La 'obsesión' de Simeone es que Villa recupere al mejor Adrián

Esta tarde David Villa será presentado como el flamante fichaje veraniego del Atlético de Madrid. A continuación, el Guaje se incorporará a la rutina del grupo, a las órdenes de un Diego Pablo Simeone que puso mucho de su parte para convencer al delantero de que firmara con el club del Manzanares.

Aunque en algunos foros sí han surgido, el argentino no tiene dudas de que Villa puede hacer un enorme papel y serle de gran utilidad. Y el técnico sobre todo quiere que el máximo goleador de la historia de la selección española cumpla con una función fundamental para el devenir del equipo: recuperar la mejor versión de Adrián López.

Una de las mayores prioridades del Cholo es volver a ver a gran nivel a Adrián, delantero que por cierto seguirá luciendo el ‘7’ en su espalda, haciendo que el exbarcelonista lleve finalmente el ‘9’ dejado por Falcao. Ambos asturianos están llamados a formar punta de ataque en el Atlético, rotando con Diego Costa, claro está. El brasileño acabó desplazando del once la pasada temporada a Adrián, cuya baja forma llegó a preocupar en todo el club.

Antes del inicio del mercado veraniego, pocos nombres fueron tan protegidos por Simeone como el de Adrián. Como ya había ocurrido a lo largo de la temporada, el asturiano fue entonces declarado intransferible por su entrenador. Para que no quedara duda alguna en los despachos del Calderón. Y a día de hoy el cuerpo técnico ni se imagina que el delantero pueda ser vendido por el club en lo que queda de verano.

“Es nuestro jugador diferente”

Así, uno de los deberes que se llevó el Cholo a las vacaciones fue pensar la manera de reflotar al joven delantero. Cuando Adrián alcanza su mejor versión, el argentino y sus colaboradores están convencidos de que ningún equipo de la Liga cuenta con un futbolista como él en sus filas. Le consideran “diferente”. Pero también han comprobado que dominando esa capacidad de desborde y esa clase en los metros finales, se encuentra una cabeza con la confianza demasiado frágil. 

De manera más o menos indirecta, David Villa deberá asumir la responsabilidad de hacer jugar con comodidad a su paisano. Según comentaban fuentes próximas a los protagonistas, Simeone no forzará la situación, está convencido de que esto se logrará de manera natural gracias a la gran relación que une a los dos futbolistas y a que sus características se complementan sobre el campo. De ahí que el entrenador rojiblanco viera aún con mejores ojos la llegada del Guaje.

No habrá privilegios. La receta para ambos será la misma que para el resto de sus compañeros, exigencia y trabajo diario sin excusas y pensando en el grupo siempre. Un grupo que será mucho mejor si Adrián y Villa están al máximo de su rendimiento. Cierto es que sobre ambos planean dudas fuera del club, pero su entrenador tiene fe ciega en que esa dupla cuajará.

El gol que falló ante el Chelsea

Hace unas cuantas semanas, nada más finalizar la temporada, comentaban a este diario desde el vestuario atlético que la clave del desmoronamiento futbolístico de Adrián estuvo en un momento concreto durante la Supercopa de Europa ante el Chelsea el verano pasado. En Mónaco, Adrián erró un remate a puerta vacía tras recibir el ‘pase de la muerte’ de Arda Turan. El fallo no fue decisivo, pues el marcador ya reflejaba un 2-0 y el partido finalizó con goleada del Atlético, pero sus técnicos concluyeron a posteriori que su entonces ya débil confianza se vino totalmente al suelo en ese instante tan preciso.

Quedaba toda la temporada por delante, pero Adrián venía de ser señalado como uno de los protagonistas negativos del mal papel de la Selección Olímpica en Londres, evento que también trastocó su preparación física y le hizo aún más incómodo el comienzo del nuevo curso. Con el paso de los meses y la irrupción estelar de Diego Costa, Simeone fue asumiendo, como contamos en abril, que el problema de Adrián se estaba enquistando y que iba a ser difícil a corto plazo volver a ver al jugador que unos meses antes había liderado la marcha triunfal en la segunda Europa League del club, marcando tantos decisivos y llegando a debutar, con gol incluido, con la selección absoluta de Vicente del Bosque.

Con su rendimiento, su caché bajó también 

En su todavía corta carrera (25 años), al atacante asturiano se le ha puesto a menudo en duda su capacidad goleadora. La llamativa facilidad para generar ocasiones de peligro ha contrastado muchas veces con el poco aprovechamiento que hace de ellas. Así le recuerdan algunos en La Coruña. Tras ser bota de oro del anterior Europeo sub’21 (2011), en su primera temporada como rojiblanco se desquitó completamente marcando 19 tantos entre todas las competiciones, números muy positivos para un segundo punta como él y que esperan que ahora Villa le ayude a volver a lograr. Porque tras los Juegos y tras ese fallo garrafal ante el Chelsea, Adrián volvió a sus peores cifras, consiguiendo 4 goles en 47 partidos durante la 2012/13. Si bien, en el final de temporada, volvieron a atisbarse destellos de su clase en algunos partidos, trayendo esperanza a la afición, al club y al propio jugador.

Como consecuencia de la baja forma, también ha perdido el caché que le llevó a ser referencia del mercado nacional e internacional hace sólo un año. Se desbarató además la posibilidad de una gran renovación contractual con el club del Manzanares. El diario As adelantó hace unas semanas que Simeone ha logrado incluso que se desbloqueen las negociaciones para aumentar la duración de su contrato y también su sueldo, uno de los bajos del equipo, aunque las cifras que se llegaron a barajar en su momento álgido quedan muy lejanas a día de hoy.

Tras semanas de espera, David Villa es finalmente la nueva referencia goleadora del Atlético, y Simeone ya ha trazado el plan motivador para su ‘protegido’ Adrián. Recuperarle significaría la adquisición más ilusionante para el técnico atlético, y en esta pretemporada es una de las prioridades deportivas. Sólo así se justificaría esta segunda oportunidad que le brinda un club como el Atlético, habitual ‘consumidor’ de jugadores y escenario poco frecuentado por la paciencia.