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La flor de Xavi Hernández y el VAR, el sostén del Barça en los momentos más complicados
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Los árbitros, muy señalados

La flor de Xavi Hernández y el VAR, el sostén del Barça en los momentos más complicados

El conjunto azulgrana volvió a ganar un partido donde fue inferior. El rival no castigó sus fallos, el árbitro no vio dos penaltis claros y el Barça sumó la primera victoria fuera de casa

Foto: El técnico del Barça no ha perdido ni un solo partido. (Reuters/Pablo Morano)
El técnico del Barça no ha perdido ni un solo partido. (Reuters/Pablo Morano)

"Hemos tenido suerte. Nos ha costado mucho porque hemos sufrido y el Villarreal no ha merecido perder hoy". Las honradas palabras de Xavi Hernández al finalizar el agónico Villarreal 1-3 Barça sobre el césped del Estadio de la Cerámica son un buen resumen de lo que está siendo su etapa como entrenador del Barça. A Xavi, de momento, el viento le da impulso en lugar de frenarlo. Cuando la moneda está en el aire y cae de canto, siempre le toca cara. Si el partido se tambalea y el rival amenaza con llevárselo (Espanyol, Benfica y Villarreal), al final no lo hace con fallos clamorosos solos frente al portero, decisiones arbitrales que le favorecen o gazapos defensivos inexplicables que acaban por alterar el guion del encuentro. Está teniendo mucha flor.

placeholder Soto Grado tuvo una noche para olvidar. (EFE/Domenech Castelló)
Soto Grado tuvo una noche para olvidar. (EFE/Domenech Castelló)

En Villarreal, la lógica se escapó por completo en un deporte ya de por sí solo irracional. "Hay momentos en los que el rival te domina. Han tenido una presión muy alta. Ellos llegaban muy bien y nos han sometido en la segunda parte. Tenemos que mejorar. Tenemos que jugar mejor. Tenemos que dominar más y superar la presión". Y es que el partido estuvo más cerca de lo que quiso Unai Emery que el nuevo técnico azulgrana y, sin embargo, el Barça sobrevivió en el alambre.

En una pésima actuación de Soto Grado como árbitro principal y de Del Cerro Grande desde el VAR, ambos colegiados no detectaron la roja de Dani Parejo sobre Sergio Busquets y aún peor, la mano salvadora de Piqué para evitar el gol de Danjuma. Acto seguido, llegarían dos balones al palo de color azulgrana: el cabezazo de Abde y el tiro cruzado de Gavi. Al Barça le fallaba la puntería y la ausencia de dinamita en el área rival (especialmente de Memphis Depay) y la solidez en la propia ponía contra las cuerdas al cuadro catalán. Después de unos 25 minutos iniciales donde los pupilos de Xavi llevaron la iniciativa, el Barça se evaporó.

Xavi no corrigió el agujero negro en defensa

"Hemos sufrido mucho en la segunda parte y en los finales de la primera. Es un rival de nivel Champions. Hemos dominado menos de lo que yo creía. Hemos jugado contra un señor equipo", diría Xavi en rueda de prensa. Y es que mientras Unai Emery supo detectar las carencias de un Barça primerizo que abrió múltiples puertas en ataque al Villarreal al arrastrar a Eric García hacia posiciones interiores con Moi Gómez y permitir que Alfonso Pedraza y Danjuma cayeran a ese espacio liberado por el lateral derecho culé, Xavi no corrigió ese agujero negro defensivo en todo el partido.

Foto: Aleksander Isak se escapa de la entrada de Eric García. (Reuters)

Como ya sucediese ante el Espanyol en el Camp Nou, el final de la primera parte y toda la segunda a excepción de los cinco minutos finales fue del rival. Y eso que, en ambos casos, marcó al inicio del segundo asalto y, curiosamente, en el mismo minuto (el 48). Ese día, al Barça le pitaron "un penalti de chiste" cuando Leandro Cabrera despejó el balón de Depay en palabras de Raúl de Tomás y el técnico blanquiazul, Vicente Moreno, explicó que "si el derbi se jugase diez veces más, lo ganaríamos nueve".

