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La euforia de Zidane tras superar su semana decisiva: "Están todos de puta madre"
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Otra resurrección del francés

La euforia de Zidane tras superar su semana decisiva: "Están todos de puta madre"

Tras las victorias ante Sevilla, Borussia y Atlético (con la portería imbatida), el técnico blanco vuelve a salir fortalecido de una crisis. Avisa: "El centro del campo está al nivel de las tres Champions seguidas"

Foto: Zidane y Simeone, antes del partido. (Reuters)
Zidane y Simeone, antes del partido. (Reuters)

El sábado pasado por la tarde, cuando el Madrid saltó al campo Sánchez Pijuán para enfrentarse al Sevilla de su extécnico Julen Lopetegui, el equipo de Zinedine Zidane tenía ante sí un panorama dantesco: estaba obligado a ganar en uno de los estadios más difíciles de la Liga, a vencer cuatro días después al Borussia Monchengladbach (para no quedar fuera de su competición favorita por primera vez en 25 años) y a doblegar por último al equipo más en forma de España, el nuevo Atlético de Madrid, líder de una Liga en la que llevaba sin perder 26 partidos (precisamente desde la última vez que se enfrentó al Madrid, el pasado 1 de febrero, en un por entonces abarrotado Santiago Bernabéu).

Las tres exhibiciones del Madrid de las tres Champions (sin Cristiano), especialmente ante el Borussia y el 'Atleti', refrendan un rasgo consustancial de la plantilla: necesita una motivación muy fuerte para dar el máximo y hace lo que haga falta cuando ve peligrar la cabeza (rapada) del único técnico que han respetado desde la marcha de Carlo Ancelotti. Despeja, además, una duda primordial: el bajón del equipo no era físico, sino mental. Con "los mismos once cabrones de siempre" (como decía John Benjamin Toshack), el mismo plantel que colocó al equipo en un aprieto gravísimo ha salido de él con una autoridad pasmosa y una intensidad física asombrosa en jugadores como Luka Modric, Kroos o incluso Benzema.

placeholder El equipo blanco celebra el segundo gol. (Reuters)
El equipo blanco celebra el segundo gol. (Reuters)

Zidane desató su euforia pocos minutos después de que su equipo arrasara en juego y presión al favorito de la Liga: “Me quedo con todo el partido, que ha sido muy completo contra un equipo que es muy bueno y llevaba 26 encuentros sin perder... Me alegro”, dijo, antes de saltarse el protocolo y afirmar sobre sus jugadores: "Están de puta madre... Como entrenador no puedo pedir más. Todos. Lo bueno es que poco a poco estamos recuperando jugadores [...] Voy a contar con todos. Creo en todos mis jugadores", rubricó a pesar de haber confiado en el mismo bloque para los tres duelos.

"Hay cosas que duelen"

Fue tal la superioridad merengue este sábado en Valdebebas (“Yo creo que hicimos una muy buena presión. No estaban cómodos. Teníamos que apretar los espacios y jugando rápido encontramos huecos"), que cuesta creer el ambiente depresivo que envolvía al madridismo hace sólo unos días. El del Atlético era indudablemente el compromiso más exigente de las tres finales: “Hemos mejorado muchas cosas"; dijo Zidane ante de responder a una pregunta sobre las críticas: “No lo sé. Lo importante era creer en lo que hacemos y eso lo hacemos siempre. Los jugadores saben que hay momento complicados, pero creen lo que hacen. Saben que podemos hacer muchas cosas buenas y hoy lo demostramos. El Madrid sabe jugar y me alegro. Hay cosas que duelen, pero también te hacen más fuerte. Sabes que la crítica es una parte del fútbol, pero los jugadores tienen carácter”.

En medio de tanta alegría, el francés deslizó una observación inusual: ve al centro del campo "al mismo nivel" que cuando conquistaron las tres Champions seguidas (2016, 2017 y 2018):Lo están demostrando en el campo”. Tras culminar su semana decisiva empequeñeciendo al equipo de moda desde el primer al último minuto, Zidane (y su presidente) encaran el Año Nuevo con una satisfacción inverosímil hace sólo una semana.

Atrás quedan miles de horas de tertulia sobre su posible sustitución y la filtración de nombres como Pochettino o Raúl para distracción del periodismo. Si Zidane tiene una flor, es indudablemente la motivación a sus hombres. Pocas veces se ha visto un Madrid más agresivo, concentrado y fluido que estos ocho días de extremo riesgo (pese a su victoria, el Madrid sigue a tres puntos de los colchoneros, y con un partido más). Habitualmente prudente, obligatoriamente vago y poco vistoso en sus respuestas, el entrenador que siempre resucita de las crisis no pudo ser más claro: "Hemos sido superiores en todo". En una semana, el Madrid ha pasado de estar muerto a aspirar nuevamente a lo máximo.

El sábado pasado por la tarde, cuando el Madrid saltó al campo Sánchez Pijuán para enfrentarse al Sevilla de su extécnico Julen Lopetegui, el equipo de Zinedine Zidane tenía ante sí un panorama dantesco: estaba obligado a ganar en uno de los estadios más difíciles de la Liga, a vencer cuatro días después al Borussia Monchengladbach (para no quedar fuera de su competición favorita por primera vez en 25 años) y a doblegar por último al equipo más en forma de España, el nuevo Atlético de Madrid, líder de una Liga en la que llevaba sin perder 26 partidos (precisamente desde la última vez que se enfrentó al Madrid, el pasado 1 de febrero, en un por entonces abarrotado Santiago Bernabéu).

Zinédine Zidane
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