El Atlético demuestra su favoritismo en un partido redondo sin Joâo Félix en San Sebastián (0-2)

La Liga evoluciona poco a poco, pese a la pandemia y al VAR, hacia un torneo de dos (o tres) aspirantes. El edificante sueño de la Real Sociedad terminó de estropearse este martes ante las gradas vacías del Reale Arena, el noveno partido consecutivo sin ganar, que confirmó la saturación física (y presumiblemente mental) de un muy buen equipo que ha convivido dos meses con el liderato de la competición doméstica y una exigente liguilla en la Europa League.

Sin Joâo Felix sobre el césped, baja de última hora por faringoamigdalitis, el Atlético de Madrid hizo un partido casi perfecto: tres ocasiones, dos goles, la portería a cero. El equipo de Simeone salió apretando muy arriba la salida de balón de la Real, que sufría en su disciplina predilecta: controlar la pelota desde atrás. Los locales tardaron diez minutos en sacudirse el agobio y disputaron la autoridad balompédica al líder, todo a un ritmo altísimo, incapaz el Atleti de superar a un equipo con un sistema defensivo muy ajustado (a pesar de la marcha de Diego Llorente), líder durante varias jornadas a pesar de que sus dos delanteros llevan tres goles cada uno.

El combate entre dos equipos de la parte alta de la tabla con ideas muy claras y talento en la cancha (volvió Silva) deparó una primera parte con muchas alternativas y pocas ocasiones, suficientemente atractivo, que el Atlético supo comandar de nuevo a partir de la media hora, dirigido por Koke, resguardado por sus centrales, propulsado desde la derecha por un Trippier instalado en campo contrario. Un duelo de gallos por la posesión de la pelota que se decantaría, como tantas veces, a balón parado, alumbrando otro partido diferente después del descanso.

El cabezazo de Hermoso

Ese punto de inflexión (tras unos buenos minutos iniciales del Atleti) fue el tiro libre combado y tenso de Carrasco que cabeceó canónicamente Hermoso en el minuto 49: un golazo que desacreditaba la fama de la Real en su gestión del balón parado, tanto ofensiva como defensivamente. El tanto del central madrileño, excelente durante los 90 minutos, convocó las dudas del equipo donostiarra.

Sin embargo, los locales demostraron tesón en el intento de encerrar al Atleti en su campo, aunque no encontraran prácticamente espacios atrás. Los colchoneros aplicaban su exitoso manual de gestión del 0-1 y conseguían que el encuentro discurriese sin demasiados lances relevantes. Menos brillante que en el último mes, generoso en el trabajo de recuperación, Lemar fue sustituido por Kondogbia en el minuto 70 para conservar la autoridad en el campo.

Dos minutos después llegó el descabello de Marcos Llorente, resolutivo en la mejor jugada de Suárez durante el partido (lanzado por el cada vez más sabio Koke). Más contenido en la primera parte, venenoso en la segunda, el líder hacía un completísimo encuentro sin necesidad de probar demasiado a Remiro y daba al 'Cholo' su victoria número 300 como entrenador rojiblanco.

Orgullo final

Cabe destacar la actitud del equipo de Imanol Alguacil, que terminó algo descosido pero lució orgullo hasta el final, empeñado en reducir distancias. El tablero, sin embargo, estaba inclinado desde el minuto 49: un equipo que se abocaba a su noveno partido sin ganar contra otro que encadena nueve victorias en diez partidos.

Impecable en defensa, contundente en el área, el líder superó a una buena Real Sociedad (en la primera parte) y se quita definitivamente el mal sabor del derbi con tres victorias en una semana (Copa, Elche y sobre todo San Sebastián). La cosecha no termina ahí: el club recupera el favoritismo y la plantilla puede dedicarle la victoria al presidente, Enrique Cerezo, el día después de la muerte de su madre.