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La final soñada: Messi se enfrenta en Maracaná al fantasma de 2014 y a Neymar
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Brasil 7-Argentina 0 este siglo en finales

La final soñada: Messi se enfrenta en Maracaná al fantasma de 2014 y a Neymar

El ‘10’ argentino (actualmente sin contrato) sueña con un ‘Maracanazo’ para enmendar su historial con la selección albiceleste. No hay partido ni escenario mejores para la final de la Copa América 2021

Foto: Neymar y Messi, en la final de la Copa América 2016. (EFE)
Neymar y Messi, en la final de la Copa América 2016. (EFE)

No ha habido un partido de su selección más discutido en Argentina este siglo –con permiso de la derrota contra Alemania en el Mundial 2006– que la final del Mundial 2014. Después de tres días de ruidosa invasión albiceleste (viajaron a Río de Janeiro 100.000 hinchas) que pusieron a prueba la templanza de la afición carioca y las reservas de cerveza del barrio de Copacabana, Lionel Messi y la selección de Alejandro Sabella (fallecido el año pasado por coronavirus) tenían la oportunidad de ganar un Mundial en Maracaná, el templo del fútbol brasileño e incluso latinoamericano, en plena resaca todavía de la humillación sufrida por la ‘Canarinha’ en su inolvidable partido contra Alemania en semifinales cinco días antes.

De aquel partido, por el lado argentino, se recuerdan sobre todo el fallo de Higuaín en la primera parte tras el error (aún más estrepitoso) de Toni Kroos, la ocasión marrada por Rodrigo Palacio en la prórroga (“¡Era por abajo!”) y las imágenes de un Messi cabizbajo y aislado, caminando por el círculo central mientras el equipo era incapaz de concederle su mayor anhelo: ganar un Mundial con su país.

En la madrugada de este domingo (02:00 horas, canales autonómicos y Twitch), siete años justos después, Leo Messi vuelve a Maracaná con una carga añadida. Un año después de aquella final mundialista perdió en Santiago de Chile la final de la Copa América contra el equipo anfitrión, que jamás había ganado un torneo. Y al verano siguiente, en 2016, en la Copa Centenario celebrada en Estados Unidos, la Argentina de la ‘Pulga’ volvió a caer contra Chile, de nuevo por penaltis, convirtiendo el inicio de sus vacaciones en un infierno personal.

placeholder Messi, en un entrenamiento este viernes en el Centro del Fluminense. (EFE)
Messi, en un entrenamiento este viernes en el Centro del Fluminense. (EFE)

La peculiar relación del capitán argentino con su equipo nacional ha hecho que Argentina no haya sido sólo incapaz de ganar un Mundial desde la retirada de Diego Armando Maradona, sino tampoco una Copa América, el equivalente continental a la Eurocopa, que la selección albiceleste no conquista desde 1993. El equipo dirigido por Lionel Scaloni se presentará en Maracaná con un registro nefasto: ha perdido todas las finales (siete) disputadas en el siglo XXI – Mundial 2014, cuatro Copas América y dos Copas Confederaciones.

El sueño del 'Maracanazo'

La final es el mejor desenlace que podía deparar para un espectador neutral la Copa América 2021, celebrada polémica y milagrosamente en Brasil después de que Argentina y Colombia renunciasen a albergar el campeonato por la pandemia. Messi, con 34 años, no sólo encabeza a la Albiceleste en uno de sus últimos torneos internacionales y en un escenario que le permitiría sumar la máxima deshonra vecinal –otro ‘Maracanazo’– a su hoja de servicios. Se enfrenta además, a su amigo Neymar Jr, el jugador que este año le ha sucedido ya a ojos de muchos en el máximo trono del fútbol mundial (y que con 29 años está solo a 9 goles de Pelé, el máximo goleador histórico de Brasil).

La selección ‘verdeamarelha’ ha ganado, en cambio, las siete finales que ha jugado este siglo (Mundial 2002, tres Copas América y tres Copas Confederaciones). Hace 84 años Argentina no le gana a Brasil una final de la Copa América. Las últimas seis veces que hubo un cruce de eliminación directa, siempre ganó Brasil. (Todas desde 1991).

placeholder Neymar saluda a Christian Cueva (de Perú) tras las semifinales. (EFE)
Neymar saluda a Christian Cueva (de Perú) tras las semifinales. (EFE)

Argentina llega invicta a Río de Janeiro, con un Messi bastante entonado (cuatro goles, máximo artillero del torneo) y un nuevo héroe nacional, el guardameta Emiliano ‘Dibu’ Martínez, que atajó tres penaltis en la tanda de semifinales contra Colombia. Sin positivos por coronavirus ni lesionados, Scaloni celebra “al mejor Messi” en una selección en la que han destacado también Lautaro Martínez o el 'Papu' Gómez.

Los números de Argentina (11 goles a favor, tres en contra) son muy buenos, pero hay un equipo que los supera – precisamente Brasil (12 y 2). Desde su tradicional concentración en la bella ciudad de Teresópolis, el seleccionador brasileño, ‘Tite’, resumió con tino el encuentro: “Tenemos dos grandes exponentes en acción. Creo que la misma preocupación que nosotros tenemos con Messi la deben tener ellos con Neymar también, así que hay un cambio... Un ingrediente extra para un gran espectáculo”.

La presencia de aficionados argentinos en Río será esta vez testimonial en comparación con las riadas que infestaban Copacabana en 2014 al cántico de “¿Brasil, que se siente al tener en casa a tu papá?” Sin embargo, la presión para Messi, siete años después, es sencillamente extraordinaria: la posibilidad de añadir a su curriculum vitae la única línea que le falta (ganar algo con su país).

No ha habido un partido de su selección más discutido en Argentina este siglo –con permiso de la derrota contra Alemania en el Mundial 2006– que la final del Mundial 2014. Después de tres días de ruidosa invasión albiceleste (viajaron a Río de Janeiro 100.000 hinchas) que pusieron a prueba la templanza de la afición carioca y las reservas de cerveza del barrio de Copacabana, Lionel Messi y la selección de Alejandro Sabella (fallecido el año pasado por coronavirus) tenían la oportunidad de ganar un Mundial en Maracaná, el templo del fútbol brasileño e incluso latinoamericano, en plena resaca todavía de la humillación sufrida por la ‘Canarinha’ en su inolvidable partido contra Alemania en semifinales cinco días antes.

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