Los dos disparos de Ancelotti: uno al club para que fiche un central y otro contra el VAR

A Ancelotti le abandona la calma y dispara en dos direcciones. El entrenador del Real Madrid acaba el año preocupado por si el club le va a fichar un central. Es un frente abierto. El otro es el mensaje a los árbitros para que mejoren en 2024. La grave lesión de David Alaba, unida a la baja de Militao, tienen que ser motivos suficientes para que Florentino dé el visto bueno a reforzar la plantilla con un central. Esta es la postura de Ancelotti que, desde que acabó el partido contra el Villarreal, ha dejado claro que están en una situación de emergencia. Sus prisas no son las del presidente, que hace ver las dificultades de fichar en el mercado de invierno por precio y elección de jugadores.

Ancelotti pide un central y la respuesta del club es que hay que buscar una solución. Hay que valorar si está dentro de la plantilla o surge una oportunidad fuera. El entrenador ha hecho malabarismos con las numerosas bajas, pero considera una temeridad quedarse solo con Rüdiger y Nacho como únicos centrales. La situación es límite y plantear que puede recolocar a Tchouaméni como central no le convence.

Su postura es la de un entrenador que se ha quedado sin piezas y no tiene recambios: "A Tchouaméni no le gusta jugar de central, como a Camavinga de lateral". Más claro y directo no se puede expresar. Si el club deja pasar los días del mes de enero para ver si el equipo funciona y Ancelotti encuentra soluciones con la gestión de otros jugadores, encontrará la discrepancia del italiano.

Ancelotti lanza el mensaje para dejar claro que el equipo tiene una necesidad y que no vale con imaginar que Tchoueméni u otro jugador, como puede ser Ferland Mendy, están capacitados para desenvolverse como centrales. "Tchouaméni es pivote", dice de forma tajante el entrenador. Con Ferland Mendy vuelve la preocupación por otra lesión muscular que sufrió en el partido contra el Villarreal.

El entrenador está expectante con los movimientos que haga el club y está dispuesto a colaborar para encontrar la mejor opción. Hay que acudir al mercado, es la opinión de Ancelotti. La del club es no precipitarse con las decisiones en los fichajes y analizar qué centrales jóvenes, con talento y de futuro, son los mejores para reforzar la plantilla. Uno es Rafa Marín y está cedido en el Alavés.

Parece difícil que Florentino rompa el acuerdo y le pase el problema al club vitoriano. En el contrato de cesión del central andaluz no se incluyó ninguna cláusula con una posible repesca para el mercado de invierno. Rafa Marín (21 años) es una buena solución, conoce la casa, pero está cedido hasta final de temporada sin opción de compra para el Alavés.

Seguimiento a Leny Yoro

De los centrales jóvenes de futuro, el club hace un seguimiento a Leny Yoro. Es una de las perlas del fútbol francés, un defensa de 18 años que brilla en el Lille y que en el partido contra el Paris Saint-Germain destacó por el marcaje que hizo a Mbappé. Lo minimizó. Leny Yoro (1,90 cm.) está entre los que más balones recupera en el campeonato francés, debutó con el Lille con 16 años y medio y se le considera un talento precoz, como en su día surgió Camavinga y acabó en el Real Madrid. El central tiene contrato hasta 2025 y el precio a negociar parte de los 50 millones de euros. Esto es lo que conoce el entrenador del Real Madrid.

La otra alternativa al problema del central es mirar a la cantera y al Castilla. Ancelotti recurre al defensa canario Raúl Asencio (20 años) para tener otro efectivo. Es el jugador que tiene continuidad en el equipo que entrena Raúl González Blanco, pero no es lo que más seguridad le da al técnico italiano. La plaga de lesiones también afecta al Castilla, que tiene de baja a Marvel y Carrillo, dos centrales.

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Ulises Sánchez-Flor

Ancelotti es firme. Pide fichar a un central. También reivindicativo. El entrenador del Real Madrid se ha quedado a gusto tras conocer que a partir del año que viene se podrán conocer el diálogo y las imágenes del árbitro de campo con el VAR. El cambio le deja frío: "Es un pequeño detalle. Bastante curioso. A mí no me importa lo que los árbitros hablen durante el partido. Les deseo todo lo mejor y que se equivoquen lo menos posible o por lo menos no tanto como en 2023".

Es, sin duda, una crítica de un entrenador que se siente perjudicado o que ve un bajo nivel en el arbitraje español. No le convence este cambio, tiene dudas y lo considera postureo arbitral. Aquí está en la línea del club, la de Florentino, que pide cambios en la estructura arbitral y tiene una cruzada contra Clos Gómez, el jefe del VAR.