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Mendilibar, el ídolo inesperado en Sevilla: "Con tanto piropo me siento gilipollas"
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LLEGÓ CON EL EQUIPO HUNDIDO

Mendilibar, el ídolo inesperado en Sevilla: "Con tanto piropo me siento gilipollas"

Los sevillistas estaban muy cerca del descenso y sin esperanzas en una pésima temporada hasta ese momento (marzo). Pero la llegada del nuevo entrenador lo cambió todo

Foto: Mendilibar ha levantado al Sevilla. (Reuters/Marcelo del Pozo)
Mendilibar ha levantado al Sevilla. (Reuters/Marcelo del Pozo)

"Con tanto piropo me siento gilipollas. 20 años en Primera y parece que no me conocía nadie". Quizá disfrute del mejor momento, pero Mendilibar no se olvida de todo lo que ha hecho con anterioridad. Así lo ha reconocido en una entrevista en Relevo. A pesar de la delicada situación que atravesaba el Sevilla, en la ciudad fueron escépticos con el vasco. Creían que no era digno de entrenar a un club que es hexacampeón de la Europa League. Son los mismos que ahora buscan billetes y entradas para estar en la final de Budapest.

La carrera de José Luis Mendilibar había transcurrido por carreteras secundarias. Los clubes modestos eran el abc de un currículum cargado de hazañas tan épicas como la que lidera ahora, conseguir que el Sevilla alcance de nuevo la gloria europea. A las cosas hay que darles el valor que merecen. Mantener cinco años seguidos al Eibar en Primera es un logro importante, porque los armeros tenían el presupuesto más bajo de toda la categoría.

El Sevilla estaba en el peor momento del presente siglo. La afición creía que la época de coquetear con el descenso ya había pasado; que eso era un fantasma que Del Nido se encargó de dejar atrás. El club era un luchador golpeado y el presidente lo convirtió en un gigante. Entre septiembre y marzo eran simples molinos, con un aire que soplaba más en forma de tempestad que de brisa.

placeholder Mendilibar, en un entrenamiento en el Pizjuán. (EFE/José Manuel Vidal)
Mendilibar, en un entrenamiento en el Pizjuán. (EFE/José Manuel Vidal)

Un pragmático entrenador

"En la primera toma de contacto me di cuenta de que eran muy buenos jugadores". Así lo ha demostrado el grupo en estos dos meses, irreconocibles en comparación con las etapas de Julen Lopetegui y Jorge Sampaoli. De los papeles con instrucciones del argentino a un banquillo sin tablets con Mendilibar. El pragmatismo de este viejo zorro ha calado bien en Sevilla, una ciudad tan proclive al entrenador audaz y pícaro. En el Pizjuán todavía recuerdan a Carlos Salvador Bilardo.

Fíjense si la apuesta no la tenía clara la directiva sevillista que sólo le firmaron un contrato a Mendilibar por lo que restaba de temporada. Eso a él no le importó. Hay personas que las ganas de trabajar se les ve con rapidez. De esos que la actitud les lleva quizá donde el talento no les ha permitido. Otros eligen el camino de la inspiración; la diferencia es que la creatividad depende en parte de los momentos de lucidez. Y el esfuerzo de cada uno. El vasco es de los segundos.

La posible renovación no es un tema que le preocupe en exceso a Mendilibar, agradecido al club y a la afición tanto si continúa como si se tiene que marchar. Tiene claro que siempre pueden surgir oportunidades. "Si no renovamos, habrá otro equipo y si no, al paro y con mi nieta. Ya habla mucho y dice 'Aúpa Sevilla'".

placeholder Mendilibar y Monchi dialogan en el estadio. (EFE/José Manuel Vidal)
Mendilibar y Monchi dialogan en el estadio. (EFE/José Manuel Vidal)

La idiosincrasia sevillana

El entendimiento de Mendilibar no se reduce al fútbol. También se ha sabido impregnar de la idiosincrasia de una ciudad dual en la que conviven tradiciones y dos equipos cuya masa social soñarían con tenerla muchos otros. Los estilos son diferentes y el vasco los ha captado con rapidez. "Siempre tuve el concepto de que el Sevilla es de un fútbol más práctico y el Betis más artista, más por bulerías…". En términos taurinos, los verdiblancos serían lo más parecido a Curro Romero. Porque Curro es el Betis y viceversa.

A Mendilibar le espera la puerta grande si consigue que la Europa League viaje a Sevilla para sumarse a las vitrinas del Ramón Sánchez-Pizjúan. Ahí no habrá disyuntiva alguna para Pepe Castro y Monchi: tendría que seguir. Cumpliría así una faena de las que no se ven ni en La Maestranza. Se encontró a un muerto y ahora tiene a un gladiador.

"Con tanto piropo me siento gilipollas. 20 años en Primera y parece que no me conocía nadie". Quizá disfrute del mejor momento, pero Mendilibar no se olvida de todo lo que ha hecho con anterioridad. Así lo ha reconocido en una entrevista en Relevo. A pesar de la delicada situación que atravesaba el Sevilla, en la ciudad fueron escépticos con el vasco. Creían que no era digno de entrenar a un club que es hexacampeón de la Europa League. Son los mismos que ahora buscan billetes y entradas para estar en la final de Budapest.

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