Ayer, sin embargo, fue el turno de Pau Torres, central internacional del Villarreal. "El árbitro dice que es posible penalti y yo lo veo clarísimo, el balón le da en la mano, no es que le dé en la barriga ni nada. Para ver un fuera de juego estamos diez minutos y para pitar un penalti podemos estar dos minutos. Aún no les han pitado un penalti en contra", declararía tras acabar el partido. Emery también se quejaría: "Alguien tiene asumir responsabilidades. Yo creo en el VAR, pero lo que no entiendo es quién está en el VAR, por qué no se ha pitado hoy ese penalti. Porque el árbitro igual no lo ve, pero ¿el del VAR? Yo veo la imagen y digo lo va a pitar. Y luego el del Albiol ¿tampoco?"

En teoría, ese gol nada más salir del vestuario debería haber dado tranquilidad a los azulgranas y cambiar la inercia del partido, pero...no sucedió. Ni contra el Espanyol ni contra el Villarreal. Le robaron la pelota, le empujaron hacia su área, le desnudaron defensivamente y solo la poca contundencia de sus adversarios (Raúl de Tomás estrelló dos pelotas en la madera, Dimata falló solo contra ter Stegen, Manu Trigueros tuvo dos claras, Danjuma falló tres ocasiones...) permitió ganar por 1-0 en el Camp Nou y que, ayer, Memphis Depay aprovechase el error de Pervis Estupiñan en una mala cesión a Rulli de cabeza en el 88' para el 2-1. Luego, en el descuento, Phillipe Coutinho sentenciaría el encuentro de penalti.

placeholder Xavi da órdenes a Piqué. (Reuters/Pablo Morano)
Xavi da órdenes a Piqué. (Reuters/Pablo Morano)

Es cierto que, contra el Benfica, el Barça hizo el mejor partido de los tres y, como en Villarreal, tuvo un inicio de partido muy potente. Demir mandó la pelota al palo al final de la primera parte y Depay volvió a fallar mucho, pero cuando el equipo se fundió en la segunda, Haris Seferovic perdonó una derrota que hubiese mandado al Barça a la Europa League si llega a marcar solo frente a ter Stegen en el minuto 93. O en otras palabras, cuando más sufría el Barça en el Estadio de La Cerámica, la flor de Xavi Hernández hizo acto de presencia. Como ya hiciese contra el Espanyol y, en mayor o menor medida, contra el Benfica.

Hasta el momento, ningún rival ha podido castigar los momentos de zozobra del Barça. A Xavi, cuyas primeras semanas le han servido para cambiar el estado de ánimo del equipo, le han llegado antes los resultados que el juego, como si fuese gasolina para su proyecto. El Barça es más alegre, atrevido, vertical y genera más ocasiones de gol que el de Ronald Koeman, pero igual que al neerlandés, su dramático nivel en las dos áreas le está restando mucho potencial. Sin embargo, donde Koeman tropezaba, Xavi está manteniéndose recto incluso en los peores momentos de su equipo. Es tiempo y oxígeno para una era que justo acaba de echar a andar.

"Hemos tenido suerte. Nos ha costado mucho porque hemos sufrido y el Villarreal no ha merecido perder hoy". Las honradas palabras de Xavi Hernández al finalizar el agónico Villarreal 1-3 Barça sobre el césped del Estadio de la Cerámica son un buen resumen de lo que está siendo su etapa como entrenador del Barça. A Xavi, de momento, el viento le da impulso en lugar de frenarlo. Cuando la moneda está en el aire y cae de canto, siempre le toca cara. Si el partido se tambalea y el rival amenaza con llevárselo (Espanyol, Benfica y Villarreal), al final no lo hace con fallos clamorosos solos frente al portero, decisiones arbitrales que le favorecen o gazapos defensivos inexplicables que acaban por alterar el guion del encuentro. Está teniendo mucha flor.

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