El Real Madrid hace lo justo para ganar al Hércules y Benzemá pide un puesto ante el Lyon

Era un choque sin exigencias, en el Santiago Bernabéu y ante el penúltimo clasificado. Y esa falta de presión se tradujo en la escasa intensidad que transmitió el Real Madrid, un equipo que no quiso esforzarse más de la cuenta y que con los dos goles de Benzemá vio su objetivo cumplido. Más que en el Hércules, el Madrid tenía la mente puesta en el partido del miércoles ante el Lyon y dosificó las fuerzas. Lo que hizo le sirvió para dominar el encuentro, dar alas a Benzemá y sobre todo para sumar tres puntos con los que contaba incluso antes del partido. Ahora tendrá que volver a esperar al resultado del Barça para hacer balance de la jornada.

Mourinho confió en su poderío en el Bernabéu y aprovechando que recibía a un Hércules en horas bajas, optó por las rotaciones. Reservó a Xabi Alonso y a Pepe para apostar por Lass y Granero en el centro del campo como doble pivote. Sin embargo, el Real Madrid salió bajo de revoluciones. Aunque comenzó triangulando bien, el Hércules le fue comiendo terreno poco a poco y se acercó a la portería de Casillas más de lo que cabría esperar. El cuadro herculano llegó a dominar en la medular y gozó de algunas ocasiones, como el remate de Pamarot, que se marchó alto. También lo intentó antes Di María y Granero, con un disparo de falta que se fue rozando el larguero.

Cuando más a gusto estaba el Hércules sobre el terreno de juego apareció Özil, pendiente de todos los balones para suplir la ausencia de Xabi, para dar un pase excepcional. Los blancos hicieron lo que mejor se les da: atacar y no perdonar. Trenzaron una buena jugada entre el alemán, Arbeloa y Benzemá, que empujó a la red el centro desde la derecha y batió a Calatayud. Era la primera vez que el ‘9’ marcaba en tres partidos consecutivos.

A partir del gol, el Madrid empezó a desperezarse y los de Esteban Vigo perdieron parte de la concentración, pero los detalles de calidad y las claras oportunidades de los blancos, como la de Özil en la frontal del área y el cabezazo envenenado de Adebayor que salvó el cancerbero herculano, no sirvieron para sentenciar el encuentro. Todo lo contrario, porque el partido fue a tirones en la recta final y el Hércules dispuso de un par de ocasiones con peligro antes del descanso. Casillas tuvo que emplearse para salvar un remate de Thomert y otro de Kiko Femenía.

El Real Madrid solo apretaba cuando quería

La reanudación fue un calco de la primera mitad. El Real Madrid seguía flojo, sin empuje, pero él manejaba el ritmo del partido. Como ocurriera minutos antes, cuando el Hércules empezaba a posicionarse, llegó el segundo de Benzemá. El francés llegó a la línea de fondo y sacó un difícil disparo sin ángulo tras quebrar a Abraham Paz. Un golazo que dio la tranquilidad al banquillo blanco pero no contentó a Mourinho, que acabó dando entrada a Khedira por Di María y a Xabi por Granero.

Özil demostró que puede compartir los lanzamientos con Cristiano Ronaldo -hoy de nuevo en la grada- porque ejecutó una falta con tal precisión que hubiera acabado dentro de la red de no ser por la mano de Calatayud, que tocó lo justo. Ahora sí, el Madrid dominaba, pero seguía ralentizado. Mou se arriesgó al sacar a Xabi, que con una tarjeta más, se perdería el próximo partido ante el Atlético de Madrid en el Calderón.

Algo más de vida tuvo la recta final. Se vieron buenas ocasiones, pero el marcador no volvió a modificarse. No hizo falta. El Madrid dormirá a cuatro puntos del Barça y ya sí puede pensar en el Lyon.

Ficha técnica:

2 - Real Madrid: Casillas; Arbeloa, Sergio Ramos, Raúl Albiol, Marcelo; Lass, Granero (Xabi Alonso, m.68), Di María (Khedira, m.58), Özil (Canales, m.80); Benzema y Adebayor.

0 - Hércules: Calatayud; Juanra, Abraham Paz, Pamarot, Pulhac (Sendoa, m.67); Farinós, Tiago Gomes (Valdez, m.67), Abel Aguilar, Thomert, Kiko; y Portillo (Cristian, m.71).

Goles: 1-0, m.25: Benzema. 2-0, m.56: Benzema.

Árbitro: Delgado Ferreiro (comité vasco). Amonestó a Pulhac (78) por el Hércules.

Incidencias: encuentro correspondiente a la jornada 28a, disputado en el estadio Santiago Bernabéu ante la presencia de 71.000 espectadores. Se guardó un minuto de silencio en memoria de las víctimas por el terremoto de Japón.