Ancelotti ya ha convencido a la plantilla, ahora le toca con Florentino y la Champions

Carlo Ancelotti sabe que no le basta con lo hecho hasta ahora. Otro presumiría de la final de Copao de ese primer puesto en la Liga que no alcanzó en su primera temporada, pero el italiano no es Mourinho. Se ha ganado a la plantilla, pero es consciente de que su gran reto es ganarse al presidente. Florentino Pérez mantiene cierta distancia con el entrenador y será en mayo el momento del balance, del análisis y de considerar si el 'proyecto Ancelotti' tiene vida más allá del próximo 30 de junio. Y a día así es, pero el fútbol son resultados y esos están por llegar.

Florentino Pérez y sus directivos valoran el regreso de la normalidad. No temen la aparición del incendio diario que provocaba el portugués, pero tampoco quieren el sípor sistema que Ancelotti ha instaurado en la relación con la plantilla. Esa proximidad preocupa por sipuede derivar en algo más. Por el momento no han encontrado muchos signos de alerta, pero sí que han echado en falta algún que otro gesto que hubiera servido para marcar el territorio,

El ex del PSG sabe que tanto él como su equipo deben subir un peldaño más. La posibilidad de ganar la Copa le rebaja la tensión pero no era su gran objetivo en su primer año. Busca su cuarta Liga en un cuarto país distinto, pero sabe que por delante tiene otros dos objetivos que son prioritarios para el club. El primero habla de elevar la calidad del juego.El pasado sábado, el Bernabéu estuvo a un paso de pitar el juego del equipo de no mediar el gol de Bale. En el Real Madrid no vale lo de ganar a secas. Se necesita algo más y por eso Ancelotti no se mostró de acuerdo con el juego mostrado ante el Elche.

El otro gran objetivo es la Décima. Sin la obsesión de la Séptima conquistada en 1998 y tras 32 años de sequía, la Champions ya empieza a ser una cuestión de Estado. Desde 2002, el Real Madrid no pisa una final de la Copa de Europa. Son ya doce los años sin poder asistir al reparto del mejor pastel en el mundo del fútbol. Mourinho fracasó en el intento y Ancelotti es consciente de que su obligación pasa por llegar a Lisboa el próximo 25 de mayo. No hay otra solución posible.

El camino lo inicia ante el Schalke. Un equipo familiar por la presencia en su día de Raúl y que se convirtió durante dos años en el segundo equipo blanco para muchos.Ancelotti teme el partido de ida. No quiere confianzas. No le gustan los elogios que recibe su equipo, ni que se hable de esos 25 partidos sin perder, ni del liderato. Busca aislar al equipo para que se centreante un partido que presume como complícado por aquello del famoso carácter aguerrido de los equipos alemanes y de la poca tradición que el Real Madrid tiene por esas tierras, tal y como quedó demostrado en la última visita a Dortmund de la pasada campaña.

La plantilla, mientras, ha ganado en estima y confianza. Ahora mismo los jugadores se creen invencibles. Les guste o no, en el vestuario se habla de algo que ha estado prohibido y alejado durante mucho tiempo y que es la legítima aspiración de un triplete jamás logrado por el Real Madrid.Y es que en estos momentos, el equipo blanco se siente poco menos que invencible y se basapara mantener esa corriente en los 26 partidos en los que nadie ha sido capaz de derrotar a un equipo que está en crecimiento y todo gracias a la normalidad de Ancelotti y la cordura en la toma de decisiones.

El partido de hoy no es uno más y eso lo saben jugadores, técnicos y dirigentes madridistas. El Schalke es la primera piedra que va a servir para calibrar el momento real del Real Madrid trasdos meses plácidos, incluida la eliminatoria ante el Atlético, rival que se cruzará de nuevo el próximo domingo, en un partido que puede servir para sentenciar a los aspirantes a terminar con la bicefalía liguera. Antes, el equipo de Ancelotti tiene el examen de la Champions, su competición, pero con la que están reñidos desde hace más de una década.