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El renacido Lemar, síntoma de un Atleti líder que tiene al 'pichichi' y al Zamora (3-1)
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Clara victoria ante el Elche

El renacido Lemar, síntoma de un Atleti líder que tiene al 'pichichi' y al Zamora (3-1)

Dos goles de Suárez y uno de Costa (tras un penalti discutible) doblegan la resistencia de un ordenado Elche, que no se acercó a Oblak durante una hora. Buena actuación de un Lemar en momento dulce

Foto: Thomas Lemar y Suárez celebran el segundo gol del uruguayo. (Efe)
Thomas Lemar y Suárez celebran el segundo gol del uruguayo. (Efe)

A pesar de cierta polémica arbitral hacia el final del partido, a pesar también del discreto partido de Joâo Félix y de sus problemas físicos, el Atlético de Madrid conserva el liderato y comprobó este sábado en el Metropolitano dos regresos de ciclo muy diferentes: uno, el de Luis Suárez, que se reencontró por fin con la portería tras sus problemas coronavíricos (y es ya el máximo goleador de la competición, empatado con Aspas y Oyarzábal); el otro, Thomas Lemar, aquel francés de 72 millones en el que nadie ya creía, quizá el mejor hombre de la cancha mientras estuvo sobre el césped, que 29 meses después de su contratación comienza a justificar por fin su sueldo.

Simeone volvió a apostar por Lemar en lugar de Saúl este sábado, y el versátil interior caribeño disputó el protagonismo a Joâo Félix y a Carrasco en la creación de juego: un futbolista que ya no aparece extraviado y deprimido en el campo, sino pleno de confianza (llevaba dos goles en los últimos cuatro partidos), que desbordó por la izquierda y el centro, chutó a portería y actuó de electrón libre de un centro del campo en el que él, teóricamente, debía ocupar una banda derecha que en la práctica dejaba a Joâo Félix y a Trippier. Un alto nivel de libertad para moverse a su gusto y crear superioridades, no siempre fácil de obtener en el Atlético.

No fue una actuación estelar, ni anotó gol alguno; tampoco completó los 90 minutos. Su titularidad consolidada, sin embargo, es un síntoma de salud y abundancia en una plantilla en la que ni Saúl ni Diego Costa ni Correa fueron titulares. Simeone puede presumir de haber confiado en su jugador cuando nadie lo hacía: futbolista muy veloz con capacidad para jugar de extremo, su vocación por la mediapunta parecía definitivamente destruida por la explosión de Joâo Félix tras dos temporadas pobres. Nada más lejos de la realidad. El técnico argentino ha hecho hueco para ambos; y ante el Elche, en un partido algo espeso y resuelto por dos remates de Suárez (al que el tanto del argentino Boye confirió más interés en la segunda mitad), brilló más el galo que el luso.

placeholder Lemar, en el reciente partido de Copa del Rey contra el Cardassar. (Efe)
Lemar, en el reciente partido de Copa del Rey contra el Cardassar. (Efe)

Antes de que llegase 'O Menino', Lemar (Guadalupe, 1995) había sido el fichaje más caro de la historia del club. La presión superó al jugador antillano, hasta el punto de convertirse en un jugador intrascendente, opaco, peleado con el gol y la habilidad (físicamente muy capaz), carne de chiste fácil entre los aficionados. Fue una sorpresa que no saliese del club en un mercado de verano muy empobrecido, y no obstante su último mes ha sido la irrupción más significativa del equipo que encabeza y protagoniza la Liga. De hecho, Lemar fue suplente en la única derrota atlética en la competición, hace una semana, en el estadio Alfredo Di Stéfano.

"Juega muy bien, créanme", expresó su entrenador hace unas semanas: "No tenemos futbolistas que tengan la conducción y el tiro que tiene con pierna derecha". Lemar está indudablemente en su mejor momento en Madrid y lleva camino de dejar de ser un fiasco económico en la gestión de Miguel Ángel Gil. “Yo no tengo dudas sobre mí, conozco mi calidad... Es parte del fútbol", solía repetir el futbolista en los malos tiempos, circunspecto. Con dos goles y una asistencia estos meses, lejos está aún de su gran campaña (la 2016-17) en el Mónaco, cuando anotó 14 goles y dio 17 asistencias. Da la impresión de haber alcanzado nuevamente ese punto de forma.

Foto: Joao Félix se retira del campo, cabizbajo, en el partido contra el Lokomotiv disputado en el Metropolitano. (EFE)

Con el 'pichichi' y el trofeo Zamora (Oblak) en su once titular, amparado en la plantilla más extensa y equilibrada de su historia, el Atlético supera el mal trago de su lastimoso derbi y seguirá siendo líder al menos una jornada más, independientemente de lo que suceda el resto del fin de semana (con dos partidos menos que el Madrid y tres menos que la Real Sociedad). No fue su mejor partido, ni el de su estrella portuguesa. Ni siquiera el del bigoleador Suárez. Oblak parecía despertar de un largo sopor cuando se encontró con un gol en contra de córner. El Atlético, sin embargo, camina firme; y esta temporada, además de la explosión de Joâo Félix y la llegada del pistolero Suárez, suma a un muy buen jugador, campeón del mundo en 2018, que todos creían irrecuperable: Thomas Lemar.

A pesar de cierta polémica arbitral hacia el final del partido, a pesar también del discreto partido de Joâo Félix y de sus problemas físicos, el Atlético de Madrid conserva el liderato y comprobó este sábado en el Metropolitano dos regresos de ciclo muy diferentes: uno, el de Luis Suárez, que se reencontró por fin con la portería tras sus problemas coronavíricos (y es ya el máximo goleador de la competición, empatado con Aspas y Oyarzábal); el otro, Thomas Lemar, aquel francés de 72 millones en el que nadie ya creía, quizá el mejor hombre de la cancha mientras estuvo sobre el césped, que 29 meses después de su contratación comienza a justificar por fin su sueldo.

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