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La versión más práctica del Atlético necesita 4 minutos para dar por acabadas las dudas
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TERMINA CON UNA RACHA DE 430 MINUTOS SIN MARCAR

La versión más práctica del Atlético necesita 4 minutos para dar por acabadas las dudas

El conjunto rojiblanco consiguió una sencilla victoria en el Nuevo Ancángel, ante un Córdoba que en ningún momento fue rival y que regaló el partido a las primeras de cambio

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El Atlético de Madrid consiguió una sencilla victoria en el Nuevo Ancángel, ante un Córdoba que en ningún momento fue rival para el conjunto rojiblanco. A pesar de que los pupilos de Simeone no brillaron, la versión más práctica del equipo madrileño fue suficiente para matar a los andaluces, demasiado concesivos y creando muy poco peligro en la portería de Jan Oblak. El partido se antojaba importante, pues el Atlético llegaba en una crisis de resultados a domicilio, pero a las primeras de cambio puso el marcador a su favor para desactivar a un rival que demostró que no tiene pólvora.

El parón de selecciones srivió al conjunto rojiblanco para retomar el pulso a una Liga en la que no estaba brillando a domicilio. No sólo llevaba tres partidos consecutivos sin conocer la victoria, sino que sumaba el mismo número de encuentros sin conseguir un gol a favor. La sequía a domicilio empezaba a preocupar al equipo, consciente de que si tenía intención de seguir con opciones de ganar la Liga no podía fallar más... y sólo necesitó cuatro minutos de partido para aprovechar un regalo de la zaga 'califa' y despejar las dudas que habían surgido en las últimas semanas.

El Atlético sumaba 430 minutos consecutivos sin hacer un gol a domicilio, hasta que apareció Antoine Griezmann. El delantero francés, más listo que ninguno, supo aprovechar un fallo tremendo en la salida de balón del Córdoba para controlar, encarar y sacar un buen disparo desde la frontal para superar a Juan Carlos. El delantero galo despejaba las dudas con un gol de pillo, sumando su décimo quinto tanto del curso en Liga para confirmar que es el principal baluarte del ataque rojiblanco. Después de unas semanas muy lejos de su nivel, aprovechaba su primera ocasión para matar el partido.

Y es que aunque sólo se hubieran disputado cuatro minutos, el tanto atlético hundió a un Córdoba con la soga al cuello. José Antonio Romero, técnico local, decidió contar con un equipo eminentemente defensivo ante los rojiblancos, dejando en el banquillo a sus jugadores más desequilibrantes, como fue el caso de Fede Cartabia o de Nabil Ghilas. En lugar de ello, el entrenador andaluz decidió salir con defensa de cuatro y dos pivotes defensivos... un esquema que se vino abajo en sólo cuatro minutos. Un brutal error en la salida de balón de Zuculini terminó por condenar al farolillo rojo de la Liga.

Tras el tanto inicial, el partido entró en una fase de sopor en la que poco o nada pasó. El Atlético no tenía prisa por llegar a la meta rival, pues el Córdoba era incapaz de crear ningún peligro. Inocuo en ataque, a los rojoblancos les bastaba con mantener la posesión sin tener ningún tipo de verticalidad para dominar el encuentro de manera más que plácida. No sería hasta los minutos finales de la primera parte, concretamente en el minuto 39, cuando Saúl sentenciaba el choque enviando a las redes una jugada de estrategia, tras un preciso saque de banda de Gámez y una gran peinada de Giménez.

El Córdoba reaccionó demasiado tarde

Aunque Romero cambió al descanso dando entrada a sus jugadores más ofensivos, el partido ya estaba resuelto. Se vio un Córdoba con algo más de ganas, pero sin mordiente y sin ni tan siquiera ser capaz de probar a Jan Oblak, excesivamente tranquilo para tratarse de un partido al más alto nivel. El Atlético, por su parte, manejaba el partido cómodamente, y en alguna llegada pudo ampliar el marcador. La primera pelirosa del Córdoba llega en el minuto 75, cuando Bebé estrelló un tremendo latigazo en la escuadra derecha rojiblanca y, minutos después, el esloveno voló para salvar un remate de cabeza de Crespo.

De aquí hasta el final, el combinado andaluz lo siguió intentando sin demasiado éxito, ante un Atlético excesivamente cómodo que sólo necesitó dos llegadas para matar el partido. Los rojiblancos continúan vivos en su lucha por la Liga, gracias a un cómodo triunfo ante un Córdoba que empieza a ver peligrar la categoría seriamente. Cuatro minutos necesitó Griezmann para acabar con la mala racha a domicilio: el francés, pese a no brillar, suma y sigue y ya ha conseguido 15 goles en el campeonato liguero, convirtiéndose en el principar baluarte ofensivo de un equipo que tiene opciones de pelear por el título.

Ficha técnica:

0 - Córdoba: Juan Carlos; Gunino, Krhin, Crespo, Edimar; Abel Gómez, Zuculini (Fede Cartabia, min.46); Bebé, Borja García , Fidel (Heldon Ramos, min.64); y Florin (Ghilas, min.46).

2 - Atlético de Madrid: Oblak; Juanfran, Giménez, Godín, Gámez; Saúl, Gabi, Tiago (Mario Suárez, min.46), Koke; Griezmann (Arda Turan, min.70) y Mandzukic (Torres, min.62).

Goles: 0-1, min. 5: Griezmann. 0-2, min. 39: Saúl.

Árbitro: Estrada Fernández (Colegio catalán), que amonestó a los cordobesistas Florin y Gunino, así como al rojiblanco Juanfran.

Incidencias: Partido de la trigésima jornada de la Liga BBVA, disputado en El Arcángel, con terreno de juego en irregulares condiciones, ante algo más de 18.000 espectadores, con nutrida presencia de colchoneros por todas las gradas. El doble campeón del mundo del kilómetro contrarreloj en pista de ciclismo adaptado, Alfonso Cabelló, fue homenajeado antes del comienzo.

El Atlético de Madrid consiguió una sencilla victoria en el Nuevo Ancángel, ante un Córdoba que en ningún momento fue rival para el conjunto rojiblanco. A pesar de que los pupilos de Simeone no brillaron, la versión más práctica del equipo madrileño fue suficiente para matar a los andaluces, demasiado concesivos y creando muy poco peligro en la portería de Jan Oblak. El partido se antojaba importante, pues el Atlético llegaba en una crisis de resultados a domicilio, pero a las primeras de cambio puso el marcador a su favor para desactivar a un rival que demostró que no tiene pólvora.

Antoine Griezmann
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