Al Villarreal no le sonrió esta vez la suerte: derrota en penaltis con el Chelsea (1-1 y 6-5)
Los castellonenses no se achantaron tras el gol de Ziyech. Gerard Moreno comandó el ataque y empató en el 73'. La prórroga fue ínsipida. Cruel deselance para los amarillos
Las ganas rebosarían en los jugadores del Villarreal para disputar este partido. En el colegio, suele pasar cuando te toca enfrentarte a los mayores. Es el momento de darlo todo. Y de demostrar que puedes con todo. A Emery le habría servido hoy ponerle la película ‘300’ antes del partido. O hablarles de David y Goliat a los que no hayan leído la Biblia. El Villarreal perdió esta vez en los penaltis frente al Chelsea (6-5) después de empatar a uno en los 120 minutos de partido. La jugada de sacar a Kepa antes del final para los penaltis le salió bien a Thomas Tuchel, en lo que puede ser un punto de inflexión en la carrera del guardameta español.
El Chelsea comenzó dominando y encerró al Villarreal en su área. Los castellonenses tenían claro que eran la cenicienta. Era un equipo todopoderoso de Londres contra un municipio de 50.000 habitantes. El partido también se disputó en el palco porque los propietarios son el magnate ruso Abramovich y Fernando Roig, propietario del 9% de Mercadona.
El empuje de los londinenses tuvo efecto. Igual que lo tienen las buenas relaciones, que acaban en matrimonio. Ziyech remató un centro desde la izquierda prácticamente sólo tras un buen arrastre de Timo Werner. El marroquí completó un gran encuentro hasta que fue sustituido por lesión en el 42’.
El Villarreal no se achantó
Lejos de achantarse, el Villarreal tuvo claro que el camino era plantarle cara. Jugarle de tú a tú. Si habían llegado hasta allí, no era para acobardarse. Los valientes siempre tienen ese punto de locura. Gerard Moreno se convirtió en el líder que todo grupo necesita, ya sea para sublevarse o para fijar una quedada. Él comandó el ataque de los amarillos.
La grada estaba disfrutando. No sólo por el partido, apetecible para el espectador neutral, también por una vuelta a los terrenos de juego sin mascarilla y sin distancia. Lástima que esa imagen no se vaya a ver con asiduidad en los estadios de España. Se han llevado un año y medio sin acceder a los estadios, pero esto debe ser como montar en bicicleta: nunca se olvida.
Si los niños quieren saber cómo salir de alguna situación difícil, que les hablen de Sergio Asenjo. A pesar de haber sufrido cuatro roturas de ligamento cruzado, siempre se ha repuesto y ha cuajado actuaciones sensacionales. Como la de hoy. Protegió su meta cuando más lo necesitó su equipo. Los partidos se ganan en ambas áreas.
El colegiado estaba a punto de decretar el fin de la primera parte cuando Alberto Moreno estrelló el balón en el larguero. Esos remates son un arma de doble filo: la fuerza puede hacer que acaben dentro al golpear en el larguero o salirse fuera. No tocó el gordo en esta ocasión.
El vendaval de los amarillos se confirmó en la segunda parte. A veces uno se crece cuando no tiene nada que perder. Mendy y el palo evitaron el gol de Gerard. El delantero tiene gestos de ballet con su permanente movilidad. Es normal que los defensas tengan dificultad para marcarlo.
Mendy despejó otro balón de gol. El dominio del Villarreal era arrollador. El Chelsea era un grupo de galácticos y el Villarreal parecían los niños de la plaza. Se notaba diversión en los ataques amarillos. La muralla londinense iba a ser derrumbada en cualquier momento.
Gerard, el patrón del Vilarreal
Gerard Moreno volvió a erigirse como la insignia del buque castellonense. Una gran jugada de los amarillos, que combinaron a la perfección y de memoria, lo dejó frente al portero. En esta ocasión, Mendy no pudo hacer nada. Empate. Y jolgorio en la grada. Esta vez sí hubo los ausentes y añorados abrazos.
El Chelsea abrió los ojos con este gol y empujó algo más, pero no le dio para resolver el partido en los 90 minutos. Se llegó a la prórroga, en la que ambos equipos salieron comedidos. Con la intención de evitar errores. Las interrupciones aumentaron y se notó el cansancio. La temporada anterior fue larga y este es el primer partido de la temporada.
El tiempo extra no dio para mucho. De hecho, sobró después del sensacional y trepidante encuentro que se vio en los primeros 90 minutos. El partido fue más plano y hubo menos intercambio de golpes. Al igual que en la final de la Europa League frente al United, el porvenir del Villarreal se decidió en la tanda de penaltis
Kepa entró antes de la conclusión del partido para afrontar los penaltis. No hubo errores, salvo los de Havertz y Mandi. Se llegó a la muerte súbita. Antes de ella, Jorginho volvió a dejar sello de su salto. Igual que en la Eurocopa frente a España. El acierto fue pleno hasta que Albiol erró su pena máxima y el Chelsea se convirtió en campeón.
Las ganas rebosarían en los jugadores del Villarreal para disputar este partido. En el colegio, suele pasar cuando te toca enfrentarte a los mayores. Es el momento de darlo todo. Y de demostrar que puedes con todo. A Emery le habría servido hoy ponerle la película ‘300’ antes del partido. O hablarles de David y Goliat a los que no hayan leído la Biblia. El Villarreal perdió esta vez en los penaltis frente al Chelsea (6-5) después de empatar a uno en los 120 minutos de partido. La jugada de sacar a Kepa antes del final para los penaltis le salió bien a Thomas Tuchel, en lo que puede ser un punto de inflexión en la carrera del guardameta español.
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