El jefe de la seguridad de la final de la Champions pide perdón y habla de "fracaso"
"Hubo personas que fueron heridas con el objetivo de protegerlas. Fue un fracaso", reconoce el jefe de seguridad sobre los fallos del dispositivo de la final de la Champions
La investigación sobre los altercados y el deficiente dispositivo de seguridad en la final de la Champions que disputaron el Liverpool y el Real Madrid en el estadio Saint-Denis ya tiene un culpable. Didier Lallement, jefe de la Policía y máximo responsable de la seguridad en todo el perímetro del recinto, asume los graves errores y reconoce que fue "un fracaso".
La actuación policial fue desmedida, al verse desbordados por la masiva afluencia de aficionados y los incidentes de avalanchas de personas que intentaban colarse en el estadio. La seguridad usó gases lacrimógenos contra los aficionados. Durante la comparecencia en el Senado, Lallement señaló que "hubo personas que fueron agredidas cuando el objetivo era protegerles" y que la actuación policial "perjudicó a la imagen de Francia".
El jefe de seguridad indicó que se logró el objetivo esencial, que era evitar heridos y muertos, al tiempo que expresó sus "sinceras disculpas" a los aficionados españoles e ingleses que pudieron sentirse perjudicados. La investigación de la final de la Champions más caótica sigue su curso y las autoridades activan los mecanismos para que los afectados puedan denunciar y ayudar a esclarecer qué sucedió en todo momento. Tanto los que se vieron estafados con la compra de entradas falsas como los que sufrieron agresiones y robos.
Avalanchas
El perímetro de seguridad, con los diferentes anillos o filtros de acceso al estadio, no funcionó. Lallement asumió la decisión de levantar el filtrado policial que llevaba a la explanada del estadio, lo que provocó que muchas personas sin entrada legal accedieran a la misma. Según su relato, lo hizo porque la afluencia de aficionados era "masiva" y el sistema de detección de entradas falsas puesto en marcha por los organizadores, un bolígrafo con tinta química, no estaba funcionando. A causa del ello, explicó, el 70 % de las comprobaciones indicaba que las entradas no eran legales, una cifra superior a la real.
El máximo responsable de la seguridad apunta que la cifra de entre 30.000 a 40.000 aficionados ingleses sin entrada legal en las inmediaciones del estadio, ya avanzada por el ministro del Interior, Gérald Darmanin, lo que sobrepasó sus previsiones y desbordó el dispositivo puesto en marcha. Eso permitió que numerosas personas sin entrada accedieran al lugar, entre ellos, de 300 a 400 "indeseables" que acudieron para cometer robos y agresiones contra los aficionados, señaló.
Lallament envió sus "disculpas sinceras" a los aficionados afectados por los gases lacrimógenos, pero reiteró que era la única manera de controlar la situación sin cargar contra la masa que se había formado en varios puntos, que hubiera provocado heridos de mayor gravedad. Señaló que las decisiones que adoptó "permitieron que se disputara el partido y que se protegiera la integridad física" de todos los asistentes
La investigación sobre los altercados y el deficiente dispositivo de seguridad en la final de la Champions que disputaron el Liverpool y el Real Madrid en el estadio Saint-Denis ya tiene un culpable. Didier Lallement, jefe de la Policía y máximo responsable de la seguridad en todo el perímetro del recinto, asume los graves errores y reconoce que fue "un fracaso".
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