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El Real Madrid sin Cristiano ha aprendido a jugar pero ha olvidado el poder del gol
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los blancos ganaron al español por la mínima

El Real Madrid sin Cristiano ha aprendido a jugar pero ha olvidado el poder del gol

El equipo de Lopetegui ahora depende de un centro del campo brillante que domina la escena, pero tiene menos capacidad para marcar y no define los partidos. Lopetegui sigue rotando

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El Real Madrid juega mejor y marca menos que la temporada pasada. Lo normal. Salió Cristiano Ronaldo, un jugador que era el vértice sobre el que se proyectaba toda la institución. Su salida con camino a la Juventus ha fraguado exactamente el equipo que era lógico en esas circunstancias, con más circulación de balón, más posesión, muchísima fluidez y, finalmente, menos capacidad para encontrar la red rival. Porque se fue el máximo goleador del club, quizá el mejor artillero de todos los tiempos, y no tuvo recambio más allá de Mariano, que no deja de ser un complemento de plantilla, no un elemento central. Sigue ganando mucho, como este 1-0 al Espanyol, pero de otro modo.

Juega muy bien el Real Madrid, es cierto, aunque quizá en este caso tiene más que ver con que el foco ha desaparecido de un solo hombre y se ha dispersado, dejando así un gran angular en el que disfrutar de un juego combinativo y muy bien trabado. En realidad, el Madrid de estos últimos años se podía jactar también de tener el mejor mediocampo del mundo. Modric, Kroos y Casemiro llevan unos años siendo fuertes atrás pero, más que nada, creativos mirando arriba. Y es normal, los dos primeros de esa lista son jugadores especiales, con una capacidad única para jugar el balón y, lo que es mucho más complicado, entender este deporte. Esta vez, contra el Espanyol, no estuvo el alemán, pero el equipo tiene recursos importantes, como Ceballos, venido arriba, o la contribución de Isco al juego colectivo.

Foto: Julen Lopetegui en el momento de salir a la sala de prensa en la Ciudad Deportiva de Valdebebas. (Efe)

Lopetegui, con la pequeña ventaja de no tener que hacer a su equipo pivotar alrededor de un jugador no tan fluido, ha decidido rodearles con otros jugadores que también comparte, aunque no en esa medida, la capacidad para asociarse y crear una red en el mediocampo que hace del equipo un claro dominador. Es un equipo brillante en muchas fases del partido, pues Kroos, Modric, y también Isco, Ceballos o Asensio, son bien capaces de encontrar al compañero libre y, también, de salir corriendo con el balón y romper líneas de presión desde la conducción.

El fútbol, en este nivel, requiere de la medular por encima de todas las cosas. En categorías inferiores, donde la técnica se ausenta, la diferencia se marca en las áreas, con porteros y goleadores. Aquí no sobran, por supuesto, pero los conjuntos más exitosos son aquellos que pueden dominar la situación. Marcar el ritmo del partido, tener el balón y aproximarse al área rival con frecuencia son síntomas de un equipo que marcha por el buen camino, y este Real Madrid tiene esa construcción, la que empieza por el medio y se va construyendo hacia la periferia del campo.

Es un buen camino, aunque es normal que el madridismo se tenga que acostumbrar al nuevo modo de hacer las cosas. Cristiano ha sido su jugador clave durante una década, un tiempo en el que luso, además, ha ido evolucionando, cada vez menos participativo y más voraz. La receta era extremadamente eficaz para la Champions League, donde el luso se crecía, pero en demasiadas ocasiones se quedó algo corta en la liga, que no ha sido el mejor escenario para el equipo blanco en los últimos años. Ahora, en su ausencia, los goles se tienen que repartir. Ahí está el principal problema, pues los centrocampistas del Real Madrid, a excepción hecha quizá de Asensio, no son muy contundentes de cara a puerta.

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La reserva de Bale

En esta ocasión, además, Lopetegui sentó a Bale, que es a todos los efectos el jugador con más olfato del equipo. El Madrid dominó el partido, tuvo el balón de manera casi infinita, no sufrió demasiado, pero solo marcó un gol. Suficiente, es cierto, pues no sufrió nada en defensa, pero con un control así del balón bueno sería engordar un poco más el luminoso, no estar al albur de que una jugada fortuita pueda robarte los dos puntos. El Espanyol no tuvo muchas opciones, pero en ocasiones vale media para aguar la fiesta.

