Dani Alves echa más leña al fuego de un Barcelona de locos que aún se juega la Liga

El Barcelona se ha convertido en un tobogán de emociones en la última temporada. El conjunto azulgrana ha pasado de ser uno de los grandes favoritos a lograr el 'triplete' a principio de campaña, a ser un 'desastre' que no levantaría un sólo título en el curso para, finalmente, depender de sí mismo para hacerse con la Liga. Y, todo esto, aliñado con numerosos problemas que han afectado al equipo, tanto deportivos como extradeportivos. El último de ellos ha sido la 'rajada ' de Dani Alves contra el club, un jugador que no se ha cortado lo más mínimo en un momento tan importante de la temporada.

De un tiempo a esta parte, el Barcelona parece haber perdido el control de la situación. El combinado culé puede presumir de ser uno de los clubes más importantes de los últimos años, siendo capaz de conseguir buena parte de los objetivos a nivel de títulos que se ha planteado desde que enla temporada 2008-09 llegara Pep Guardiola al banquillo. Desde ese momento, algo cambió en la entidad, y no sólo a nivel futbolístico: además del fútbol atractivo que practicaba, una de las claves tenía que ver con la información que salía desde el equipo, siempre controlada por el técnico azulgrana.

En las cuatro temporadas que Guardiola estuvo en el banquillo azulgrana, el chorro de información siempre estuvo bajo su poder: nada de entrevistas, nada de 'rajadas', nada de filtrar qué ocurría en el vestuario. Él se encargaba de manejar los 'tempos' de qué decir y cómo decirlo, por el bien del grupo. Esto, sumado al buen fútbol de un equipo en plena madurez deportiva, hizo un equipo casi indestructible. Pues bien, ambos preceptos se han perdido en los últimos años, con un último cursoen el que han estallado varias bombas en el vestuario. La última, la soltada este jueves por Dani Alves en Rac1.

El brasileño tuvo para todo el mundo: "La gente si me aguanta me aguantará como soy y, sino, me buscaré otro lado. Si la cosa sigue así seguro que me planteo cambiar de aires", en un dardo al vestuario; "Solo por lo grande que hemos hecho este club la gente tendría que valorar más a estos jugadores", hacia la afición; "Pienso que en este club se precipitan muchas veces. Se debería ir un poco más tranquilo", hacia la directiva; "Abidal tendría que estar aquí porque es un tío que tiene el corazón más grande que este club. Se preocupa por los demás más que por su vida", cargando contra la dirección técnica.

Una más en el complicado curso azulgrana

Si a las declaraciones de Alves se le añade el caos institucional que ha vivido el club, es un milagro que el Barça no haya sufrido másproblemas deportivos este curso: la denuncia de Hacienda a Messi, la investigación del contrato de Neymar, la salida de Sandro Rosell, la sanción de la FIFA por irregularidades en los fichajes de menores de edad o el fallecimiento de Tito Vilanova son sólo algunos de los malos tragos. Y, por si fuera poco, declaraciones incendiarias desde el interior del vestuario han terminado por crear un clima de tensión en un equipo que no ha sabido controlarMartino.

El defensa azulgrana habló claro sobre el club, pero quizá el momento no era el más oportuno. Después de los dos 'regalos' del Real Madrid ante elValencia y el Valladolid, las opciones del equipo de hacerse con la Liga son máximas, pues son conscientes de que ganando los dos partidos levantarían el título. Las palabras del brasileño incendianla actualidad de un club que está viviendo situaciones surrealistas en las últimas fechas: en cuestión de dos días, la plantilla ha pasado de acudir aun asado de despedida del Tataa citarse en una cena para juntar filas para pelear por la Liga.

Es curioso cómo el equipo ha pasado de dar por tirada la Liga a conjurarse en cuestión de horas para luchar por ella. Ahora, el grupo se ha propuesto acabar la temporada con un título que tienen a su alcance, pero ni aún así muestra unión de cara al exterior. Quizá el más díscolo de todos sea Alves, que sin pelos en la lengua ha expresado su parecer a pesar de no ser el momento más oportuno para hacerlo. El Barcelona peleará hasta el final por la Liga, pero el vestuario continúa siendo un polvorían, en el que el defensa brasileño ha sido el último en encender de nuevo la mecha.