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Nadie se atreve a decir qué pasa en este pueblo de Alicante: estas son las misteriosas represalias a los jugadores de La Nucía
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Sospechan de altos cargos

Nadie se atreve a decir qué pasa en este pueblo de Alicante: estas son las misteriosas represalias a los jugadores de La Nucía

Tras descender a Tercera Federación, los futbolistas sufren todo tipo de vejaciones: desde las ruedas de los coches pinchadas hasta carteles insultantes: "Jugadores, mercenarios"

Foto: La Nucía ha tenido un año complicado. (La Nucía)
La Nucía ha tenido un año complicado. (La Nucía)

Cuando el pasado 31 de marzo los jugadores del CF La Nucía consumaron el descenso a Tercera Federación al perder 3-1 frente al Terrassa, acababan de entrar en el infierno. Y no por perder la categoría, que también, sino porque, a partir de ese día, iban a sufrir todo tipo de vejaciones. La primera se produjo pocas horas después. Al llegar a las cuatro de la madrugada desde Terrassa a la Ciudad Deportiva de La Nucía, donde tenía los coches aparcados, las ruedas de los vehículos de los futbolistas estaban pinchadas. Acuchilladas. La noche se alargó, tras presentar las denuncias ante la Guardia Civil, hasta las siete de la mañana del 1 de abril. El club no se solidarizó con sus futbolistas. Al contrario.

Las humillaciones se multiplicaron desde entonces: aparecieron folios contra ellos pegados en las paredes del estadio: "Jugadores, mercenarios" y "Kiko [Lacasa, entrenador] vete ya", se les retiró la ropa de abrigo para entrenar, se les impuso sesión doble de entrenamiento al menos una vez por semana, se les obligó a ejercitarse sobre hierba artificial y no en natural como hasta antes del descenso —ahora los niños se preparan en el césped natural—... Los 24 futbolistas de la plantilla, todos profesionales dados de alta, junto al preparador físico y el entrenador, no han cobrado sus nóminas en los tres últimos meses. "Van a ser muchas más", dice uno de los jugadores.

En esta apacible localidad turística alicantina, al norte de Benidorm, de 18.600 habitantes, el CF La Nucía, fundado en 1995 por una iniciativa municipal, vive una situación muy desagradable. Los jugadores y los exempleados tienen miedo. Aseguran que el presidente de la entidad, José Benavente, no pinta nada. Ni la junta gestora, tampoco. El representante del sindicato AFE en la Comunidad Valenciana, Luis Sanjuán, solicitó una reunión con los responsables de la sociedad, pero nadie quiso atenderlo. "Si queremos ir allí, que vayamos, pero no hay nadie que mande en el club". Todos, futbolistas y exempleados, apuntan a alguien de más poder a quien no quieren nombrar detrás de estos maltratos.

Foto: Una clienta entrena en un estudio de Fit Jeff. (Fit Jeff)

Solo al ser preguntados si sospechan que detrás de las represalias está la mano del alcalde, ellos responden: "Sí", como si experimentaran una liberación. El alcalde de la población, Bernabé Cano, del PP, en su séptima legislatura como primer edil, no ha querido hablar con este periódico sobre el asunto. "Él no tiene nada que ver con el club", dice uno de sus asesores. Cano, sin embargo, ha tenido una fuerte vinculación con el club de fútbol de la población. Llegó a ser el médico de campo del equipo en distintas fases, e incluso fue expulsado y sancionado con cuatro partidos por gritarle al árbitro en un partido, en octubre de 2023, contra el Penya Independent. El estadio, con capacidad para 4.000 espectadores, lleva el nombre de su padre, Camilo Cano. Esta campaña, el alcalde dejó de frecuentar el estadio a partir de que se consumara el descenso.

La entidad está al borde del colapso. En febrero de 2023, llegó la aparente salvación con un inversor norteamericano, la agencia deportiva ubicada en Los Ángeles ISMX, que resultó un fiasco. Se marchó un año después, dejando un pufo de millón y medio de euros. Desde entonces, el Ayuntamiento de la localidad ha intentado sin éxito encontrar nuevos inversores. Los jugadores entienden que esta venganza contra ellos proviene de haber "espantado" a los inversores con sus malas prestaciones deportivas. Es el castigo a sus malos resultados. Pero si la directiva no paga las nóminas antes del 31 de julio, el club descendería otra categoría, según la normativa de la Real Federación Española de Fútbol. Los jugadores solo esperan cobrar sus contratos y empezar de cero en alguna otra parte. Que cesen las represalias, que pase esta pesadilla.

Cuando el pasado 31 de marzo los jugadores del CF La Nucía consumaron el descenso a Tercera Federación al perder 3-1 frente al Terrassa, acababan de entrar en el infierno. Y no por perder la categoría, que también, sino porque, a partir de ese día, iban a sufrir todo tipo de vejaciones. La primera se produjo pocas horas después. Al llegar a las cuatro de la madrugada desde Terrassa a la Ciudad Deportiva de La Nucía, donde tenía los coches aparcados, las ruedas de los vehículos de los futbolistas estaban pinchadas. Acuchilladas. La noche se alargó, tras presentar las denuncias ante la Guardia Civil, hasta las siete de la mañana del 1 de abril. El club no se solidarizó con sus futbolistas. Al contrario.

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