en solo 15 minutos, Dembélé diera una lección de fútbol para salir ovacionado del estadio. Solo necesito un balón para hacer un exquisito control orientado con la pierna derecha y sacarse un espectacular latigazo con la izquierda que reventó la escuadra de Unai Simón. Lo que antes eran pitos, ahora se habían convertido en aplausos… y lo mejor estaba aún por llegar. Cada vez que tocó el balón, era sinónimo de peligro, de desborde y de ocasión manifiesta para el Barcelona. No en vano, otras dos grandes acciones por banda deshaciéndose su marcador se convirtieron en sendas asistencias para que Luuk de Jong y Memphis Depay aumentaran la cuenta goleadora. Una exhibición que generó la ovación cerrada de todo el camino.

Lo bueno | Pedri Supestar

El jugador canario empieza a demostrar, a pesar de su insultante juventud, de lo que es capaz. "Me recuerda mucho a Iniesta", decía Xavi Hernández al término del encuentro, en un claro halago a un jugador que, como quien dice, acaba de llegar al fútbol profesional. Es verdad que aún le queda mucho camino para alcanzar el nivel del manchego, pero ante el Athletic firmó un partido muy completo… a falta de lo importante. Manejó los tiempos, distribuyó el balón, entendió lo que el partido necesitaba en cada momento y tuvo algún gesto técnico de mucho valor, pero aún le falta entender que debe aportar más al equipo. O, dicho de otra manera, ofreció un fútbol precioso, pero no intervino en ninguno de los goles del Barça.

Lo normal | El Barça recupera la senda ganadora

La mejor noticia para los azulgranas es que, después de mucho tiempo, vuelven a sonreír jugando al fútbol. Han vuelto a mostrar ciertos dinamismos que se habían olvidado, empiezan a tener clara la idea de juego y, sobre todo, es un equipo que tiene gol. La llegada de Ferrán, Traoré y Aubameyang ha dado lugar a que los culés hayan afinado claramente su puntería. El caso más claro es el del gabonés: desde que es jugador azulgrana, solo ha disparado siete veces a portería y ya ha anotado cuatro goles, sin duda, un dato que refleja claramente el poder atacante que ha incorporado el Barça en este mercado de invierno.

Lo malo | Dejarse llevar por la euforia

Es una evidencia que el Barcelona está construyendo un equipo que, a medio plazo, lo tiene todo va a ser candidato a luchar por cualquier título. Pero, a día de hoy, está muy lejos de todo: eliminado de la Champions, de la Copa del Rey y de la Supercopa de España, la mejor opción para levantar este año el título pasar por la Europa League. Y es que hay que recordar que, a pesar de sumar tres goleadas consecutivas y de encontrarse en una clara racha ascendente, se encuentra 15 puntos del líder, el Real Madrid. Desde el club, siguen insistiendo en que lucharán por la Liga, pero con solo 36 puntos en juego parece una verdadera utopía. La euforia puede dejar paso al autoengaño.

Lo peor | Buen fútbol en una mala temporada

Es cierto que el Barcelona lleva varios partidos seguidos haciendo buen fútbol, pero no hay que olvidar de dónde viene. Y es que el conjunto azulgrana ha firmado este mismo curso algunos de los partidos más bochornosos de toda su historia como club. Por ello, es muy buena noticia que haya recuperado el vuelo y que empiece a levantar cabeza, pero no es oro todo lo que reluce. Si el Barça no consigue el objetivo de meterse en Champions, verá limitadas sus opciones de paliar el gran problema económico que tienen encima y, con ello, los fichajes que tantas alegrías están dando en lo deportivo se pueden convertir en un nuevo problema que resolver.