El ocaso de Bojan Krkic, el español que iba para gran estrella, pero que ahora busca equipo

Bojan Krkic ya es historia en el Vissel Kobe. El catalán no continuará en el equipo japonés de cara a la próxima temporada, después de que el club haya anunciado que no ampliará su contrato con el jugador. O, dicho otra manera, a sus 32 años, el que fuera considerado como uno de los futbolistas más prometedores de la historia del fútbol español, se encuentra sin equipo tras convertirse en un trotamundos en busca de oportunidades en cualquier punto del planeta deportivo.

Después de 26 partidos y solo un gol en el Vissel Kobe, sus caminos se separan: "Hemos decidido no renovar el contrato de Bojan para la temporada 2023 debido a la expiración del mismo", explicaba el club en un comunicado. "Al interactuar con la cultura de este país, sentí el amor y el respeto de todos. Gracias a esto, pude adaptarme al entorno. Mi desafío en el Vissel Kobe terminará aquí, pero continuaré usando este recuerdo como un tesoro", afirmaba el jugador en su despedida.

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Bojan, hijo de futbolista, nació en Lérida por los compromisos deportivos de su padre. Este hecho no solo le sirvió para amar al balón desde muy pequeño, sino que pronto el Barcelona se fijó en él por su capacidad goleadora. Procedente del Bellpuig, la calidad de Bojan siempre le permitió jugar una categoría por encima de su edad durante los siete años que militó en los equipos formativos del club culé. Estaba llamado a ser una estrella. Por ello, no tardó en llegar al primer equipo.

Bojan vivía un cuento de hadas y en 2007, con solo 17 años, debutaba con el Barça, en un amistoso contra el Al-Ahly. Solo necesitó un par de minutos para marcar su primer gol como azulgrana, provocando la locura entre la afición. Tanto que son unos meses después se convirtió en jugador de pleno derecho del primer equipo, compartiendo vestuario con una de las mejores generaciones de la historia del Barcelona. Poco a poco, contó con más minutos hasta ser una pieza importante.

Habitual en todas las categorías inferiores de la Selección española, donde incluso ganó el Balón de Bronce en el Mundial sub 17, llegó su gran oportunidad el 6 de febrero de 2008. Luis Aragonés le convocaba para jugar un amistoso contra Francia… Pero un mareo previo al partido le impidió jugar. Solo unos meses después, volvió a ser llamado para jugar la Eurocopa de 2008, pero Bojan declinó la invitación alegando motivos personales. Terminó debutando con España en septiembre de 2008, ya con Vicente del Bosque en el banquillo, pero sería el inicio de su calvario.

Años después, en su autobiografía, Bojan confesaría qué es lo que le había llevado a vivir una situación tan complicada: la gran presión a la que había sido sometido a tan corta edad le provocó problemas de ansiedad que, lógicamente, le impidieron jugar con normalidad. Es más, llegó a dejar de disfrutar del fútbol por lo que le suponía. Poco a poco, inconscientemente, fue bajando su nivel, hasta que el Barça decidió venderlo en 2011. A partir de ese momento, se convirtió en un trotamundos del fútbol sin demasiada continuidad en ningún equipo.

Así, paso por la AS Roma, el AC Milan, el Ajax de Ámsterdam, el Stoke City, el Mainz 05, el Alavés, el Montreal Impact y, finalmente, el Vissel Kobe, conjunto con el que no continuará el próximo año. Entre tanto, Bojan sí consiguió logros importantes, tales como convertirse en el primer futbolista español capaz de marcar en las cuatro grandes ligas europeas, pero quedó muy lejos del nivel que se esperaba. Y es que en Bojan se veía un proyecto de estrella como pocas veces antes se había visto, un jugador que podía marcar la diferencia y ser historia del fútbol mundial... Y era español. Pero el sueño se esfumó.

La historia muchas veces no sucede como nosotros pensamos, sino que es la vida la que nos lleva a determinados momentos y lugares. Ahora, con 32 años y después de una dilatada carrera a sus espaldas, Bojan busca un equipo en el que seguir apurando sus últimas horas de fútbol profesional. Un día, lo tuvo todo para ser leyenda. Ahora, busca un lugar en el que poder seguir siendo feliz con el balón, ese que nunca le falló y siempre estuvo cerca de él incluso en los momentos más difíciles de su carrera deportiva,