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Por qué el Clásico es en Navidad: la última idea de Tebas para igualar a la Premier
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el horario es óptimo para el mercado asiático

Por qué el Clásico es en Navidad: la última idea de Tebas para igualar a la Premier

La Liga ha dispuesto este partido el 23 de diciembre pensando que es una fecha tradicional en el fútbol inglés y que el único modo de robar protagonismo a ese campeonato es con un Madrid-Barça

Foto: La Spider Cam, una de las tecnologías más avanzadas. (Reuters)
La Spider Cam, una de las tecnologías más avanzadas. (Reuters)

El clásico Real Madrid-Barcelona es el arma letal de La Liga. En el entorno internacional la Premier League manda, lleva muchos más años implicada con la mundialización del proyecto, han conseguido captar aficionados antes que nadie en Asia, donde la tradición futbolística era más bien escasa, logran que su liga se vea cada semana y que los jugadores más conocidos sean los que juegan con su camiseta. El trabajo de la clase media y alta es magnífico, una estrategia casi perfecta que consigue que no haya jornada de liga inglesa sin que un gran partido capte la atención en todos los continentes. Todo eso se transforma también en números, donde el fútbol inglés arrasa en ventas internacionales de derechos

Lo tienen casi todo, pero les falta el clásico. El gran partido mundial habla castellano y se juega en España. Es, de hecho, el epicentro de La Liga española. No es un discurso chovinista, es la realidad de los datos, la que encuadra el partido de los dos equipos con mayor presupuesto del mundo y el más reciente dominio del fútbol universal. De las diez últimas Champions League se han repartido seis, incluidas las cuatro últimas. Los diez últimos balones de oro fueron para Cristiano y Messi, un duelo en sí mismo. Forbes los sitúa en el podium universal económico junto al Manchester United. Están en todos los rumores y en todas las pantallas.

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Es la bala de oro del campeonato, el único partido que sabe que captará la atención de todo el planeta, sin importar mucho lo que puedan contraprogramarle. Tradicionalmente el partido se jugaba en noviembre por cuestiones tanto de competición como de relevancia pública. Se entiende que en los meses finales del otoño y en invierno la gente tiende a quedarse más en casa, y eso es bueno para la audiencia televisiva, que al final es el meollo de esta cuestión. Además, se alegaba que en noviembre el partido quedaba aún lo suficientemente lejos del final del campeonato para que en el partido de vuelta no estuviese decidido. En la Premier, a diferencia de la Liga, el calendario no es simétrico, es decir, no se repite el mismo orden en la primera y la segunda vuelta.

Frente al 'boxing day'

Ponerlo en Navidad tiene un riesgo, la vuelta será a tres jornadas del final y puede que no tenga ya interés a efectos clasificatorios. Pero desde un punto de vista global tiene sentido: intentar competir con la Premier en uno de sus terrenos más fértiles. Las fechas navideñas son tradicionales en el fútbol inglés, el 'boxing day', 26 de diciembre, es el día del año en el que se proyecta una jornada especial. Consiguen así páginas de periódicos en todo el mundo, minutos de televisión y reportajes. Fuentes de La Liga afirman que, en su empeño de igualar a los ingleses, solo había una opción: sacar a relucir la pieza maestra.

Foto: Kepa, junto a Sergio Ramos, durante el último Athletic-Real Madrid. (FOTO: Cordon Press)

Así que el clásico, y no la Premier, será el partido estrella de las Navidades. Hay sitio para todos, pero también todos compiten. El horario también tiene una explicación relacionada con las audiencias, las 13.00 hora española, cuadra bien con los momentos de 'prime time' en el sudeste asiático, el sitio en el que la liga inglesa es más fuerte y, consecuentemente, donde más espacio hay para recortar desde el punto de vista de la institución que dirige Javier Tebas.

placeholder Cámaras en un partido en el Bernabéu. (Reuters)
Cámaras en un partido en el Bernabéu. (Reuters)

182 países, 650 millones de espectadores

Las cifras del partido son apabullantes. Se emitirá en 182 países y se estima una audiencia de 650 millones de personas viendo el encuentro en todo el mundo. El interés es tal que 400 periodistas estarán acreditados en el Santiago Bernabéu para seguir de primera mano el gran partido. La Liga, además, ha querido darle un poco más de brillo al evento y estrenará para esta retransmisión algunas novedades tecnológicas con la idea de dar una mejor experiencia de uso al espectador.

La más llamativa de ellas será la cámara virtual 360 'Be The Player' que se sitúa donde está ubicado el jugador protagonistas de la acción y permitirá a los aficionados ver exactamente lo mismo que tenía delante de los ojos la estrella justo antes de la jugada. También estrenarán en este encuentro el 'Laser Wall' un muro virtual que permitirá saber con mayor corrección las posiciones en fuera de juego. El clásico será, por primera vez, emitido íntegramente en tecnología 4K, con 30 cámaras equipadas con esta tecnología.

Foto: Aficionados con camisetas de Messi y Ronaldo durante la Supercopa de España. (EFE) Opinión

No, la tecnología propia del fútbol no estará. No habrá VAR, por descontado, y tampoco ojo de halcón, aunque el Bernabéu tenga instalado un sistema que se utiliza siempre en la Champions. La Liga no paga el canon que exige la FIFA, así que si hay un balón que deja dudas de si ha entrado o no esperen polémica durante toda la semana. O durante meses, porque este partido no es uno más, es el clásico, el gran evento del deporte mundial. El único que por sí mismo puede opacar a los más grandes rivales. Incluida la Premier League en Navidad.

El clásico Real Madrid-Barcelona es el arma letal de La Liga. En el entorno internacional la Premier League manda, lleva muchos más años implicada con la mundialización del proyecto, han conseguido captar aficionados antes que nadie en Asia, donde la tradición futbolística era más bien escasa, logran que su liga se vea cada semana y que los jugadores más conocidos sean los que juegan con su camiseta. El trabajo de la clase media y alta es magnífico, una estrategia casi perfecta que consigue que no haya jornada de liga inglesa sin que un gran partido capte la atención en todos los continentes. Todo eso se transforma también en números, donde el fútbol inglés arrasa en ventas internacionales de derechos

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