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Un Clásico con todo en juego, pero sin histerismo en el banquillo del Real Madrid
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PAPELES CAMBIADOS RESPECTO AL PASADO AÑO

Un Clásico con todo en juego, pero sin histerismo en el banquillo del Real Madrid

La aparición de Ancelotti, además del olvido a José Mourinho y su complicada manera de entender la convivencia, han dado forma a un nuevo vestuario

Foto: Ancelotti ha sabido transmitir tranquilidad a sus jugadores (EFE)
Ancelotti ha sabido transmitir tranquilidad a sus jugadores (EFE)

La vida ha cambiado mucho en un año. Los nervios y la tempestaden la que se encontraba sumido el Real Madrid se ha trasladado al club azulgrana y su entorno. Del futuro incierto del entrenador blanco de una temporada atrás, al suspense del Tata Martino con respecto a su futuro y su complicada relación con la plantilla. Es lo que tiene el fútbol, una ciencia que nada tiene de exacta y que cambia de semana en semana. Ahora la tranquilidad se ha instalado en el Bernabéu.

La aparición de Ancelotti y el olvido al entrenador portugués y su complicada manera de entender la convivencia, han dado forma a una metamorfosis que ha llevado al equipo blanco a mandar en la Liga, a pisar la final de Copa y a meter nueve goles a un equipo alemán en octavos de final de la Champions. Todo lo contrario a lo que ha sucedido en el Camp Nou, entidad que inició el curso con un presidente y un técnico diferentes a los que tiene en la actualidad. De Tito a Martino y de Rosell a Bartomeu, pasando por los juzgados y por las páginas de economía y de sucesos de los periódicos.

El Barcelona llega necesitado al Bernabéu. Todo lo que no sea ganar, condena a los azulgrana a asistir a un duelo a dos que Real Madrid y Atlético protagonizarán de aquí al final del campeonato. Los jugadores de Martino saben de la urgencia. Han conseguido parar el descenso a los infiernos que parecían haber iniciado tras la pobre imagen mostrada en San Sebastián y Valladolid. La eliminación del Manchester City y la goleada a Osasuna han servido de bálsamo, han aliviado la tensión y han devuelto la confianza a una afición que está dando la espalda al equipo y a la entidad, y que busca esa identidad que perdió; primero con el adiós de Guardiola y después con el de Tito por culpa de su enfermedad. Los jugadores no se identifican ni con la identidad del juego ni con la manera de proceder del argentino. Sacan la cabeza y se mantienen con vida por la calidad, más que por el convencimiento. ¿Les suena algo a lo que vivió el Real Madrid un año atrás?

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Además, la desaparición de Messipor culpa de una lesión, de su pleito con Hacienda, de su eterna renovación y por una intermitente melancolía, le han llevado a perder el Balón de Oro y a desaparecer en partidos en los que su equipo no ha sabido suplir su ausencia. Sin él, el Barcelona es menos Barça. Para colmo, Neymar, llamado a ser el relevo del argentino o la segunda referencia, ha sucumbido a lo sucedido tras descubrirse lo irregular de su fichaje por la entidad azulgrana. Es otro. Terminó 2103 en plan 'crack', pero desde su regreso de las vacaciones de Navidades uno muy diferente. Nada que ver.

La otra cara la representa el Real Madrid. Ancelotti tardó seis meses en empezar a aprender lo que tenía entre manos. Conocía que llegaba a un grupo quemado, enfrentado y hasta desmotivado. El último año de Mourinho fue un calvario y ese vestuario lo acusó en el tramo final de la pasada campaña. No se aguantaban. El italiano supo dar a Cristiano Ronaldo el protagonismo que se merecía y el portugués ha respondido ganando partidos y convirtiéndose en el líder que tanto necesitaba este equipo.

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Respetando a Casillas y su brazalete, CR7 se ha apoyado en Sergio Ramos para ser la referencia del resto. Le respetan, pero no fue hasta el pasado mes de septiembre, cuando peor pintaban las cosas para el equipo blanco, el momento en el que se escuchó la voz del delantero. Se la dio Ramos y ya la ha hecho suya. Su insaciable apetito ha logrado contagiar a todos, tanto como para sumar treinta partidos sin caer derrotados. Quién se lo iba a decir a Ancelotti, cuando colocó a Ramos de mediocentro o a Bale de 'nueve' hace justo una vuelta, momento en el que se sintió más fuera que dentro.

El remedio del italiano ha sido muy sencillo, ponerse en manos de la plantilla. El grupo es el que manda y eso ha llevado consigo decisiones que no han gustado, pero Ancelotti da prioridad a la plantilla, antes que tener contento al resto del club. Y por el momento nada que objetar en cuanto a resultados. Ahí están.El equipo blanco llega repleto de moral, pero teniendo muy claro que hasta un empate puede ser un buen resultado. Nada de prisas. Esa es la consigna que el entrenador dará a sus jugadores momentos antes de salir hacia el Bernabéu.Ancelotti confía plenamente en un grupo al que más de una vez ha dicho: “Jugadcomo queráis, os lo merecéis”. Y muy lejos no andará el mensaje de hoy. Ven cómo cambia el fútbol en un año. Ahora hasta los jugadores tienen voz. Antes solo existía una, la de Mourinho.

La vida ha cambiado mucho en un año. Los nervios y la tempestaden la que se encontraba sumido el Real Madrid se ha trasladado al club azulgrana y su entorno. Del futuro incierto del entrenador blanco de una temporada atrás, al suspense del Tata Martino con respecto a su futuro y su complicada relación con la plantilla. Es lo que tiene el fútbol, una ciencia que nada tiene de exacta y que cambia de semana en semana. Ahora la tranquilidad se ha instalado en el Bernabéu.

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