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De la corrupción a la cima: las armas del Evergrande para derribar al Barcelona
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los secretos del poderoso rival del equipo culé

De la corrupción a la cima: las armas del Evergrande para derribar al Barcelona

El Guangzhou Evergrande se ha convertido en el rey del fútbol asiático. Un rival de un poder financiero absoluto. El Barcelona se mide en el Mundial de Clubes a un desconocido pero peligroso equipo

Foto: Jugadores del Guangzhou Evergrande celebran el triunfo conseguido ante el América en los cuartos de final del Mundial de Clubes (Reuters)
Jugadores del Guangzhou Evergrande celebran el triunfo conseguido ante el América en los cuartos de final del Mundial de Clubes (Reuters)

Hace apenas cinco años era un absoluto desconocido en el planeta fútbol. La corrupción le envió a la segunda categoría, etapa en la que floreció un club de fútbol que hoy en día es mucho más que eso. Una gigantesca empresa futbolística que puede competir económicamente con cualquiera -incluidos todos los grandes de España, Inglaterra, Alemania o Italia- y que este próximo jueves paralizará gran parte de China. El Guangzhou Evergrande, rival del Barcelona en una de las semifinales del Mundial de Clubes, ha conseguido convertirse en la absoluta y clara referencia del país si de fútbol hablamos; ya empieza a ser complicado competir con este club para los mejores de Asia. A golpe de talonario, ha confeccionado un equipo que en los últimos tres años ha ganado dos Champions (2013 y 2015) y que está dispuesto a lo que sea para seguir creciendo y convertirse en una marca global en todo el planeta. El equipo de Luis Enrique se ve las caras con un coloso financiero descomunal.

Fundado en 1954 como Guangzhou F.C., su vida cambió por completo en febrero de 2010, cuando fue descendido a la China League One al estar involucrado en un escándalo de amaño de partidos. Días después, Evergrande Real Estate Group se hizo cargo del club. Las autoridades de la provincia (Cantón) pidieron a esta poderosa empresa que gestionara la vida de la entidad, prometiendo que tendría apoyo institucional para impulsar el proyecto desde la segunda categoría. Y así fue. En un abrir y cerrar de ojos, un club manchado por corruptelas pasó a convertirse en la referencia del gigante asiático y en todo el continente. Todo a golpe de talonario, pero al mismo tiempo con un perfecto plan expansivo diseñado a todos los niveles. La primera apuesta fue clara, que consistió en reclutar a los mejores jugadores del fútbol local. Cuando sus rivales se quisieron dar cuenta, ya era tarde. Por ello, la selección del país siempre se nutre principalmente de futbolistas del Evergrande.

No se entiende el brutal crecimiento del ya coloso del fútbol sin un hecho que potenció más la marca del club a nivel mundial. Si con una inmobiliaria de primer nivel ya era vigoroso, pasó a multiplicar su fuerza cuando Alibaba Group compraba en 2014 la mitad del accionariado. La potente empresa de comercio electrónico que capitanea Jack Ma ha propulsado al Guangzhou Evergrande. Aquella operación se resolvió en unos instantes, según desveló el hombre que lucha con Wang Jianlin, accionista del Atlético de Madrid, por ser el hombre más rico de China. El precio a pagar se estableció durante una cena en Hong Kong. “Hui Kayan -entonces presidente-, me dijo que realizara una oferta, pero como no sabía muy bien lo que puede costar un club de fútbol, propuse pagar 1.2 billones de yuanes -192 millones de dólares- por la mitad del accionariado. Él aceptó de inmediato”, desveló en su momento Jack Ma.

A la caza de una estrella mundial

En China se le compara con Steve Jobs. Jack Ma no entró en el mundo del fútbol por capricho y sí con el objetivo de convertir al club de Guangzhou (Cantón) en una marca global en todo el mundo. A nivel económico no tiene nada que envidiar a un Barcelona, un Real Madrid o un Manchester City. Continúa apostando por el producto nacional y en cuanto un futbolista chino comienza a despuntar, allá que lanza la caña para pescarlo. Y, por supuesto, sin olvidar el mercado europeo y americano, tanto de jugadores como entrenadores. Reclutó a Marcello Lippi y luego a Cannavaro, pero éste último no logró los resultados esperados y el club se lanzó a por Luiz Felipe Scolari, con el que ha ganado la Superliga China y la Champions de Asia. En su hoja de ruta siempre están apuntados nombres de futbolistas de primera categoría, pues el club de Cantón tiene claro que muy pocos pueden pagar tanto.

