Cambio de 'outfit' y mirada al tendido para hacer historia: Mendi, el héroe inesperado del Olympiakos
El entrenador vasco lleva al equipo griego a las primeras semifinales europeas de su historia. Atrás dejó su habitual chándal para ponerse la chaqueta y se puso de espaldas a los penaltis
No portaba su habitual chándal, esta vez iba en chaqueta. Pero la vestimenta no es lo más importante. José Luis Mendilibar se ha encargado de protagonizar otra epopeya más en su extensa carrera. Tras salir por la puerta de atrás del Sevilla, a pesar de haber ganado la séptima Europa League de la historia del club, ha metido al Olympiakos por primera vez en semifinales de una competición europea, la Conference League.
Este éxito llegó de manera inesperada, con el temor de mirar a los penaltis, por eso no vio la tanda y se quedó en el banquillo, de espaldas. Ojos que no ven es corazón que no siente. Pero sus ojos estaban clavados en la grada, un termómetro de emociones capaz de indicarte el devenir de los hechos. Su Olympiakos estaba en semifinales.
Este mundo digital y vertiginoso ha convertido en más efímeros que nunca los momentos. Solo ha pasado un año desde que un Sevilla moribundo dejara por el camino a Manchester United, Juventus y Roma antes de proclamarse campeón. Todavía no está en la final, pero es complicado que Mendilibar no haya sentido ese mismo cosquilleo, aunque nada sea igual que la primera vez.
Esta, sin embargo, no es la única proeza que ha obrado hasta ahora Mendilibar en Grecia. En los octavos, el resultado invitaba al pesimismo, a concienciarse de que la participación había acabado. El 1-4 en la ida frente al Maccabi Tel Aviv fue contundente para todos… salvo para él. Este entrenador ha demostrado que los imposibles son posibles. Y en la vuelta consiguieron un 1-6 y la clasificación.
No quiso mirar ni un solo penalti de la tanda...
— Fútbol en Movistar Plus+ (@MovistarFutbol) April 19, 2024
Pero tiene a su Olympiakos en semis de #UECL.
𝐉𝐨𝐬𝐞́ 𝐋𝐮𝐢𝐬 𝐌𝐞𝐧𝐝𝐢𝐥𝐢𝐛𝐚𝐫, 𝐝𝐢𝐫𝐞𝐜𝐭𝐨𝐫 𝐝𝐞 𝐨𝐫𝐪𝐮𝐞𝐬𝐭𝐚.👨🏫🎼#LaCasaDelFútbol pic.twitter.com/FK36W6uots
La final como objetivo
Normal que en un país de desmedidas emociones como Grecia lo recibieran con honor al regreso de aquella victoria. Es lógico, por tanto, que a Mendilibar quisieran auparlo como ocurre con los maestros en las plazas. Transitar por caminos nunca antes visitados convierte la travesía en más que apetecible. Y en Atenas quieren que el recorrido continúe hasta el estadio Agia Sofía.
Mendi está en grupos de Whatsapp con sus excompañeros. En uno de ellos, todos bromeaban sobre su visita a templos del fútbol como Old Trafford y a si se pondría el chándal. Y lo hizo. No fue derrotado ni allí ni en Turín con ese pragmatismo que le caracteriza. Él ve el fútbol de cara, sin tabletas, ni auriculares, ni nada moderno.
El reencuentro con amigos
Sus jugadores admiran su cercanía, su espontaneidad y su sencillez. En cierto sentido, siguen su librillo como lo hacían los alumnos del colegio Welton con el profesor Keating. Algunos creían que sus métodos estaban obsoletos y que no merecía un banquillo grande. No obstante, su dirección es tan poética como los versos recitados en El club de los poetas muertos.
Ahora le esperan unas duras semifinales de Champions frente a viejos amigos, Monchi y Unai Emery. El Aston Villa es uno de los mejores equipos de Europa, pero algo de miedo habrá si enfrente está Mendilibar, aunque en esta eliminatoria sea mejor no llegar a los penaltis. Porque está Dibu Martínez en la portería rival y porque no siempre trae suerte mirar al tendido.
No portaba su habitual chándal, esta vez iba en chaqueta. Pero la vestimenta no es lo más importante. José Luis Mendilibar se ha encargado de protagonizar otra epopeya más en su extensa carrera. Tras salir por la puerta de atrás del Sevilla, a pesar de haber ganado la séptima Europa League de la historia del club, ha metido al Olympiakos por primera vez en semifinales de una competición europea, la Conference League.
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