Szalai, héroe nacional húngaro después de 550 días sin oler portería

Polémico, discutido hasta la saciedad por la afición, con la pólvora mojada desde tiempo inmemorial… Todo eso pasó a mejor vida en el momento en que Adam Szalai culminó con un gesto medio acrobático para poder acomodar su zurda un contragolpe que rompía definitivamente el equilibrio en el desgastado y venido a menos ‘derbi imperial’ entre Hungría y Austria. El atacante nacido en Budapest y criado en ‘La Fábrica’ de Valdebebas (militó tres años en el filial del Real Madrid) encarriló la victoria magiar en su retorno a un torneo grande de selecciones como la Eurocopa después del Mundial de México 86 y se erigió de paso en héroe nacional.

La infinita paciencia del alemán Bernd Storck ha sido directamente proporcional a la alarmante sequía goleadora que el ariete del Hannover germano logró cortar al fin el pasado martes en Burdeos: 41 partidos, sumando los disputados con su anterior equipo, el Hoffenheim, el actual y la selección, llevaba Szalai sin atinar con la portería enemiga. Un año y medio en los que su falta de acierto en la suerte final le llevó a perder definitivamente el vigor con el que aterrizó en la Bundesliga, avalado por sus más que aceptables números defendiendo la camiseta del Real Madrid-Castilla (23 goles en 71 choques).

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El particular viento de la desgracia que ha lastrado la trayectoria deportiva de este espigado centro delantero de 28 años arrancó un 12 de diciembre de 2014. Ese día, perforaba la meta del Eintracht de Frankfurt luciendo la elástica azul del Hoffe. Fue la última diana del ex madridista hasta que la bombilla se le volvió a iluminar en el estreno de los magiares en esta Euro. Un lujo difícil de asumir para un jugador que vive precisamente de sus goles.

Irresponsable y mezquino

Su anterior conquista con Hungría databa del 14 de octubre de 2014, cuando un tanto firmado de su puño y letra sirvió para superar a las Islas Feroe en Tórshavn. Dicho encuentro y el que les enfrentó a Rumanía, ambos valederos para la fase de clasificación del presente torneo continental, supusieron el regreso de Szalai al redil del equipo nacional después de la agria polémica que mantuvo con su seleccionador, tras la que decidió no volver a jugar por su país mientras Attila Pinter estuviese al mando de la escuadra. En realidad, el expunta de Mainz y Schalke había criticado duramente el nivel de los entrenadores de su país, a quienes indirectamente responsabilizó de la paliza que Holanda les había propinado en el último choque camino del Mundial de Brasil (derrota por 8-1 en Amsterdam).

Pinter, que sustituyó en el cargo a Sandor Egervari y tildó al delantero de irresponsable y mezquino, optó por prescindir de Szalai en el arranque de las eliminatorias para Francia 2016. Pero esa situación cambiaría pocos meses después con un nuevo movimiento en el banquillo húngaro. Pal Dardai sustituyó a Pinter y en su presentación tendió la mano al ex merengue, alabando su personalidad y capacidad de liderazgo. Una semana más tarde, Szalai anunciaba su disponibilidad para volver a lucir los colores de su selección.

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Lejos de los terrenos de juego, también ha dado que hablar. Su celebración tras superar a Noruega en la repesca, que acabó con una larga travesía por el desierto de 44 años sin disputar una fase final de la Euro, fue trending topic en Hungría. El delantero del Hannover, al que llegó en enero pasado y no pudo ayudar a eludir el descenso a Segunda habida cuenta de su largo divorcio con el gol, acudió a un pub para festejar con algunos aficionados el tan anhelado billete al torneo galo y dio un entusiasta discurso sobre lo mucho que había sufrido personalmente durante la interminable crisis de resultados de su selección. A renglón seguido, invitó a un chupito de aguardiente a las 200 personas que estaban en el local. Su 'speech' fue colgado esa noche en las redes sociales, haciéndose viral en pocas horas. Al día siguiente, Szalai confesó a través de su perfil de Facebook que no se acordaba de nada.