No es suficiente con lo logrado. Bajo el paraguas de Jack Ma, la voracidad ha aumentado en un club que está dispuesto a todo con tal de tener en su plantilla a iconos mundiales. En 2011 el Guangzhou Evergrande rompió la baraja en su país, para darse a conocer en todo el mundo, al fichar al argentino Darío Conca, al que pagó algo más de 10,7 millones de euros anuales. Aquello no fue un capricho, fue una declaración de intenciones en toda regla. Sus dirigentes ya se encuentran en plena planificación con vistas a la temporada que viene -da comienzo a principios de marzo- y de nuevo se encuentran trabajando a conciencia para dar un nuevo golpe de efecto en forma de estrella. El dinero no será un problema, todo lo contrario. El club deberá trabajar la persuasión a la hora de vender los atractivos de disputar la Superliga China y la Champions de Asia, porque los millones de euros los tiene garantizados el futbolista elegido para ser la nueva imagen del equipo.

Un palco para hacer negocios

El palco del espectacular estadio Tianhe, donde el Evergrande disputa sus partidos como local, se ha convertido en los últimos tiempos en un hervidero de negocios. En eso se parece a otras zonas nobles de recintos deportivos europeos… Al calor que dan los millones y el poder de Jack Ma, multitud de empresarios de diferentes sectores se dejan ver en la zona presidencial del coliseo de Guangzhou. Alibaba Group ya firmó convenios de colaboración con Real Madrid -en estos momentos con muy poca actividad, ante una hipotética sanción de la FIFA por presuntas irregularidades en la contratación de jóvenes jugadores- Milan y Bayern, y su objetivo es dar continuidad a su expansión durante los próximos años. El millonario chino siempre está muy bien rodeado cuando se disputa un partido de fútbol...

Por el momento son las estrellas extranjeras -jugadores y entrenadores- las que se llevan el mayor trozo del pastel. A día de hoy no hay excesiva predisposición cuando toca pagar grandes traspasos, pero los que conocen la realidad del fútbol chino ya barruntan que en el plazo de 2 o 3 años, ya habrá algún club, empezando por el Evergrande, que comenzará a ofrecer cifras importantes -entre 40 y 50 millones de euros- por el fichaje de algún futbolista de primer nivel mundial. Tras Conca se apostó por el mercado brasileño, y antes de Robinho se vistieron de rojo Elkeson, Paulinho o Goulart, jugadores de gran nivel que obligarán al Barcelona a mantener alta la guardia. Y para poder aspirar a reclutar futbolistas de ese notable nivel, o superior, el 'merchandising' se ha convertido en una herramienta básica para llenar la hucha. ¿Para fichar a Messi algún día? Por ganas -y dinero- no quedará...

Hace apenas cinco años era un absoluto desconocido en el planeta fútbol. La corrupción le envió a la segunda categoría, etapa en la que floreció un club de fútbol que hoy en día es mucho más que eso. Una gigantesca empresa futbolística que puede competir económicamente con cualquiera -incluidos todos los grandes de España, Inglaterra, Alemania o Italia- y que este próximo jueves paralizará gran parte de China. El Guangzhou Evergrande, rival del Barcelona en una de las semifinales del Mundial de Clubes, ha conseguido convertirse en la absoluta y clara referencia del país si de fútbol hablamos; ya empieza a ser complicado competir con este club para los mejores de Asia. A golpe de talonario, ha confeccionado un equipo que en los últimos tres años ha ganado dos Champions (2013 y 2015) y que está dispuesto a lo que sea para seguir creciendo y convertirse en una marca global en todo el planeta. El equipo de Luis Enrique se ve las caras con un coloso financiero descomunal.

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