El caso Rubiales llega a Estados Unidos: así es el artículo que han dedicado al presidente de la RFEF

• Caso Rubiales tras el beso a Jennifer Hermoso: última hora
• Un periodista británico se pronuncia ante el encierro de la madre de Luis Rubiales en una iglesia

El escándalo en torno al comportamiento de Luis Rubiales tras la final del Mundial femenino no solo está en boca de todos en España, sino que también está siendo muy comentado en la prensa de todo el mundo, en una historia que por desgracia no deja en buen lugar a nuestro país y empaña en cierto modo el histórico logro deportivo que han logrado las jugadoras. Eso sí, algunos medios internacionales también ponen en valor que las cosas están cambiando a mejor y que la mentalidad de la gente está madurando, aunque sea lentamente, y además recuerdan que España no es el único país en el que se han vivido este tipo de situaciones en torno al fútbol femenino.

En esa dirección va el artículo recientemente publicado por The New Yorker, escrito por la periodista y escritora Louisa Thomas, especializada en deportes. Thomas empieza enumerando las diferentes polémicas que ha protagonizado Rubiales desde el día que España ganó el Mundial femenino: el beso no consentido a Jenni Hermoso, el momento en el que agarró sobre sus hombros a Athenea del Castillo, su inoportuna broma sobre casarse con Hermoso en Ibiza, sus excusas en las que dijo que no había hecho nada malo y se hizo la víctima, y sus posteriores amenazas legales a Jenni Hermoso.

Pero aparte de todo eso, la periodista enfatiza otra desafortunada acción de Luis Rubiales que también ha dado mucho que hablar: su gesto de agarrarse los genitales, con la reina y la infanta al lado, para celebrar la victoria. Louisa Thomas pone el foco en la excusa que dio el mandatario para justificarlo, cuando dijo que iba por el seleccionador Jorge Vilda, en señal de "ole tus huevos" por ganar tras toda la presión recibida a raíz del "motín" de 15 jugadoras un año antes. Según la periodista de The New Yorker, estas palabras retrataron la verdad: que para Rubiales se había tratado de un éxito suyo, de Vilda y de sus "huevos", y no de las propias jugadoras.

Cambio de ciclo

Pese a todo, la periodista estadounidense valora el cambio que se está produciendo para que la sociedad respete el deporte femenino, aunque cree que tenía que haber llegado antes. La suspensión de la FIFA a Rubiales, la renuncia de las jugadoras a volver a la selección hasta que las cosas cambien (aunque lamenta que solo un futbolista masculino con opciones de ser seleccionado, Borja Iglesias, se haya unido a ellas), la dimisión del vicepresidente de la RFEF y de miembros del staff de Vilda, la condena prácticamente unánime de políticos y medios de comunicación, y las rectificaciones de Luis de la Fuente y del propio Vilda tras haber aplaudido inicialmente el grotesco discurso de Rubiales, son muchas cosas que para Louisa Thomas demuestran que estamos ante un cambio de ciclo.

Eso sí, además de las actitudes de las personas que forman la sociedad y la opinión pública, también cree que uno de los motivos de este cambio es puramente económico: el fútbol femenino está experimentando un gran crecimiento, y ha demostrado que puede ser muy rentable invertir en él. "Ni siquiera un hombre como Rubiales podía ignorar" esas oportunidades, y en los últimos años se han mejorado ciertas condiciones para las futbolistas femeninas, aunque aún queda mucho camino por recorrer.

Por último, la periodista recuerda que España no es el único país en el que se han vivido situaciones de falta de respeto al fútbol femenino: Gianni Infantino, presidente de la FIFA, pidió a las mujeres en pleno Mundial femenino que eligiesen las "batallas correctas" por las que pelear, con tono paternalista; las jugadoras nigerianas estuvieron a punto de negarse a jugar por no haber recibido los pagos que les correspondían de la Federación de su país; la selección jamaicana tampoco recibió el apoyo necesario y tuvo que financiarse con una campaña de crowdfunding; y las más recientes campeonas olímpicas, Canadá, también tuvieron sus problemas de falta de financiación y de abusos.

Pero como señala nuestro dicho: "mal de muchos, consuelo de tontos". Y lo que está claro es que, tanto en España como en el resto del mundo, el deporte femenino y el fútbol en concreto van camino de ser cada vez más valorados y respetados, y están mejorando su audiencia y las condiciones de sus profesionales, aunque esto solo es el principio. Tal como dice Louisa Thomas para concluir su artículo en The New Yorker: "el cambio se está produciendo, pero no terminará de llegar hasta que el respeto y los derechos sean vistos como algo más que las recompensas del vencedor".