El debate de las primas a terceros, esa ‘flor de un día’ que aparece cada primavera

Este domingo llega la primera de las dos jornadas donde los partidos con algo importante en juego tienen el horario unificado. Significa que la temporada de Liga llega a su fin y, un año más, lo hace acompañada del eterno debate en torno a las famosas primas a terceros.

Opiniones al respecto para todos los gustos pueblan actualmente las tertulias futboleras. En esta ocasión, tanto el presidente de la LFP, Javier Tebas, como su homólogo de la AFE, Luis Rubiales, han colaborado a que se enciendan las voces que se refieren a la controversia de que terceros clubes propongan incentivos a los jugadores de un equipo si consiguen hacer tropezar a un rival directo de aquellos.

No sólo la rumorología, también la sabiduría popular que nutre el fútbol español evidencian que estos pagos se vienen dando desde hace años. Los futbolistas retirados los confirman pasados los años en tertulias distendidas donde se recuerda el hecho con simpatía, se haya conseguido la prima o no, porque tener un incentivo sobre la mesa por ganar nunca es sinónimo de victoria en el fútbol, vaya siempre eso por delante.

A nivel ético, despierta posiciones encontradas. Muchos profesionales no ven nada malo ni extraño que alguien decida pagarles más por lo que, al fin y al cabo, es su trabajo y su objetivo al saltar al terreno de juego: ganar. Para estos, aceptar dinero por perder (venderse), no tiene ni punto de comparación con una prima a terceros. Pero hay para mucha gente de a pie, y para algunos profesionales (aunque este grupo da sensación de ser una minoría cuando se bucea por nuestro fútbol) que sea por ganar o por perder, la falta moral es la misma e igualmente repudiable. Según estos, de ambas maneras se desvirtúa la competición vilmente.

Desde el punto de vista económico, preocupa que estas cantidades, muy elevadas en algunas ocasiones, se den siempre en dinero negro. La cantidad de negocios ‘oscuros’ que rodean el balompié español afean su imagen, y que haya tanto dinero circulando en maletines por medio país no es la mejor forma de darle transparencia a un deporte tan endeudado.

La AFE propone incentivar a todos los equipos hasta el final

Rubiales, como presidente del sindicato de futbolistas, señaló en público la pasada semana que las autoridades no podían seguir mirando para otro lado ante unos sucesos de los que todos conocen su existencia. La persecución no es todo lo efectiva que debiera, además de que el único reglamento que prohíbe este tipo de primas es el federativo. Al no estar registradas en el Código Civil ni en el Penal, las autoridades ordinarias nunca las van a perseguir. Distinto es que sea un episodio de dinero ofrecido por dejarse perder, es decir, un intento de amaño. Eso está tipificado como delito por la nueva Ley del Deporte y es perseguido en investigado por la Policía. Aunque la LFP todavía no ha hecho pública ninguna de las varias investigaciones que anunció se estaban llevando a este respecto.

Las palabras de Rubiales sobre las primas a terceros levantaron ampollas entre aquellos que veían una petición de ‘legalización’. La AFE tuvo que mandar un comunicado este miércoles donde se posicionaba al lado de la honorabilidad de los futbolistas, pero pedía que se buscaran mecanismos para incentivar a todos los equipos de tal forma que conserven motivos para pelear hasta el último punto de competición, estén sus objetivos conseguidos o se hayan dado ya por perdidos.

Que las posiciones clasificatorias finales importen para un nuevo reparto económico, que según cómo se acabe el año se pueda quedar exento de alguna eliminatoria de la siguiente Copa del Rey o que los puntos supongan dinero directo a los clubes, al estilo de la Champions League, son ejemplos que se ponen en la mesa por los que apoyan la teoría de AFE.

Enfrente siguen los que no lo ven tan claro. Quienes creen que aun con incentivos estipulados por la competición, siempre aparecerán clubes interesados en primar a terceros. Desde esa postura se aboga por una mejor persecución, pero demostrado está que las armas con las que se puede contar son poco o nada efectivas.

Otro argumento de quienes están en contra de las primas a terceros, y también relevante, afirma que siempre sacarían ventaja los equipos más poderosos, puesto que son los que tienen más dinero para incentivar a los rivales de los equipos contra los que se están jugando el tipo en la tabla.

Sea como sea, y mientras los maletines estarán yendo de aquí allá en las horas previas a esta penúltima jornada de la temporada 2014/15, parece que el cíclico debate de las primas a terceros está abocado un año más a cerrarse sin soluciones prácticas en uno u otro sentido. Hasta la próxima primavera, cuando se abrirá de nuevo la batalla dialéctica de si es lícito o no aceptar dinero de ‘extraños’ por ganar un partido de fútbol.