El detalle de dejar de suplente a Bale no es una cuestión menor, como tampoco lo es que Vinicius se quedase en la grada. Lopetegui va mandando mensajes, tomando decisiones, algo que parece una perogrullada para un entrenador, pero que no siempre se ve. En el caso del galés, evidentemente, hay un deseo de reservarle. Es lógico con cualquier jugador, pues las temporadas son largas y fatigosas, pero todavía más cuando se habla del extremo, que es de natural quebradizo y al que la fatiga muscular le puede pasar factura más que a sus iguales. Es el goleador más claro de la plantilla -Mariano a parte- y por eso mismo una de las piezas que más cuidados debe tener.

Foto: Julen Lopetegui habla con Sergio Ramos, capitán del Real Madrid. (Reuters) Opinión

Benzema, un excelente futbolista, perfectamente adaptado a llevar ese juego de posesión al área rival, nunca será un gran pegador. No es su manera de jugar, exigirle 30 goles en liga es como pedirle al portero que tire los córners. Es cierto que el año pasado, especialmente malo, ni siquiera llegó a los dos dígitos hasta bien entrada la segunda vuelta. Eso tampoco se lo puede permitir, su extrema calidad le da carta blanca para tener un poco menos de gol que otros en su posición, pero si no contribuye nada en esa faceta se convierte en un futbolista poco útil. Lopetegui no ha probado aún en ponerle junto a Mariano, que es todo lo contrario, un tipo con un hambre infinita y unos recursos futbolísticos muy inferiores. Igual la extraña pareja da frutos inesperados.

Lopetegui, decíamos, dejó en la grada a Vinicius. Siempre resultará raro el caso del brasileño, que tiene precio de la primera plantilla, pero el técnico no se lo cree. La 2ªB, a tenor de lo observado, se le queda pequeñas, pero igual la mirada de Julen no se equivoca y el salto al Real Madrid es excesivo. Se lo dejó en la grada, y eso que le había convocado por la mañana, para chasco del madridismo, que está deseando ver a un producto nuevo, caro y chispeante. Porque las aficiones, especialmente las que acostumbran al lujo, siempre quiere una dosis de lo nuevo, lo caro y lo chispeante.

Ficha técnica

1 - Real Madrid: Courtois; Odriozola, Varane, Sergio Ramos, Nacho; Casemiro, Ceballos (Lucas Vázquez, m.63), Modric; Isco (Marcos Llorente, m.78), Marco Asensio y Benzema (Mariano, m.59).

0 - Espanyol: Diego López; Javi López, Naldo, Hermoso, Dídac Vilà; Marc Roca, Darder (Víctor Sánchez, m.55), Granero; Piatti (Leo Baptistao, m.55), Hernán Pérez (Sergio García, m.70) y Borja Iglesias.

Goles: 1-0, m.41: Asensio.

Árbitro: Mateu Lahoz (colegio valenciano). Amonestó a Nacho (6) y Casemiro (77) por el Real Madrid; y a Marc Roca (26), Javi López (45) por el Espanyol.

Incidencias: encuentro correspondiente a la quinta jornada de LaLiga Santander, disputado en el estadio Santiago Bernabéu ante 67.758 espectadores. 

El Real Madrid juega mejor y marca menos que la temporada pasada. Lo normal. Salió Cristiano Ronaldo, un jugador que era el vértice sobre el que se proyectaba toda la institución. Su salida con camino a la Juventus ha fraguado exactamente el equipo que era lógico en esas circunstancias, con más circulación de balón, más posesión, muchísima fluidez y, finalmente, menos capacidad para encontrar la red rival. Porque se fue el máximo goleador del club, quizá el mejor artillero de todos los tiempos, y no tuvo recambio más allá de Mariano, que no deja de ser un complemento de plantilla, no un elemento central. Sigue ganando mucho, como este 1-0 al Espanyol, pero de otro modo.

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